Dark Light

Blog Post

Diario UF > Deportes > Baloncesto > Liga Endesa > Barça > Y por fin, Dembélé

Y por fin, Dembélé

Dembélé cuajó un gran partido cuando Koeman le dio entrada en el partido de Champions League

Es injusto, condenable e incoherente comparar a Ousmane Dembélé con el ‘buen vino’. A diferencia de éste, el francés se ha ido haciendo cada vez ‘peor’ y más pequeño con el paso de los años, sobre todo desde que llegó al FC Barcelona tras su paso por el Stade Rennais y el BVB Dortmund.

Sin embargo, el partido de ayer ante el Ferencváros del todavía jovencísimo extremo ambidiestro nos hizo recordar, en un par de jugadas, algunos destellos de aquel jugador que fue y ya no es. Como mínimo, mejor dicho, el jugador que fue y hasta el momento no ha sido. Porque anoche se vio a un Ousmane distinto y porque desde hace unos meses ya se ha visto un cambio radical en su actitud fuera del terreno de juego.

¿Qué le ha faltado al Dembélé del Barça?

Quizá una buena comparativa con Dembelé y el mundo vinícola sea la del tinto: necesita un buen surtido de acompañantes, un cuidado correcto (puede servirse frío si es necesario) y una elaboración lenta y precisa.

En el Barça, Ousmane Dembélé no ha tenido nada de todo eso. Primero, sus compañeros no han sabido entenderle y/o defenderle en situaciones de riesgo para él. Y ojo, que la mayor parte de la culpa de la situación que ha vivido la tiene él, pero ni jugadores ni sobre todo directiva han sido capaces de defender a una figura que debía ocupar un vacío tan enorme como el que dejó en su momento la marcha de Neymar.

En segundo lugar, los cuidados. Tanto personales, como del cuerpo de preparadores. Ni él se ha cuidado, ni le han cuidado, ni se ha dejado cuidar. Nada. Pésimo. Lesión tras lesión, Ousmane fue haciéndose cada vez más pequeño, hasta que acabó ocupando un minúsculo rincón habitual para sí en las instalaciones médicas de Can Barça. Su viaje a Qatar, hasta la fecha, parece haber cambiado ésto. Pero cuidado con que no aparezcan fantasmas -sobre todo mentales- a la que caiga un primer dolor muscular. Tanto por él, como por parte de la afición también.

Las prisas… Como siempre, malas consejeras

Por último, también cabe destacar esa elaboración lenta que, como ya medio comentábamos en el primer punto, le faltó también en el Barça. Llegó a la ciudad condal hace ya unos cuantos soles y llegó con la mayor presión del mundo. Siendo por aquel entonces el fichaje más caro de la historia del club (más de cien millones de euros) y viniendo con un ‘11’ a la espalda que recordaba a alguien muy concreto.

Neymar Júnior dejó ese verano en el Barça un vacío inmenso que la directiva quiso llenar con Dembélé… Y el desastre podía verse venir de lejos. Ayer, con un rival débil en la primera jornada de Champions y con un Ronald Koeman que volvió a darle peso a los extremos, Dembélé pareció disfrutar de sus minutos en el campo.

Su actuación ante el Ferencváros… Más que importante

Una asistencia a Pedri y un gol que para muchos fueron intranscendentes pero que, recordemos, sin ambos de ellos el partido podría haber acabado 3-1, a falta de diez minutos para el final y con un rival que fácilmente pudo ponerse 3-2 en la recta final del partido. Finalmente, 5-1 de escándalo para los de Koeman, goleada, y de vuelta al hotel.

Quizá, Ousmane decidiese anoche saltarse por un momento la dieta y tomarse una copita de vino. Quién sabe. Por si lo que hemos dicho al principio, eso de que con el paso del tiempo se hace mejor, aquí también se hace realidad. Quizá, en un futuro, hasta se vuelva un merlot dulce. Habrá que esperar.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *