Uno de los mayores talentos del fútbol inglés, que pese a lo que le pudo pasar fuera del terreno de juego, dejó momentos inolvidables sobre el verde
Paul Gascoigne fue un futbolista que se vio afectado durante toda su carrera por un conflicto interno. Vivió una lucha constante contra sí mismo, y si no hubiera sido por sus excesos y su vida descontrolada, podríamos estar hablando de una gran estrella. Aun así, pese a todos los factores extradeportivos, lo que cuenta es el legado que dejó Gazza como futbolista. En resumen, una historia muy humana de como los excesos pueden acabar con tu talento.
Estrella emergente de Las Urracas
Nacido en el norte de Inglaterra, en Gateshead, y vivió una dura infancia marcada por la muerte de su padre y la condición de su familia. El fútbol le servía de refugio, y el Newcastle le dio una oportunidad a los 13 años. Paul padecía de un trastorno convulsivo, algo que le afectó mucho a su carácter, pero no pudo con él sobre el césped. Con 16 años ya era toda una estrella en las categorías inferiores del equipo, y no tardó en tener una oportunidad en la máxima categoría.
Jack Charlton vio en Gazza mucho futuro, y el chico no decepcionó. Su primer partido fue en 1985 contra el Queens Park Rangers, y a partir de allí se hizo un hueco importante. Se le empezó a conocer en el fútbol inglés, por su calidad pero también por ser un pequeño rebelde.
De hecho, protagonizó una icónica imagen con Vinnie Jones, uno de los tipos más temidos de esta Crazy Gang del Wimbeldon, agarrándole los testículos en medio de un partido. Más allá de eso, Gascoigne se hizo con un nombre importante en el Newcastle hasta su marcha al Tottenham.
Mucho futuro por delante
Le llegó la oferta del Tottenham en 1988, tras haber jugado 104 partidos y marcar 25 goles con el Newcastle. El Manchester United también estuvo detrás de él, pero Gascoigne se decantó por el cuadro londinense. Fue un paso adelante para su carrera, ya que llegaba a un equipo más consolidado. Cabe recordar que el Newcastle estaba viviendo una época de inestabilidad y la venta de Gascoigne acabó siendo necesaria.
Fueron cuatro temporadas en el Tottenham marcadas sobre todo por las lesiones, aunque dejó grandes momentos. Marcó un gol de falta muy recordado en las semifinales de la FA Cup de 1991 ante el Arsenal, aunque se lesionó en la final. En el año de su llegada también tuvo la oportunidad de debutar con Inglaterra, y estaba claro que en esos momentos Gascoigne se había hecho un nombre importante. Se marcharía rumbo a Italia en 1992 tras marcar 33 goles en 112 partidos.
El protegido de Bobby Robson
Debutó en 1988 con Inglaterra en un partido ante Dinamarca de la mano de Sir Bobby Robson. A partir de allí empezaría a crecer en el Tottenham, y le llegaron más oportunidades como internacional. Se hizo con hueco importante y para el Mundial de Italia de 1990, era una de las principales estrellas del combinado inglés.
Bobby Robson vio en él algo especial durante su convulsa etapa como seleccionador inglés, y para Gazza fue es figura paterna que siempre le faltó. Para Bobby era un chico perdido de tan solo 23 años pero con mucho talento, y quería verle despuntar. En ese Mundial vimos a un Gazza rebelde como siempre, pero entregado a su técnico.
Se evidenció en la semifinal ante la Alemania Occidental. Era un partido muy trabado, sin un claro dominador, pero con Gascoigne haciendo siempre de las suyas. Llegaron a la prórroga, y Paul que acababa de perder el balón se deslizó para recuperarlo.
Cometió falta, y el colegiado no dudó en sacar la amarilla. Esa tarjeta le impedía estar en la final, y Paul rompió a llorar desconsoladamente. Se podía perder el partido más importante de su carrera, aunque al final no se concretó ya que los alemanes avanzaron a la final en los penaltis.
Ídolo en Italia y en Escocia
Su siguiente destino tras el Tottenham fue la Lazio. Allí llegaba tras un año fuera por estar lesionado, pero aun así el equipo italiano pagó 5,5 millones de libras. Ya no era el Gascoigne de siempre, pero la afición de la Lazio se quedó con su espíritu como futbolista y con sus destellos pese a seguir dejando una mala imagen por polémicas fuera del campo. Tres años en Italia que evidenciaron su declive, aunque solo tenía 28 años.
En 1995 el Glasgow Rangers pagó 4,3 libras por él, y desde su llegada a Escocia, se convirtió en un ídolo. Se encontraba en una liga menor, pero Gascoigne recuperó su buen juego y mantuvo su carácter irreverente. Fue importante para ganar dos Ligas y una Copa, y además se ganó de nuevo regresar al combinado nacional inglés para la Eurocopa de 1996, año en el que además fue premiado como mejor jugador de la liga escocesa.
El adiós a Inglaterra y el declive final
Tras la Eurocopa bajo las órdenes de Venables, donde Gascoigne fue importante, siguió contando para el nuevo seleccionador Glenn Hoddle. Inglaterra logró clasificar para el Mundial de 1998, y gran parte fue gracias a Gazza, pero no llegaría a disputar la competición ya que fue apartado tras mala conducta. Ese sería el adiós definitivo con Inglaterra. Se evidenció su declive final, ya que al mismo tiempo fichaba por el Middlesbrough tras salir por la puerta de atrás de Escocia.
Seguian los problemas personales y su pasó por distintos equipos. El Everton, el Burnley, incluso el club chino Giansu Tianma y el Boston United. Su carrera terminó de forma convulsa, antes de reconocer sus problemas con el alcohol y entrar en un espiral de rehabilitación y recaídas. Tiempo al tiempo y con mucho trabajo, finalmente parece que Gascoigne se ha recuperado, aunque ha dejado una dura imagen sobre una realidad que puede llegar a afectar a mucha gente. Batalla ganada para l’enfant terrible.