Tras una nueva derrota en Liga a Zidane le tocará reflexionar sobre qué debe cambiar en este Real Madrid si no quiere hacer más grande el roto
Otro esperpento más, una nueva goleada. El Real Madrid salió escaldado de Mestalla, con un doloroso 4-1 bajo al brazo en un partido que no pintaba fácil, pero que fue todo lo contrario a lo esperado en la previa. Los blancos llegaban bien al partido, con la posibilidad de mantener la segunda plaza tras dos buenas victorias en liga y otra en Champions League, pero nada salió según lo previsto. El VAR, el que parecía ser el mejor amigo del club en los últimos tiempos, esta vez lo perjudicó con tres penaltis señalados en contra -aunque justos. Pero no es hora de echar balones fuera y culpar a factores que solo imparten justicia. Toca reflexionar, ahora que se puede, ahora que Zidane está a tiempo.
El técnico francés tiene todo un parón de selecciones de por medio para identificar cuáles son los puntos flacos de su Real Madrid y para buscar las soluciones que no solo tapen esos agujeros, sino que los refuercen. A simple vista, eso sí, podemos ver que hay algunos puntos que no funcionan como deberían. Detalles que convierten a un equipo con potencial en uno que se atiene a la suerte y el oportunismo. Podríamos focalizar en cinco factores para explicar el bajón madridista: la defensa, la pegada, las numerosas bajas, Hazard y Zidane.
Vuelta a las andadas en la zaga
Si hay algo que se puede sacar en claro es que uno de los puntos débiles del Real Madrid está siendo la defensa. Si bien el curso pasado parecía que los blancos habían concentrado sus esfuerzos en ser más “generosos” en tareas defensivas, ahora todo apunta a que fue algo pasajero, un espejismo. El Madrid ha vuelto a ser un equipo mal organizado atrás, que depende de su pegada arriba para salvar los partidos. Raphael Varane es uno de los señalados en este aspecto, y es que el galo no está rindiendo a su mejor nivel en lo que llevamos de temporada.
Aún así, el único que se salva de la crítica es Thibaut Courtois, quien fecha tras fecha sigue demostrando por qué llegó a la capital. Sergio Ramos aporta en ataque y en la moral de sus compañeros, pero sigue dejando algún que otro error remarcable y que se le puede achacar. El martes pasado ante el Inter de Milán cometió dos fallos en la marca que costaron dos goles a su equipo. Y por último Marcelo, el eterno cuestionado. El brasileño deja síntomas de que su tiempo en el Real Madrid acabó hace ya mucho, pero sigue ocupando su puesto vitalicio sin aportar en labores defensivas.
La enfermería no da tregua
Otro factor importante está siendo el número de bajas que se acumulan con el paso de las jornadas. El aficionado madridista vive con la incertidumbre de qué jugador será el próximo en caer y cuál será la gravedad en cuanto a la importancia de ese futbolista. Las lesiones lastran muchísimo al entrenador, que tiene que adaptar su esquema a las circunstancias. En este aspecto, hay mucho que reprocharle a Grégory Dupont, preparador físico del club, quien parece no tener a punto a sus futbolistas. El último ejemplo es el de Fede Valverde, quien se confirmó este mañana que estará alrededor de un mes de baja.
Si a esto se le suma además el factor COVID, que cada día obliga a un jugador diferente a confinarse sin poder participar en las dinámicas de grupo, sale una mezcla maldita para el entrenador.
La vista se nubla cuando aparece la portería
El problema con solución más sencilla es la pegada de cara a puerta. Al equipo le cuesta anotar en ciertas situaciones del partido, aunque las cifras de los últimos compromisos no son nada decepcionantes. Han anotado 13 goles en sus últimos 5 encuentros entre Liga y Champions, aunque en algunos encuentros (contra Mönchengladbach y Valencia) insuficientes para llevarse el gato al agua. Los delanteros necesitan atinar más, ya que sólo Benzema parece tener la producción goleadora suficiente por el momento. Asensio, Vinicius o Rodrygo, siendo este último el más acertado, no son artilleros como tal, por lo que al Real Madrid le sigue faltando algo de pólvora.
Eden Hazard, bendito problema
Eden Hazard sigue siendo parte del problema. El belga arranca poco a poco en su segunda temporada como madridista, lastrado todavía por lesiones y el rodaje. El delantero marcó un auténtico golazo el pasado fin de semana ante el Huesca, pero sigue esperándose mucho más de él. Entre las lesiones y el reciente positivo que se le detectó y que le impidió actuar en Valencia no acaba de arrancar. En Madrid mucho ya ni lo esperan, aunque todavía hay algún creyente de su religión.
ZZ
A Zinedine Zidane no se le puede llamar problema como tal. El francés ha demostrado todo lo que debía en el Real Madrid, pero algunas de sus decisiones dejan que desear. Existen ciertos partidos de la temporada en los que el planteamiento ofrecido por el francés no ha sido el correcto. Da la sensación de que Zidane se queda muchas veces sin soluciones en mitad de partido. Se equivoca en los cambios y no es capaz de darle un vuelvo al partido con algún cambio táctico. En resumen, Zizou debe darle muchas vueltas a la cabeza en las dos próximas semanas para evitar que el despropósito pase a mayores. Las enfermedades hay que pillarlas a tiempo.
