El delantero sueco de 39 años está pasando por un momento increíble, a la cabeza de un proyecto de jóvenes donde él tiene total responsabilidad y lo ha llevado a ser después de seis fechas de campeonato, el goleador de la liga
Zlatan Ibrahimovic es sin dudas una capital del fútbol mundial. Una carrera intachable y excepcional para un jugador que ganó en todos los equipos donde fue y hoy está en la cabeza de un proyecto joven como es el del Milan, donde ha tenido un inicio de temporada envidiable para un hombre de casi 40 años.
Hace un año y medio, Zlatan llegaba a este equipo con la intención de cambiarle la cara a un equipo que venía en reconstrucción desde hace mucho tiempo. Al instante que llegó, lo pusieron a la cabeza de un proyecto el cual necesitaba un lavado de cara desde lo futbolístico. Comenzó a trabajar en conjunto con Pioli para levantar un equipo del suelo.
Fueron semanas y semanas de trabajo, pero se comenzaban a ver los frutos. El fútbol se paró unos cuantos meses por el tema de la pandemia, pero cuando se volvió los resultados fueron increíbles. Le ganaron a grandes equipos como Lazio, Roma y hasta a la misma Juventus, algo que no se conseguía desde hace mucho tiempo. Lograron entrar en playoffs de Europa League, algo impensado después de como iniciaron la temporada.
Arranca la siguiente temporada, en la cual se tenía mucha expectativa por el fin de temporada pasado. Zlatan corre con la mala suerte que luego de un test de COVID, da positivo. A pesar de todo esto, Milan arranca con puntaje ideal, luego de ganar los primeros 4 partidos. Ibrahimovic vuelve para el Derby contra Inter, el cual se gana con un doblete suyo. Luego marca en el empate contra Roma y le hace un gol acrobático al Udinese en la victoria de visitante.
Inicio de crack para Zlatan. Puntero en la tabla de goleo con 8 goles demostrando que la edad es solo un número y probarle a todos aquellos que pensaban que no daba más que sigue vigente. Verificando su vigencia y argumentando cuando se llama así mismo “Benjamin Button”.
El aporte de Zlatan a este equipo es incalculable. Le inyectó un espíritu competitivo que hace mucho tiempo no tenía. Más allá de su aporte goleador, le aporte anímico es lo más importante. Su objetivo es formar guerreros, no jugadores. Leones que cada vez que salgan al campo se maten por la camiseta pesada que tienen encima. Ha logrado que jugadores como Kessie, Calhanoglu y Calabria volvieran a ese nivel que se esperaba.
Hoy el Milan es el puntero del calcio con dos puntos de ventaja sobre Sassuolo, algo que no conseguía desde hace muchos años. Si este León sigue trabajando de la mano con Pioli, los hinchas rossoneros volverán a sonreír. Este sin dudas es el camino para despertar un gigante dormido de la mano de un gigante del fútbol mundial. Chapeau.