Un arreón final desató la locura en Nervión y solventó un partido que pintaba tranquilo y sereno desde el inicio
Como dice el refranero español, todo lo que bien empieza bien acaba. Eso finalmente ocurrió pero dentro de ese periodo de tiempo quién no hubiese visto el partido no se hubiese imaginado el marcado final. Gracias al arreón de los últimos minutos, los pupilos de Lopetegui consiguieron amarrar 3 puntos que parecían desparecidos cuando el equipo se cayo más mentalmente que físicamente tras el fallo de Vaclik en el primer gol de los gallegos.
Una primera parte, salvada por la campana
El partido, en los primeros minutos parecía que el Sevilla les iba a meter un goleada histórica a un celta desaparecido en combate que más tarde aprovecharía el despiste local. Los pupilos de Lopetegui pudieron meter en 7 minutos 4 goles, las 4 ocasiones que tuvieron pero solo entró, y como siempre pasa, una de ellas, el gol de Koundé tras un rebote de un córner.
El Celta por aquel entonces no se encontraba agusto en si mismo y no generaba mucho que digamos, pero un despiste de Vaclik, como si de su debut se tratara, auguró una tormenta que sino hubiera sido por la figura, otra vez, de En-Nesyri, como aquel partido contra el Krasnodar, el Sevilla se hubiera caído psicológicamente.
El Celta tras el fallo de Vaclik era otro equipo, mucho más ofensivo, con la posesión de balón, generando peligro por ambas bandas capitaneado por el mago de moaña y defensivamente era un muro. En cuanto al Sevilla, se le habia hecho un lavado de cara, no se le reconocía como en otros partidos, muchos fallos defensivos que propiciaron el segundo gol de los visitantes, y, ofensivamente, los centros de Navas y Ocampos no suponían peligro alguno para los gallegos.
Pero la insistencia tiene su fruto, como en múltiples partidos, un centro del capitán sevillista con un posterior remate de En-Nesyri, al que se le cuestiona muchísimo por su poco gol, suponía el marcador en tablas y un respiro, al menos mental de la situación, la cual iba a cambiar en los minutos finales. Ese gol del marroquí elevaría al Sevilla como un gorrión cuando aprende a volar.
La resiliencia de la primera parte como premio de la segunda
Tras el alivio del descanso los nervionenses fueron a por todas demostrando el equipo que son y porque fueron campeones de la Europa League la pasada temporada, además de estar en los puestos más altos de La Liga Santander. Completaron un continuo asedio a los gallegos, los cuales resistieron como la ciudad de Cádiz en la Batalla de la Independencia. Aunque por aquella época los franceses no llegaran a penetrar las puertas de la ciudad, el Sevilla FC finalmente si la hizo con la del Celta de Vigo.
En los últimos minutos, se incorporarían nuevos cambios al equipo, entrarían figuras como Munir, Oscar e Idrissi que aportaría muchísima velocidad y desparpajo arriba que daría una equivalencia a dos goles en 2 minutos. 2 goles que retumbaría en Nervión y en todas las casas de los Sevillistas al ver un partido que estaba perdido en el ecuador de la primera parte y con el equipo descompuesto.
Se volvió a hacer la épica en nervión, pudimos ver la fe, de la que tanto cree el equipo andaluz y de la que tanto insiste. Esta palabra, además de resiliencia como titulo en el título son dos palabras forjadas a fuego en este equipo que empieza a coger velocidad de crucero en la Liga y en la Champions League.