El actual Girona, con un menor presupuesto y plagado de bajas, presenta mejores números que el de la última campaña después de los primeros doce partidos
Justamente al terminar la jornada 12 de la anterior temporada, Juan Carlos Unzué fue destituido después de perder 4-2 en el Carlos Tartiere frente al Real Oviedo. Para despedir a Unzué, fue necesario sumar 16 de los primeros 36 puntos en juego. Es decir, menos de la mitad con la plantilla más cara de la categoría. Cinco victorias, pero hasta seis derrotas y un empate salpicaban una trayectoria demasiado errática, con días para todos los gustos y colores, sin una hoja de ruta clara y huyendo de la regularidad en una categoría tan larga y exigente como lo es la Segunda División.
Después de una docena de jornadas, se encajaban más goles (16) de los que se habían marcado (15) y el equipo estaba posicionado fuera de la zona de play-off, donde se acabaría colando a tiempo pero ya con otro inquilino en el banquillo. Allí se consolidó con Francisco Rodríguez, a quien le ha tocado vivir una situación bastante estrambótica este año. Tampoco se huele la promoción, pero la realidad es otra.
Sin un tope salarial tan alto, y con una gran cantidad de bajas de jugadores importantes, el Girona solo recoge buenos resultados. Pasadas también doce jornadas, las sensaciones son un poco mejores que las de la última temporada. Son 18 puntos de 36, 2 puntos más que en la temporada 2019/20, pero las sensaciones son mucho mejores y el equipo es consciente de los objetivos de esta temporada. Lo más importante también, es que Francisco tiene ahora mismo todo el crédito que entonces no tenía Unzué.
Los números como visitante mejoran
Leganés, Castellón y Espanyol. Son los tres rivales que el Girona ha ganado a domicilio desde principio de curso. Tres victorias ya fuera de casa, cuando apenas se acaba el mes de noviembre y aún quedan varios partidos por delante. Esto le ayuda a convertirse en uno de los mejores visitantes de la categoría. Lo que no pudo decir la última temporada, cuando después de 21 desplazamientos sólo fue capaz de ganar tres partidos. Se deshizo del Racing (0-3), Extremadura (1-3) y Fuenlabrada (0-1). Dos de ellos acabarían perdiendo la categoría y bajando a la Segunda División B.
Aquel Girona cerró el año con unos números muy pobres a domicilio: lejos de Montilivi consiguió tan solo 16 puntos de 63. De momento, con Francisco ya acumula 11 de 21. Además, ha sido capaz de imponerse en Butarque y RCDE Stadium, estadios de dos de los mejores clasificados y candidatos al ascenso a Primera División.
