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Un Barça de otro siglo, crónica de un desastre

La escuadra culé no vivía un comienzo tan pobre en liga desde la temporada 91/92 y enciende muchas alarmas

Corren malos tiempos en Can Barça. La derrota 1-0 contra el Atlético este fin de semana ha abierto una cisma en el seno del club y se empieza a elucubrar negativamente en torno la viabilidad del proyecto Koeman y los jugadores.

Las estadísticas que presenta el Barça esta temporada (tan solo 11 puntos en 8 jornadas) remiten a números muy bajos para un equipo de tal calibre. Los Culés no presentaban una hoja de servicios tan pobre desde hace casi 30 años, superando incluso la oscurísima época de Joan Gaspart presidiendo el club a principios de este milenio. La veda se ha abierto y una pregunta con diversas respuestas se abre en el horizonte.

El desgaste de toda una generación

Pese la llegada de Koeman para intentar salvar una nave a la deriva y “revolucionar” el vestuario, muchas cosas no han cambiado. Algunas salidas como las de Vidal, Rakitic o Suárez -prácticamente regalados-, no quitan que el bloque titular del desastre de Lisboa siga manteniendo los mismos galones esta temporada.

Solo Pedri y Ansu Fati le han dado un nuevo color al equipo, que se suma la vuelta de Coutinho y un Dembélé que empieza a despertar. Este pequeño bloque pone otra nota a la maltrecha sinfonía blaugrana. Por lo demás, todo sigue igual.

Jugadores de la generación de Piqué, Messi, Busquets o Jordi Alba siguen manteniendo un equipo que necesita emanciparse de las estrellas que los consiguieron todo para poder crecer y no transformarse en un “nuevo Milán”.

El Barça que viene debe coger el testigo y que las vacas sagradas empezar a aceptar que su tiempo ya pasó. Es hora de revitalizar una plantilla de titulares veteranos y desgastados por las mieles del éxito y extensas trayectorias.

La “era Bartomeu”: Leo Messi y las malas formas

Otro factor que explica muy bien la caída en desgracia del Barça es la gestión deplorable de Josep Bartomeu y su junta directiva. Desde que se consiguió el triplete en 2015 y por ello Bartomeu ganase una elecciones convocadas estratégicamente, el equipo no ha dejado de decaer.

Al principio de la mano de un Luis Enrique venido a menos, y más tarde de manera muy notoria con Valverde y finalmente Setién. Fichajes misteriosos, sueldos excesivos, la marcha de Neymar y el descalabro económico que lo siguió (400 millones para sustituirlo sin éxito), entre otros, pusieron al vestuario en contra y las cuentas blaugrana en números rojos.

El reciente terremoto que supuso la “casi” salida de Leo Messi del club de su vida este verano fue la gota que colmó el vaso. La falta de un proyecto ganador y las constantes chapuzas de “Barto” eran un motivo de fuerza suficiente para el argentino.

El famoso fax confirmando su salida fue negado y actualmente juega en un Barça de chispazos y confundido con su estilo y objetivos.

Acaba contrato el junio de 2021 y en poco más de un mes podrá negociar con quien quiera. Mucho se tendrá que hacer para retener a La Pulga, también molesto por las malas formas para “echar” a leyendas del club como Luis Suárez y Ivan Rakitic.

Todo se hizo mal, y ahora los platos rotos no los recogerá un Josep Maria Bartomeu que dimitió a finales de octubre.

Un oasis llamado Champions

El Barça ha adquirido esta temporada una dinámica muy propia del Real Madrid de hace unos años: crecerse en Champions. Pese un último partido muy malo de los culés contra el Dynamo de Kiev en el Camp Nou, han conseguido sumar todos los puntos -con un partidazo contra la Juventus- y ser líder por encima de los bianconeros.

¿Podría ser este año la sexta? En medio de tanta tormenta, un oasis llamado Champions podría dar la auténtica sorpresa. Todo está por ver.

¿Es el comienzo de algo o viene una nueva “era Gaspart“?

Actualmente se abren dos frentes que son la noche y el día en su devenir. El primero es que los jóvenes tomen el mando y se curtan. Con la llegada en unos meses de una nueva directiva (podría ser otra vez Joan Laporta) se construiría un proyecto atractivo que vuelva a poner al Barça en el top de tops, tal como hizo el mismo Laporta hizo en 2003. El resto es historia.

La otra debe evitarse a toda costa; no es otra que vivir una nueva “era Gaspart.

Cuando el longevísimo presidente Núñez dimitió el año 2000, su delfín Joan Gaspart ganó unas elecciones que empezaron mal con la marcha de Luís Figo al Real Madrid. Hasta el año 2003 que se mantuvo en la presidencia, todo fue errático y hundió al Barça en la desgracia.

Leyendas desgastadas, muchos entrenadores sin éxito y fichajes muy caros de pésimo rendimiento llegaron a dejar el Barça al borde del abismo. Cero títulos en cinco años fue la prueba del delito. La llegada Rijkaard de la mano de Laporta rompió la terrible racha, ganando el título liguero en 2005.

¿Le suena? esa desastrosa situación no se aleja mucho de un Barça que empieza a tener síntomas de una caída similar en todas sus facetas.

Como si la entidad estuviera en la película Matrix, deberá escoger entre la pastilla azul o la roja, el futuro o la caída. En un punto tan bajo como se encuentra actualmente el Barça, empezar a mirar hacia delante es la solución. Descargarse jugando debe ser la cura de un equipo enfermo y nostálgico de tiempos pasados.

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