Sufrió de nuevo el Sevilla FC ante el recién ascendido Huesca, pero finalmente se llevo unos 3 puntos que sirven para coger ritmo en LaLiga
Perseverancia insistencia e intensidad, las claves que como ha dicho el técnico del Sevilla FC Julen Lopetegui en la posterior rueda de prensa, han servido para llevarse el premio para casa, 3 puntos de oro que marcan la diferencia al final de La Liga. Un triunfo que se traduce en 3 victorias seguidas en esta competición tan importante como crucial.
Se preveía un partido poco viscoso, muy parado, con un Sevilla dominante en el juego y atrás, regazado, un Huesca buscando su oportunidad para hacer dañar al rival y mantener el resultado, fieles a su lema, Sin reblar. Pero al otro lado del ring tenían otro distintivo, tenían otro espíritu, muy parecido al suyo, el de Nunca se rinden. Y así, fue el partido.
Las sensaciones iniciales fueron la de estas últimas semanas, un conjunto andaluz danzante por el césped del Alcoraz mientras en frente les esperaba un conjunto agazapado y buscando los flancos para causar el mayor daño posible.
Acostumbrados a ganar sufriendo
Ambos equipos durante toda la primera parte se buscaban las cosquillas el uno al otro, los andaluces llevaban la batuta del encuentro pero la rocosa e inquebrantable muralla defensiva del Huesca les hizo sufrir y esperar hasta el minuto 82. Antes de los minutos finales, donde el Sevilla es un especialista en eso, avalando que es el equipo que más veces marcar en los últimos 10 minutos esta temporada de la Liga, se pudo vivir una hecatombe en toda regla.
Los primeros 15 minutos de la segunda parte el juego del Sevilla solo dejaba bostezos, parecia un equipo diferente al de la primera parte, la situación se habia revertido, ahora eran los aragoneses los que llevaban la comparsa del partido.
Hasta tal punto que se pudo cumplir la famosa y odiosa ley del ex. Sandro, en el 60′ se plantó solo en el área, se fue de Vaclik y, cuando lo tenía todo a favor, se descoordinó y no pudo rematar. Suerte, puede ser, pero el destino quiso que ese balón no entrase en las redes.
En-Nesyri siempre aparece
Tras ese bajón llegaría el resurgir de los andaluces gracias a la entrada al campo de Ivan Rakitic, el cual aportó fluidez al juego y verticalidad. Dos factores que se tradujeron en la recompensa, al fin, de los pupilos de Lopetegui. En los últimos compases del encuentro volvería a salvar los muebles el mismo que lo hizo contra el levante y contra el Krasnodar en Champions, el mismo que fue discutido tras su remate fallido en el último minuto de la Supercopa de Europa, que suponía otro título europeo para las vitrinas del Hexacampeón de la Europa League, el marroquí Youseff En-Nesyri.
Con un movimiento de puro delantero 9 el internacional marroquí ponía el 0-1 en el marcador quedando así 15 minutos de puro infarto donde se impuso el arte del amarrateguismo y donde el Sevilla con el botín en el zurrón lo protegió como un niño con un regalo nuevo. Lopetegui daría entrada a Gudelj para amarran aún más defensivamente el encuentro en vez de matarlos a la contra, con un cambio que estaba previsto antes del gol, Idrissi.
Todos los sevillistas encerrados en su propia área. Así terminó otro partido sufrido del Sevilla que finalmente pudo lograr los tres puntos que son vitales para la lucha de La Liga. Ahora, toca pensar en el Real Madrid.