La derrota ante el Shakhtar ha hecho saltar las alarmas definitivamente en un Real Madrid en el que hay demasiadas incógnitas
El madridismo está atravesando uno de los peores momentos que se recuerdan. Una crisis de resultados y de juego, tanto en Liga como en Champions que puede terminar con el equipo blanco cayendo en fase de grupos de la Champions League por primera vez desde que la competición se llama así. Los culpables varían, aunque la mayoría se enfoca en Zinedine Zidane, algo que en su parte es cierto, pero que no hace justicia. Porque en el Real Madrid hay muchos problemas.
Las decisiones de Zidane
Empecemos por Zidane. El técnico francés está demostrando que la extendida idea de que más que entrenador es un gran gestor de grupos es más real de lo que parecía. Está pasando de ser ese salvador que pareció ser cuando cogió las riendas del club tras el desastre de Lopetegui y Solari, ha ser un constante foco de críticas y decisiones dudosas.
Parece encabezonado en que la prensa está contra él, y en recuperar a jugadores como Marcelo, cuando la sensación es que ya están dando todo lo que pueden dar ahora mismo. Porque no les da para más, el tiempo pasa para todos, y más que beneficiarles, les está dañando. Pues ahora mismo, la primera imagen de Marcelo no es ese jugador que era el mejor en su posición, sino alguien que no está para el primer nivel. Y esto es algo que puede jugar en contra de Zizou, y también a su favor. Porque no sé si algún entrenador podría sacarles el partido que les está sacando el francés, por poco que sea.
La lista negra de Zizou
Ayer contra el Shakhtar, muchos pensamos en por qué, yendo únicamente un gol por debajo, no se atrevió a meter juntos a Benzema y a un Mariano que parece que tiene que bajar la luna para ganarse la confianza del técnico francés. Otra decisión que no se entiende es por qué Isco fue el elegido en lugar de James. Es verdad que el español, cuando Zizou confió en él en el pasado, respondió más que el colombiano.
Pero viendo lo que aporta cada uno, James tendría más encaje en el equipo, más aún en partidos como el que se planteó en Ucrania. Porque Isco no es esa referencia en tres cuartos que podría ser James, que es capaz de mantener la posesión, pero de forma más vertical que el malagueño. Porque cada vez que sale Isco, la velocidad de posesión y verticalidad del equipo se reducen bastante.
O ver a Bale fuera porque Zidane no lo quería, cuando podría haber sido una solución arriba ante la falta de pegada. Ahora, que esto no haga olvidar que tanto el colombiano como el galés se habían ganado el estar fuera por sus actuaciones en los últimos tiempos. Pero es verdad que por perfil, podrían encajar bien en las necesidades que tiene este Madrid, algo que con Brahim es más claro aún. Porque el español está disfrutando en Milán de confianza, algo que viendo la necesidad de alguien por derecha en el Madrid, habría tenido este año o se presupone que habría tenido.
Zidane y los cambios
Todo ello, sin mencionar cómo es una constante que, sea cual sea el resultado, los cambios se den tarde. Es poco común ver a Zidane introducir cambios antes del minuto setenta. Y lo que no se entiende es por qué. Porque el primer recuerdo que se me viene a la cabeza, es cómo ganó un derbi por introducir a Vinicius y Lucas en el descanso, algo que cambió la cara al equipo.
Pero parece que está prohibido hacerlo otra vez. Más aún, cuando se habla de que el Real Madrid hizo una buena primera parte. Es buena si la comparamos con los últimos partidos, quitando el del Inter, que se ha quedado en un espejismo. Y probablemente, porque se ha construido un equipo sobre unas piezas determinadas. Y cuando estas faltan, el sistema se viene abajo. Pero el problema va más allá.
Problemas de base
Porque cargarle el muerto a Zidane, o a algunos jugadores es muy fácil, y muy poco autocrítico. Hay problemas de base mucho más flagrantes, y que urgen más cambiarse que al entrenador o a tres o cuatro piezas.
Urge replantearse la idea táctica y el esquema. Que la falta de dos piezas como Ramos y Casemiro haga venirse abajo el sistema es preocupante. Porque, si repasas por encima nombre por nombre la alineación que presenta el Madrid en Ucrania, es para ganarle a cualquiera. Pero si te pones a hacerlo más detalladamente, y más aún viendo cómo han rendido en situaciones similares, y hay cosas llamativas.
Algunas sin solución aparente, como que sin Ramos, Varane es otro totalmente diferente. El central francés, desde el accidente ante el Manchester City, parece en caída libre. Más aún cuando su paracaídas, que es Sergio Ramos, no está. Sin el camero, la defensa carece de liderazgo, y eso hace que entren dudas y que se cometan errores.
Ahora, estas flaquezas defensivas se han visto salvadas en ocasiones gracias a Casemiro. El brasileño da una estabilidad en el centro del campo, que permite a sus dos acompañantes adelantarse más y aparecer por delante. Y sobretodo beneficia a Toni Kroos. El alemán, que cuando no está el brasileño es el elegido para ocupar el pivote, se ve totalmente desdibujado. Y eso hace que Modric, Valverde u Odegaard aparezcan menos por delante, para ayudar al alemán.
La posesión, otro problema derivado de las ausencias
Pero la ausencia de Ramos y Casemiro implica un problema mayor. Pues ambos son piezas clave en la salida de balón y en la calidad de las posesiones por dos motivos muy diferentes. El camero aporta mucho más en esa salida que sus compañeros en la central, y sobretodo asume unos riesgos que suponen ventajas para el Madrid en muchas situaciones.
A esto, hay que sumar que la ausencia de Casemiro, hace a Kroos bajar y perderle más adelante. Y eso empobrece las posesiones del Madrid, y tampoco es una solución para mejorar la salida de balón. Y con ello, se cae el sistema. Porque nadie se ofrece por delante y coge la responsabilidad de dirigir los ataques, y porque nadie se arriesga en la salida de balón, y hace que sea difícil poner en situaciones comprometidas o de riesgo al rival.
El gol, un problema herencia de la marcha de Cristiano
Pero otro de los asteriscos es el gol. Desde la marcha de Cristiano, falta ese jugador que marque cuando el equipo lo necesita. Benzema ha respondido, pero no llega sólo con él, además de que no es un goleador constante. Mariano ha demostrado que tiene acierto, pero si no se le da confianza es normal que no siempre rinda, a pesar de que tiene un gran impacto cuando sale. Y Jovic, bueno. Jovic parece que no está.
Pero no es problema del 9, sino más profundo. Porque la carga de goles que tenía Cristiano debería haberse repartido. Y entre que Bale no respondió, Asensio no parece ser un jugador que pueda tener cifras goleadoras altas, Rodrygo no termina de asentarse, y Vinicius desequilibra y regatea pero de cara a puerta no es fiable, el equipo se resiente. Y eso es algo que no se ha sabido resolver, porque se ha querido confiar en estos jugadores, y porque la situación del COVID ha invitado a no gastar.
Y bueno, porque Hazard no está saliendo como se esperaba. El belga, por lesiones, temas físicos y por confianza, no está demostrando ser ese peso pesado y líder que fue en el Chelsea. Cuando ha estado bien físicamente, no se le ha visto ese descaro, esa facilidad para regatear y producir cifras que le caracterizaban en Stamford Bridge. Lo que es otra clave de los problemas del Madrid.
Nula confianza en la gente de la casa
Si repasamos la plantilla, únicamente Nacho y Carvajal se han formado en la fábrica. Jugadores como Mariano, Lucas o Casemiro llegaron después. Y otros como Vinicius, Odegaard, Valverde o Rodrygo llegaron y prácticamente no han pisado el Castilla. Y en estas situaciones, los que de verdad han sentido el escudo desde jóvenes suelen sacar las castañas del fuego.
Miras al Castilla, y nombres como Victor Chust, Pablo Ramón, Miguel Gutiérrez, Antonio Blanco, Salazar o Pedro Ruiz saltan como nombres que podrían comenzar a contar con presencia en el primer equipo. Por las necesidades que hay, y porque tienen pinta de que llegarían para quedarse. Pero no hay presencia de ellos prácticamente. Y no se sabe el por qué cuesta tanto sacarles. Porque luego sale un Dani Parejo o un Pablo Sarabia, y nos echamos las manos a la cabeza pensando en lo bien que nos vendrían en la plantilla.
¿Es más que una crisis deportiva?
Con todo esto, la pregunta que salta es si la crisis va más allá de lo deportivo. Porque parece que Florentino no termina de acertar con sus decisiones. El no traer determinadas piezas, hacer exclusivo caso de las peticiones de que únicamente haya salidas de determinados jugadores por parte del entrenador, y que no parezca que haya un modelo a seguir, son cosas a tener en cuenta.
Desde hace mucho se le pide al presidente que incluya en el organigrama a un director deportivo, pues Jose Ángel Sánchez no termina de ser ese perfil. Y puede que el no tenerlo haya sido una de las claves que hayan llevado al club hasta este punto.
Y este es un pequeño resumen de lo que podría ser la mayor crisis del Real Madrid en mucho tiempo. Mucho que pensar y sobre lo que reflexionar. Muchos posibles culpables, nombres propios, ideas y posibles soluciones. Pero lo que está claro, es que el proceso de reconstrucción debe empezar cuando tenga unas bases sólidas, y que será largo.
Y la clave está en aceptarlo. Porque no hay que olvidar, que antes de ganar 4 Champions en 5 años, 3 seguidas, el Madrid estuvo mucho tiempo sin pasar de Octavos. Y todavía antes, 32 años sin levantar la Orejona, con una generación brutal como “La Quinta del Buitre” de por medio.
Porque si de algo hemos pecado los madridistas en los últimos tiempos, es de querer resultados rápido. Y puede que, en parte, este deseo sea culpa de la situación en la que estamos. Así que no sólo jugadores, cuerpo técnico y directiva deben reflexionar. También los aficionados. Para que así, todos rememos para sacar adelante al club. A nuestro club.