El mediocentro del Real Valladolid, Rubén Alcaraz, es uno de los jugadores con mayor impacto en el esquema planteado por Sergio González
Rubén Alcaraz afronta su tercera temporada vistiendo la elástica pucelana. Y, en sus dos temporadas anteriores, fue un jugador vital bajo las órdenes de Sergio. Un jugador de club, a pesar de no haberse formado en su cantera y llevar relativo poco tiempo en la entidad. Comprometido y serio en su trabajo. Y una estancia ejemplar.
Su impacto en el juego del Valladolid cada vez es mayor. Aunque, no ha sido así desde el comienzo de la temporada. En esta atípica campaña, Rubén Alcaraz, comenzó teniendo presencia de forma irregular. Entrando de vez en cuando y siempre que el entrenador lo requería. De hecho, los primeros encuentros, Michel, uno de los jugadores que estaba en la rampa de salida, le ganó el puesto de titular. O, también fueron de partida algunos como Fede San Emeterio o el canterano y recientemente renovado, Kike Pérez.
No obstante, desde que Rubén Alcaraz comenzó a tener una mayor y más continuada presencia, el Valladolid es otro equipo. El equipo vallisoletano ha conseguido retomar el vuelo. Asimismo, se puede ver que, en el partido frente al Athletic Club, Alcaraz fue titular, jugó los 90 minutos y el equipo venció por 2 a 1. También, el pasado 22 de noviembre, Sergio repitió la fórmula y se volvieron a sumar tres puntos contra el Granada. Esta vez en Los Cármenes y siendo un partido soberano de todo el equipo. Y, a partir de ahí, el catalán se ha asentado como titular.
Y es que esta situación no es fruto del azar. Pues Rubén Alcaraz dota al equipo de ese equilibrio necesario en la máxima competición. Aporta trabajo en defensa y decisión en los metros finales. Aunque, no ha asistido ni anotado, por el momento. Pero si que es ese jugador que marca diferencias y hace mejores a sus compañeros.
Además, cabe destacar el gran golpeo de balón que este jugador tiene. Es el dueño y señor de los lanzamientos directos de las faltas. Sin ir más lejos, el excelente gol que le marcó al Valencia. Un disparo fuerte, elevado y bombeado, que quitó todas las telarañas posibles a la portería de Mestalla. Imposible para el guardameta che. Ese gol supuso el empate en el marcador y resultado final. Partido vital para la buena dinámica del club pucelano el resto de la temporada, logrando salvar la categoría.
