El cuadro vasco se medirá estas próximas semanas a Barça, Atlético de Madrid o Athletic Club entre otros
El conjunto de Imanol aún no ha levantado el pie del acelerador. Y no parece tener intención de hacerlo a menos que se vea obligado, ya sea por la carga de partidos o porque es incapaz mantenerse arriba. De hecho, el frenético mes de diciembre que acecha al cuadro txuriurdin se prevé el más intenso hasta la fecha, por lo que el equipo deberá meter la sexta marcha. A estas alturas de la temporada, sin embargo, la fatiga puede comenzar a causar estragos a consecuencia del ritmo de competición al que está sometida la Real en estos momentos. Debido a esto, el técnico de Orio se verá obligado a rotar si desea aspirar a grandes objetivos.
Más allá del juego bonito
Pese al indudable mérito que conlleva mantenerse como líder de la Liga Santander durante más de un mes, la humildad es la que está dando reconocimiento a esta Real Sociedad. Imanol ya ha afirmado en más de una ocasión que estar en la cabeza de la competición es algo anecdótico y que el grupo se debe centrar en el día a día. La filosofía de Diego Pablo Simeone se ve reflejada en sus palabras, restándole importancia a la clasificación. No obstante, lo que viene construyendo el club vasco en estos últimos meses se merece un premio cosechado a base de trabajo y constancia. Algo que está aupando al equipo a lo más alto en la competición doméstica, donde tan sólo ha cosechado una derrota ante el Valencia CF.
Habiendo recibido a rivales como el Real Madrid o el Villarreal, el combinado guipuzcoano ha seguido fiel a su idea, convirtiéndose así en uno de los conjuntos con más personalidad del país. Aunque la buena mano de Imanol comenzara a dar sus frutos a comienzos del pasado curso, es ahora cuando los cimientos se están consolidando y la competitividad también se va afianzando como una de las grandes virtudes del combinado txuriurdin. Los resultados lo avalan, pese a la racha de empates que viene encadenando la Real estas últimas semanas.
Mismo equipo, nuevos desafíos
Con la machada de Nápoles aún reciente en la memoria de los realzales, el billete a dieciseisavos acarrea una serie de consecuencias positivas, cómo no, para el conjunto donostiarra; la primera, consagrarse como un equipo al que le sobra personalidad, descaro y confianza. Saltar a terrenos de juego en los que a priori uno se puede encoger y el encuentro se puede convertir un David contra Goliat. Nada de eso pasa por la cabeza de los jugadores. La segunda buena noticia, la de poder seguir vivos en varias competiciones, sabiendo repartir minutos y haciendo que cada uno cumpla con su particular rol en la plantilla. Y la tercera y la más obvia, la confirmación de que este equipo va en serio.
Con esta nueva ronda eliminatoria reservada para febrero, los de Imanol tendrán antes que disputar el primer torneo del año en enero. La Supercopa de España ante Real Madrid, Barcelona y Athletic Club se presenta como el entrante a una final de Copa ansiada por todos los aficionados en el mes de abril. A fin de cuentas, veremos si el equipo es capaz de aclimatarse a estos escenarios de vértigo a la vez que pelea por un puesto europeo en la Liga Santander.