El centrocampista croata del Real Madrid sigue siendo una pieza fundamental a sus 35 años
Entre todos los escombros de un Real Madrid que se descompone y recompone según las circunstancias se lo exigen, sobresale un futbolista al que pocas personas le daban créditos hace algunos meses. Luka Modric es el faro que guía a los blancos hacia un final de temporada lo menos desastroso posible. El croata ha renacido en la segunda parte de este 2020. Desde la vuelta a la acción en el mes de mayo, cuando todas las competiciones reactivaron el fútbol, el centrocampista ha dejado destellos del Balón de Oro de 2018.
El ‘10’ madridista es la mejor noticia para Zinedine Zidane en una temporada complicada (otra más), en la que las lesiones importantes y los altibajos de forma son la tónica habitual del día a día. Modric ha vuelto a ser quien mereció todo galardón entregable en el 2018, mismo año en el que se llevó su cuarta Champions League a su casa y condujo a su selección a la final del Mundial. Formando de nuevo la legendaria dupla del centro del campo con Toni Kroos, alemán y croata son la batuta de este Real Madrid. A pesar del pésimo rendimiento mostrado por su equipo hasta el momento, Luka es uno de los mejores centrocampistas del momento. Se implica atrás, muerde en la presión, genera en ataque y su clase inunda los mejores campos de Primera División y Europa. Como antaño.
A falta de piernas frescas como las de Fede Valverde, titular hasta el momento de su lesión (aunque el uruguayo podría regresar en el derbi de hoy), Modric ha vuelto a dar un paso al frente para demostrar al madridismo y al mundo que aún tiene mucho fútbol por sacar de sus botas. El equipo ha notado su presencia, y con él en el césped la creatividad se incrementa por mil y las líneas rivales se rompen solas.
¿La edad perdona?
Pero no hay que olvidar un pequeño detalle, y es que el croata tiene 35 años de edad. Su punto lúcido llegó cuando estaba perfectamente maduro, desplegó toda su magia ya pasadas las 30 primaveras. Y aunque la clase (como ya está demostrado) no muere, las piernas dicen basta en algún momento.
Zidane deberá saber dosificar al croata para sacarle el máximo jugo a lo largo de una temporada tan larga. La carga de partidos es altísima tras una pandemia devastadora, y si el francés da con la tecla Modric será uno de los futbolistas clave en su equipo esta campaña. Por el momento no ha dado indicios de cansancio, a pesar de haber sido titular en los últimos 8 encuentros. Su nueva juventud empezó en Barcelona, cuando rompió la cadera de la defensa culé (portero incluido) para sentenciar el Clásico. Desde entonces ha sido titular en todos los encuentros, desde el choque ante el Inter en Milán hasta la ‘final’ de Valdebebas del pasado miércoles. En todas esas citas sólo ha sido sustituido contra el Alavés en el minuto 69’, cargando con 699 de los últimos 720 minutos de juego disputados por el equipo.
Por el momento podemos denominarlo como el nuevo Benjamin Button, como un buen vino, como una leyenda que jamás muere. Pero la edad no perdona, y la dosificación será trascendental si el Real Madrid desea seguir disfrutando del mejor Luka Modric.