Este pasado verano, el Valencia sufrió una huida de talento de forma masiva, sin recibir ningún sustituto, por ello, varios jugadores dieron un paso al frente
Hasta este mismo verano, el Valencia contaba con tres jugadores de primer nivel en el centro del campo. Dani Parejo, capitán del equipo y motor del juego. Coquelin, todoterreno absoluto. Y Geoffrey Kondogbia, sacrificio por bandera. Pero, el máximo accionista del club che decidió prescindir de los tres. Dos de ellos, Parejo y Coquelin se fueron al Villarreal por una mísera cantidad de dinero que no hace falta ni comentar. Por su parte, Kondogbia se fue al Atlético de Madrid fuera de mercado. Por el mero hecho de que el equipo colchonero podría fichar a un jugador por su cláusula de rescisión.
No obstante, el Valencia se encontraba en una extraña y delicada situación. De hecho, los primeros partidos de liga, fueron Carlos Soler y Vicente Esquerdo quienes partieron como titulares. Pero, ante las dudas que dejaba el canterano, fue Wass quien entró en la ecuación. Cediendo el lateral diestro para Thierry Correia. Pero esta solución tan solo duró un par de partidos. Hasta que Uros Racic salió a escena. Desde entonces, se ha convertido en un fijo para Javi Gracia en el once inicial.
Por ello, el Valencia ha encontrado el equilibrio en el centro del campo con Racic y Carlos Soler. El serbio ejerce las labores de contención, mientras que el de la ‘Terreta’ creaba juego a su gusto. De hecho, este último, ha ganado muchísimos galones en el combinado blanquinegro. Se ha adueñado de los lanzamientos de penaltis y faltas. Así como ha pasado a ser uno de los capitanes del equipo del murciélago. Reformando, por enésima vez en su corta carrera, su posición.
Pero no es Soler el único que ha modificado su forma de jugar. Pues el propio Racic ha pasado de ser un mediocentro más posicional, a abarcar un mayor terreno de juego. Adquirir, de manera extraordinaria y veloz muchos conocimientos defensivos y hacer olvidar a Kondogbia y Coquelin. No obstante, también se pueden aprovechar sus llegadas desde segunda línea. Pues cuenta con un excelente disparo, tal y como se vio en los partidos frente a Eibar y Athletic Club.
Asimismo, y a modo de final, ambos se han convertido en indispensables. Pues la ausencia de uno de los dos produce que se tenga que modificar el sistema de juego del equipo. Véase el caso del partido contra el Sevilla, donde un episodio de vértigos impidió jugar a Racic. Por ende, los pupilos de Javi Gracia partieron con tres centrales para dotar al equipo de mayor presencia interior.