El mexicano no está encontrando su sitio esta temporada en el Atlético de Madrid y los nuevos refuerzos le están ganando el puesto
La llegada de Geoffrey Kondogbia y Lucas Torreira al equipo, entorpece la presencia de Héctor Herrera en el once inicial. No solamente en el once, ya que con la nueva formación de Simeone, tan solo se utilizan dos centrocampistas en dicho sistema.
Por consiguiente, la falta de continuidad y el inoperante nivel mostrado, dificulta más si cabe su lugar. Incluso, se le complica ser el primer revulsivo del técnico argentino, debido a que el listón al que están actualmente sus compañeros de equipo, le deja totalmente fuera.
No obstante, arrancó correctamente la campaña. Las bajas que sufrió el Atlético le permitieron aprovechar sus oportunidades. Obtuvo un mayor peso que el año anterior y dejó pinceladas de su innegable calidad. Sin embargo, en el derbi ante el Real Madrid cometió un grave error en la marca para que los blancos materializasen el primero. En ocasiones ha carecido de profundidad y velocidad en su juego, algo con lo que sí cuentan Torreira y Kondogbia.
El ‘overbooking’ de centrocampistas eclipsa a un Herrera que actualmente se encuentra lesionado, pero que una vez regrese con el grupo, podría encontrarse en la cuerda floja. A día de hoy, el mexicano tiene 30 años y recaló el pasado curso a coste cero. Por tanto, cualquier tipo de negocio antes de que concluya su contrato -vigente hasta 2022- será beneficioso para la entidad rojiblanca.
Herrera aún está a tiempo de reconducir la situación, aunque el año pasado apenas rindió como se esperaba. Recalando de forma gratuita y teniendo un estilo de concebir el fútbol similar al del Cholo, todo apuntaba a que sería un refuerzo de lujo. Hasta ahora no ha podido plasmar su gran versión de Porto y si la situación prosigue de dicho modo, el Atlético de Madrid podría plantearse una posible venta.