Iker Muniain cuajó ante el Elche su mejor partido esta temporada. Los leones necesitan más de su mejor versión para remontar el vuelo y acabar donde merecen
En Bilbao tienen claro quién marca las diferencias. Tras la marcha de Aritz Aduriz, leyenda en el frente de ataque del Athletic Club, el encargado de poner cara a los zurigorris es ahora Iker Muniain. Sí, Muniain, ese cachorro que se comió Old Trafford y que tras años labrándose un nombre en el club de sus amores porta la Ikurriña en su brazo izquierdo. Es un peso difícil de soportar, pero Iker nunca fue de los que se esconden. Siempre que hace falta saca la cara y su magia para tirar de su equipo, y ese es precisamente el Iker Muniain que los leones necesitan.
Y si en la capital vizcaína tienen claro quién marca las diferencias es porque ya lo ha demostrado. El otro día contra el Elche volvió a hacer de las suyas, en lo que fue su mejor partido esta temporada. Marcó su tercer gol esta campaña, un gol que trae victorias de regalo si atendemos a la estadística. En los últimos 11 partidos que el navarro anotó para su equipo, el Athletic se llevó la victoria en 10 de ellos, lo que demuestra lo determinante que es el ‘10’ bilbaíno.
Los datos reflejan la realidad, que Muniain es el futbolista más diferencial del Athletic desde hace ya tiempo y que sin él los suyos sufren. Los reyes de copas sienten la ausencia de su líder cuando falta en el campo o su rendimiento no es el óptimo. Se nota al equipo sin ideas, sin toque, sin chispa. Falta ese elemento con capacidad de romper líneas, de filtrar balones y poner ese punto de desequilibrio a base de pases que dan goles. La suerte de los leones corre por sus botas.
Llega Marcelino… ¿qué va a ser de Iker?
Muniain aparece siempre que las circunstancias lo exigen, cuando los leones necesitan un rescate para salir del pozo. Es ese estilo de jugador, no se esconde. Ni siquiera por un entrenador al que más de media afición quería fuera. Una vez más dio un paso al frente para salvar el puesto de un Gaizka Garitano sentenciado y que, a pesar de la victoria, acabó siendo destituido en la tarde del propio domingo. En su lugar llegó Marcelino García Toral, un entrenador más que respetado en el fútbol español y del que se esperan grandes cosas en Bilbao. Pero, ¿cómo encaja Muniain en su esquema?
El asturiano es un entrenador metódico y fiel a su estilo, que se caracteriza por un trabajo exhaustivo tanto en defensa como ataque. Nadie ha sido nunca capaz de moverle de su ya conocida disposición de 4-4-2, lo que deja a Muniain en una posición complicada. El navarro de 28 años actúa principalmente en la mediapunta, una posición que favorece sus grandes cualidades para el último pase. Por tanto, o Marcelino se rompe el coco para hacer encajar a su estrella, o Muniain se adapta y evoluciona.
Las opciones para Iker se reducen a partir desde banda, una demarcación conocida también para él, para acabar centrando su posición y actuar de mediapunta como ya acostumbra. Ya vimos algo parecido con Dani Parejo en la etapa del entrenador asturiano en Valencia. El ahora futbolista del Villarreal jugó mayormente adelantado al doble pivote para crear mayor peligro, una fórmula que sacó todo el jugo del de Coslada. No obstante, Muniain no es Parejo, y la plantilla del Athletic no es la de los ché, por lo que la disposición planteada por Marcelino podría ser bien distinta.
Sólo el tiempo dictará lo que le depara al capitán a las órdenes del nuevo entrenador. Por lo pronto, mañana a las 21:00 San Mamés acogerá la primera batalla de Marcelino como nuevo técnico ante un FC Barcelona herido. El asturiano trabaja a contrarreloj para empezar a mostrar buenas sensaciones desde el inicio, y para ello necesitará como agua de mayo al mejor Iker Muniain.