Marcelino García Toral, nuevo entrenador de los leones, pasó por equipos, haciendo historia, en muchos de ellos
El flagrante nuevo fichaje del entrenador asturiano por el Athletic de Bilbao abre el baúl de los recuerdos y salen de nuevo otras etapas en las que entrenaba a otros conjuntos. El Racing de Santander, entre otros, fue entrenado por el ex del Valencia C.F que llegaba con la premisa de ex jugador del club y como entrenador del Recreativo de Huelva y el Sporting de Gijón.
Un entrenador que se basaba en ascender equipos de categoría. Ya desde sus inicios, en su primer equipo, el C.D Lealtad, consiguió un ascenso a Segunda División B, lo que le llevo al Sporting B para saltar al equipo principal y quedarse a las puertas del ascenso. A pesar de no conseguir la máxima de un equipo en Segunda División, consiguió un cambio de aires personal y voló hasta Huelva, para fichar por el Recreativo. Siempre basado en su juego aguerrido, en el que la defensa es la mas importante, empezaba a hacerse un nombre en la categoría de segunda división.
Una vez en el estadio nuevo condómino, el asturiano no cambió su idea de juego, algo que tanto le caracteriza como entrenador. Ser un entrenador hecho a sus ideas pero flexible dependiendo de la ocasión. Su 4-4-2 siempre inicial. Sus extremos rápidos. Su defensa férrea en la que se basaba su juego. Su asfixiante juego para generar ansiedad en el rival y aprovechar esas sensaciones generadas en el rival. Un futbol basado en no conceder goles, para así ganar partidos, que llegó a un Recreativo de Huelva por una sola temporada. En Huelva, consiguió ascender al club en el que un joven Santi Cazorla jugaba, a Primera División, en la que consiguió una octava posición.
Vuelta al norte
Con otro ascenso en la mochila, decidió cambiar de nuevo de equipo, esta vez, a otro de primera, al norte, al Racing de Santander. Llegaba como un entrenador fiable que encajaba con las ideas del club. Fue una etapa muy bonita. Los objetivos eran claros para el club y para Marcelino, mantener la categoría. Un equipo con Munitis, Garay, Toño… Estaban destinados a algo más que simplemente mantener la categoría y así fue. Los objetivos del club se pasaron por alto y se consiguieron cosas que iban mas allá. Un hito se hizo con la clasificación a Europa League, como sexto clasificado, por primera vez en su historia, hacían historia. El segundo equipo menos goleado, (42) consiguió meterse en su primera competición europea por tan solo un punto de diferencia con el Mallorca, pero eso daba ya igual, habían hecho historia. Estaban en Europa. Un hito. Un hito que se disfrutaría pero sin el entrenador que lo había llevado a ello.
En 2008, Marcelino anunciaba que dejaba el club. Un hecho histórico tornaba el verano a una época agridulce. Como el mismo entrenador dijo, “Es difícil repetir cuando los objetivos que se logran son muy superiores a los previstos”, razonando así su abandono. Hubieron momentos en los que se pensaron que aguantaría otro año mas, tal fue la situación que hasta su ultimo dia no había nada confirmado, pero no se pudo hacer nada. Entre lagrimas, abandonó el club, a pesar de tentar su vuelta al club en un futuro. Su etapa en el Racing terminó y tras esta, empezó su segunda etapa, mas movida, viajando por equipos como el Zaragoza, de vuelta al Racing, Sevilla, Villareal, Valencia y ahora, Athletic Club de Bilbao. Una copa del Rey en la espalda, momentos muy bonitos, momentos muy controversiales, pero sobre todo, un entrenador efectivo.