Hasta el momento, prácticamente no ha habido movimiento en los despachos del conjunto catalán.
Desde el inicio del mercado en España, en Girona no han sonado demasiados nombres, tanto en lo que se refiere a fichajes como a las ventas. A día de hoy, solo han habido dos movimientos por parte de Quique Cárcel, aunque no han sido de gran ayuda para el equipo. Estas han sido dos salidas, una en forma de cesión y la otra en forma de venta.
El jugador cedido ha sido Johan Mojica, quien tras no contar con los suficientes minutos en Bérgamo con el Atalanta, ha cogido las maletas y se ha ido rumbo a Elche. El préstamo del jugador colombiano tiene fecha de caducidad en el final de esta temporada. Aun así, el club ilicitano tiene una opción de compra, obligatoria en caso que se logre la permanencia del equipo. La venta ha sido la del tercer portero del equipo en las últimas campañas, José Aurelio Suárez. El ex-guardameta del Barcelona B ha salido libre del club gerundense, tras pasar tres temporadas y media sin minutos en la entidad gironí.
En cuanto a las incorporaciones han salido nombres como los de Eugeni Valderrama o Ramon Azeez. Ambos jugadores tendrían que llegar, o bien libre en el caso del de Huesca, o en forma de cesión. El propio Eugeni sería una buena opción para el centro del campo gerundense. Un centrocampista creativo y con llegada vendría muy bien para un Girona que solo tiene una pieza similar en la plantilla, la de Samu Sáiz.
La llegada de Azeez a Girona sería vista con muy buenos ojos, aunque es un movimiento un tanto más complicado. El futbolista nigeriano estaría en la mira del Elche, algo que habría desviado el punto de mira del jugador del Granada, por la obvia razón de contemplar el hecho de poder seguir jugando en Primera al menos hasta final de esta temporada.
La entidad no pasa por su mejor situación económica, por lo que tampoco extrañaría que se quedara sin incorporar futbolistas en esta ventana de fichajes. Hace seis temporadas desde la última vez que el Girona no incorporó a ninguna pieza nueva en el mercado de invierno. Aun así, al que por aquel entonces era equipo de Machín, no le fue del todo mal. Logró la clasificación para el play-off a Primera División, aunque terminaría perdiendo la final ante un Osasuna que en la posterior campaña sería club de élite.