Ousmane está viviendo su mejor etapa desde que recaló en el Barça. En su cuarta temporada como blaugrana, es cuando estamos percibiendo la mejor versión del ‘mosquito’
Ante la penumbra que rodea la situación actual en el Barça el delantero francés comienza a deslumbrar y demostrar que ese potencial del que tanto se hablaba cuando llegó y por el motivo por el que se le firmó, se está convirtiendo en una realidad. Ousmane ya es un jugador importante dentro del equipo.
Tras un arranque un tanto dubitativo su rendimiento había sido intermitente y su presencia era escasa. Dembélé llegaba al Barcelona con las expectativas de una joya que tenía que triunfar, pero las lesiones no le dejaron. El precio que había costado obligaba al galo a ser un jugador importante, y es que es el segundo fichaje más caro de la historia blaugrana.
Necesitaba continuidad, confianza y, sobretodo, preparación física. Todo ello cosas que ha encontrado en Koeman quién desde el primer momento ha confiado en él y ha apostado con un puesto como titular en su once de gala. Repasamos todos los factores que han provocado que Dembélé esté brillando, a día de hoy, con la camiseta azulgrana.
Compromiso
Sus lesiones y rendimiento irregular vinieron sumados a rumores de la prensa los cuales le acusaban de llevar una vida no apta para un deportista de élite. Pues llegaba tarde a los entrenos, no se alimentaba como tocaba y no dormía las horas necesarias. Esto podía ser un factor por el que se lesionase tanto y le dejara fuera del campo tanto tiempo. Ahora, parece que el francés se ha centrado y está demostrando ser más responsable con todas sus obligaciones como profesional.
Liderazgo
En el campo se le ve con ganas, con actitud, pero sobretodo alentando a los compañeros, dando indicaciones y en todo momento metido dentro del partido. Cuando esto ocurre se percibe de forma muy sencilla, simples detalle qué marcan la diferencia y qué muchos no valoran lo suficiente, pero que realmente tienen su peso en oro.
Solidaridad defensiva
Estamos presenciando al Dembélé más sacrificado y trabajador que nunca antes se había visto. Nunca había destacado en esta faceta, pero Koeman le ha pedido ese trabajo extra que el delantero está cumpliendo a rajatabla. Su tarea es clave e imprescindible para poder realizar una buena presión tras pérdida y tras salida de presión. Dando por sentado que el esfuerzo de Messi es mínimo, los extremos deben trabajar el doble, y ese es el caso del ‘mosquito’.
Preparación física
Las lesiones habían sido su calvario durante su estancia en el club catalán. Desde que Koeman se sentó en el banquillo, las cosas han cambiado para el galo. Solo se ha lesionado una vez en esta temporada que, viendo los precedentes, es poco. Y más, teniendo en cuenta que fue una lesión muy leve en la que solo estuvo fuera dos semanas. El técnico holandés ya dijo en su llegada que prepararía mucho mejor a los jugadores físicamente y en Dembélé tiene una especial atención en ese aspecto.
Crecimiento táctico
Su posicionamiento en el campo tiene lógica y sabe qué hacer tanto cuando tiene el balón, como cuando no es él el poseedor. Sus desmarques de ruptura a la espalda de la defensa rival son claves para liberar a los centrocampistas y dar espacio a la subida de los laterales. Eso también se suma a su posición en la presión post-pérdida y en defensa posicional.
Confianza y sentirse importante
Algo de lo que carecía Ousmane era su falta de convicción y de seguridad cuando hacía las cosas. Eso ya es pasado y lo ha dejado atrás, y ahora, en el campo se nota que juega con alegría y pidiendo el balón constantemente para elaborar en el juego de equipo. Se siente importante, y en gran parte gracias a Koeman, quien le ha transmitido una confianza máxima en todo momento.
Capacidad de asociación
El francés siempre había sido un jugador de juego directo y, sobretodo, de aprovechar los espacios del rival (uno de sus grandes puntos fuertes). Ahora, con todo ello, se suma la aptitud de relacionarse con sus compañeros mediante el balón, algo que se le pedía a Dembélé en sus inicios en Can Barça. Y es que el club blaugrana no entiende otra filosofía de juego que no sea la de tener el balón en su propiedad gran parte del partido. Prueba de ello es que registra un 83% de acierto en pase en la presente temporada.
Desborde y desequilibrio
Cuando el equipo necesita correr y encuentra espacios, siempre tiene la carta de Ousmane para aprovecharlo. Atacar los espacios es una de sus mejores virtudes, y es que con su velocidad y recortes infinitos es capaz de romper a cualquiera. Cuando agarra el balón por banda y encara es imparable y pocas otras formas hay de poderlo parar que no sea con faltas. El francés es uno de los mejores del mundo en ese aspecto.
¿Derecha o izquierda?
Como no sabe ni él cual es su pierna hábil y la menos hábil, por lo cual es ambidiestro, se adapta a las dos bandas con total normalidad. A pesar de que habitualmente juega en la derecha, cuando ha jugado en la izquierda también ha rendido a un nivel muy alto. Su habilidad con las dos piernas le permite poder salir por cualquier lado con mucha facilidad. Es por eso por lo que es un jugador tan especial y único.
Dembélé se ha convertido en uno de los fijos del técnico holandés, y prueba de ello es que ya lleva 13 titularidades en 22 partidos oficiales y suma 1.324 minutos en la presente temporada. Él mismo ha sido capaz de revertir la situación que estaba totalmente en su contra, pero al final era él quien era el único capacitado para cambiarla.
Este Ousmane despierta en los culés lo que un extremo debe despertar, esa inquietud de un jugador eléctrico que siempre puede hacer una de las suyas. Sus característicos recortes y el sinfín de fintas que siempre usa para deshacerse del rival. Y, sobretodo, saber que va a tomar la decisión adecuada para ese momento. Esta versión de Dembélé es la que todos queríamos ver para qué pudiese triunfar con la camiseta azulgrana.
