El pequeño de los Williams sube con mucha fuerza y ya llama a la puerta del primer equipo
Nicholas Williams Arthuer (Iruñea, 12/07/2002), está siendo en las últimas semanas la auténtica sensación de un Bilbao Athletic que aspira a conseguir la clasificación para el play-off de ascenso. Sus cabalgadas por banda, sus eslálones y su cada vez más reiterado encuentro con el gol nos llevan inevitablemente a relacionar sus características futbolísticas con las de su hermano Iñaki.
Un gran rendimiento
Extremo rápido, atrevido y con una facilidad asombrosa para el desborde. Puede adaptarse a la posición de delantero centro debido a su habilidad para resolver situaciones del juego en las que el espacio para maniobrar es reducido. A su rol cada vez más principal en el filial zurigorri hay que sumarle tanto sus habituales presencias en los entrenos de la primera plantilla del Athletic Club como las también asiduas convocatorias con las categorías inferiores de la Selección Española. Hecho que refuerza su proceso de maduración como futbolista y que no hace sino confirmar las esperanzas que desde todos los ámbitos y especialmente en el club de Ibaigane tienen puestas en el pequeño de los Williams.
La trayectoria del delantero navarro de 18 años (aún en edad juvenil) es meteóricamente ascendente. La temporada pasada, alternó partidos con el Juvenil A y el Basconia, conjunto filial también del Athletic Club. En esta se encuentra asentado en el Bilbao Athletic, es un asiduo de los XI titulares que alinea Joseba Etxeberria y hasta ha sido convocado para algún partido oficial del primer equipo. Nico acumula 13 titularidades en los 13 partidos que ha disputado, sumando un total de 6 goles.
Sin ir más lejos, el pasado sábado sumó un doblete en la victoria por 2-0 de su equipo ante el Portugalete. Marcando el segundo gol tras una jugada que define a la perfección sus características: velocidad, desborde y contundencia. Su gran actuación junto al elogiable trabajo grupal del equipo, permitió a los pupilos de Etxebe volver a la senda de la victoria. Es más fácil crecer en un equipo que marcha segundo en el subgrupo A del grupo II en Segunda División B, con serias aspiraciones de participar en el play-off de ascenso.
Con contrato hasta 2024, hablamos de un delantero muy joven, por lo que no debemos ser demasiado atrevidos en cuanto a dibujarle una supuesta carrera de ensueño. Pero lo cierto es que las buenas actuaciones son cada vez más frecuentes. Por esta razón, desde en el club bilbaíno se apresuraron el año pasado en añadir una cláusula de rescisión de 30 millones de euros, cantidad elevada para un jugador en ciernes pero al que se le atisban detalles de mucha calidad.
Un referente en casa
Como buen hermano pequeño de un futbolista, tiene un punto a favor. Nico no tiene que salir de su casa para observar y aprender del oficio, de los errores y aciertos que se pueden cometer. También de lo bien amueblada que debes tener la cabeza para triunfar en un mundo tan competitivo como el fútbol de élite. Sin duda, está en el ecosistema adecuado para desarrollar sus fantásticas cualidades.