El asturiano llega al circuito Paul Ricard después de lograr su mejor resultado de la temporada en Bakú
Fernando Alonso ha clasificado noveno en el GP de Francia, esta vez delante de su compañero de equipo, Esteban Ocon. Después de su fantástica carrera en Azerbaiyán, Fernando tiene la oportunidad de entablar una dinámica positiva en el equipo Alpine, que este fin de semana corre en casa.
La sexta plaza en Bakú no es sólo el mejor resultado del piloto español desde que volviera de su retirada hace 2 años, sino que es el mejor resultado desde el Gran Premio de Australia de 2018. Alpine parece que tiene aún mucho que mejorar, pero tal vez se pueden ver los primeros pasos de la escudería hacia un monoplaza competitivo.
Un regreso difícil
El regreso de Alonso no está siendo fácil. Se fue de un equipo poco competitivo, en el que era difícil no abandonar en las carreras. Una vez retirado, no dejó la puerta cerrada a un posible regresó, pero cuando hablaba de volver, siempre argumentaba que su deseo era volver para lograr resultados en un equipo competitivo.
Es por ello que cuando se anunció su incorporación para Renault, hubo muchas expectativas. No sólo por volver a ver a Alonso en esa marca, sino porque en las últimas carreras de la temporada, Daniel Ricciardo logró dos podios con ese monoplaza.
Pero la temporada empezó de forma complicada, ninguno de los dos Alpines puntuó en Baréin y Alonso tuvo que abandonar por un fallo técnico surrealista. En Imola logró el primer punto del curso, pero rodó por detrás de su compañero de equipo, y logró acabar entre los 10 primeros debido a fallos y accidentes de pilotos que iban por delante. Fue octavo en Portugal, y parecía que había algo de mejora, pero en Barcelona y Mónaco la actuación del asturiano fue muy pobre.
En Bakú logró el mejor resultado de la temporada y ahora el equipo Alpine corre en casa, qué mejor escenario para tratar de mejorar posiciones en el campeonato de constructores.
Un circuito que para Fernando es importante
El mismo Alonso afirmó que en el GP de Francia empezaba un nuevo campeonato. Después de los circuitos urbanos de Mónaco y Bakú, la F1 vuelve a los circuitos tradicionales.
Pero este Gran Premio no solo significa la vuelta a los trazados no urbanos, se trata de la séptima carrera de la temporada, donde ya no valen las excusas. Una vez los equipos y pilotos están bien entrados en la temporada, las quejas que puedan tener no valen.
Seguro que en Alpine lo quieren hacer bien. Son un equipo que ya ha dado muestras de ser ambiciosos, y en su Gran Premio no van a permitir errores, es una cita marcada en rojo en su calendario.
Otra vez delante de Ocon
Los puntos que le otorgaron la sexta plaza lograda en Bakú lo sitúan delante de su compañero de equipo en el Mundial de pilotos. Fernando cuenta ahora con 13 puntos en su casillero, mientras Ocon tiene 12.
Después de unas carreras donde parecía que no lograba rendir tanto como su compañero, quien a priori es el segundo piloto del equipo, parece que Alonso vuelve a tomar las riendas de la responsabilidad con la marca francesa. En el GP de Francia sale noveno, dos posiciones más arriba que Ocon.
Toca reafirmarse
Puede ser que Bakú haya supuesto un punto de inflexión para Fernando y que realmente esos puntos puedan significar algo de verdad de cara al rendimiento de Alpine.
Lo que toca ahora es reivindicarse en Francia, demostrar que Azerbaiyán no fue un espejismo y que este coche tiene futuro. En el GP de casa siempre es importante hacerlo bien y Alonso viene de su mejor carrera en años, es una buena combinación para empezar a construir las bases de una marca competitiva.
