El español hizo historia en el baloncesto tras ser el primer jugador español en jugar en la NBA, a pesar de su paso agridulce por ella
Lo que ahora es algo habitual, en 1986 era impensable. Ningun jugador del baloncesto español había llegado a jugar en la NBA; y nada hacía pensar que pudiera pasar hasta que apareció, el 25 de Marzo de 1962, Fernando Martín Espina.
Un fichaje que le dió alas
Tras una infancia dedicada al baloncesto y jugando en las categorías inferiores del Estudiantes; en 1981, con 19 años, el Real Madrid llamaría a su puerta, pagando por él cerca de 13 millones de pesetas, algo difícil de que ocurriera por aquel entonces.
De blanco aumentó su palmarés, y se confirmó como un referente del baloncesto español, al que ayudaría a conseguir importantes éxitos con la selección, como la plata en el Europeo de 1983 o la de los Juegos de 1984.
Nadie dijo que jugar en la NBA fuese fácil
Su llegada a la NBA fue el salto definitivo. En Estados Unidos no tuvo mucha suerte, pero eso no quita que Martín consiguiera un imposible. El joven talento madrileño se convertiría en el primer español en jugar en la NBA. Fueron los Nets los que acabaron eligiéndole en el draft en 1985, pero un problema con su representante, impidió su fichaje.
Un año después apareció Portland, uno de los grandes de la NBA por aquellos años. La gran oportunidad le llegó el 31 de octubre, día de su debut. Pero la presión por tener que pelear por el anillo y el hecho de que llegara a un equipo formado y con un entrenador conservador le concedieron pocas oportunidades aquella temporada. Acabó con 146 minutos y 22 puntos.
Por otro lado, la presión desde España fue constante, pues su fichaje le habría impedido jugar el Mundial de 1986 por una norma de la FIBA que impedía a los jugadores de la NBA competir con sus selecciones. Martín no fue ajeno a este debate, y se declaró en contra de dicha norma. «Yo no soy nadie, yo soy Fernando Martín, un jugador de baloncesto. Quiero mucho a España y al Real Madrid, pero soy un profesional y la gente entiende perfectamente por qué me voy. Quiero estar con los mejores.»
Vuelta a Madrid, y el adiós de un mito
Su vuelta a España un año después fue agridulce. Volvía a su casa, la que tanto había echado de menos, al Real Madrid, pero con la espinita de no haber triunfado en la NBA. Aun así, no tardó en volver a competir y encontrar nuevos alicientes, como medirse a un Barcelona que empezaba a dominar, siendo famosos sus duelos personales con Audi Norris.
Era el líder de una gran generación; aunque su mito se terminara pronto. Hace treinta y dos años, esta bonita historia vivió su episodio más triste. Un accidente de coche en la M-30 terminó con la vida de Martín. Como tantos otros genios, se fue a los 27 años de edad.