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Los defensas, los grandes infravalorados

El zaguero es la posición que menos se valora en el fútbol en favor del gol y del espectáculo

La figura del defensa está infravalorada en el fútbol. En las victorias, todos se acuerdan del delantero que ha marcado el gol de la victoria o, incluso, del portero que ha hecho un despeje providencial sobre la línea. Del defensa nunca se acuerda nadie. Está ahí, es una posición que sabemos que es importante, pero nunca o casi nunca ponen a un defensa como héroe del partido. Si lo hacen, será por un gol de cabeza en una jugada a balón parado, pero nunca por una acción defensiva. Porque recordemos, el defensa podrá marcar goles, sí, pero su función en el campo no es esa, es defender.

Quizás sea por eso por lo que el defensa está infravalorado. Ahora, el fútbol defensivo se pinta como aburrido y es el ataque lo que da espectáculo. Y como todo ataque, al fin y al cabo, comienza en la zaga, ahora los defensas son menos defensas. Antes los centrales no tenían por qué tener buen control de balón, con saber frenar en seco el ataque rival les sobraba. Ahora, un central tiene que saber sacar el balón jugado y a veces, incluso, está mal visto despejar el esférico con un pelotazo. “¿Para que la despejas? Tenías una línea de pase para construir jugada desde atrás”. A los centrales ya no les dejan ser centrales.

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Con los laterales pasa lo mismo. Ahora, el lateral moderno es el que además de defender su carril, ataca la banda para poner más centros, incluso, que el extremo. Son tan ofensivos los laterales de hoy en día, que ya les dan la banda entera para ellos en un sistema con tres centrales. Pero ya no son laterales, son carrileros. Es una formación que está de moda porque sigue a la evolución del propio fútbol. Nos vamos a un juego cada vez más ofensivo en busca del espectáculo. Los laterales acabarán desapareciendo en favor de los carrileros, así como desapareció el líbero. Y era muy noble ser líbero. El gran Beckembauer no era central como muchos afirman, era líbero.

A veces es bonito pararse a apreciar las buenas acciones defensivas. Esas entradas contundentes pero limpias. Esas que, teniéndolo todo perdido, salvan un gol. Hummels nos lo recordó en el Francia – Alemania de la Eurocopa. Mbappé se le escapó con una diferencia abismal de velocidad y el alemán pudo arrebatarle el balón con una precisión de cirujano. Incluso con todo en contra, un buen defensa sigue siendo capaz de hacer su función primigenia.

Defensa

Hay veces que se llegan a criticar entradas que salvan un gol cantado. Entradas por detrás en el último minuto siendo el último hombre para evitar que el delantero rival se plante delante del portero. Solo los grandes defensas son capaces de decidirse a provocar la tarjeta roja más clara del fútbol con tal de salvar un gol. El sacrificio es clave en el fútbol y una patada a tiempo puede significar una expulsión, pero también una victoria que se habría escapado sin esa falta que muchos calificarían de antideportiva. Pero si tus rivales te odian y te critican y tus aficionados te aman, felicidades, eres un gran defensa.

Fuente: Goal

Hay que reconocerle el trabajo a los zagueros. En ocasiones, una entrada para cortar el ataque es más bonita y estética que un gol por la escuadra. La única condición es saber apreciarla. Y muchas veces, el mérito de una victoria se lo atribuyen al delantero por estar en el lugar indicado en el momento indicado para empujar el balón al fondo de la red. Que tiene mérito, como todo en el fútbol, pero hay que saber valorar que, sin un buen trabajo en área propia, ese gol del delantero no serviría de nada.

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