Tras una temporada atípica, el joven extremo de Derio se sitúa en la rampa de salida en busca de minutos y oportunidades
Debido al ostracismo que ha sufrido en el Athletic, Iñigo Vicente se encuentra en la lista de transferibles. Marcelino quiere un elenco de máximo 23 jugadores y tiene que aligerar plantilla, por lo que no cuenta con él.
Esta temporada ha estado disponible en prácticamente todos los encuentros excepto 6, que le apartaron de los terrenos de juego 3 semanas: una lesión en la corva que le dejó fuera menos de una semana y el COVID-19, que le echó dos semanas.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, su participación ha sido nula. Se ha reducido a 49 minutos en partidos intrascendentes. Ante el Cádiz, siendo de los pocos que generó peligro en la derrota 0-1, y minutos residuales contra Elche y Osasuna.
Marcelino ha llegado a convocar a Nico Williams, que se desenvuelve en la misma posición y viene del filial, antes que a Iñigo Vicente. Incluso Ibai ha contado con más oportunidades, que se encuentra en un nivel de forma bastante debatible.
¿Cómo juega?
Este olvido hacia el mago de Derio es sustancial, ya que era y sigue siendo un proyecto de crack en desarrollo. En sus dos temporadas en 2aB (17/18 y 18/19) lo demostró, anotando 20 goles y repartiendo 30 asistencias en 4935 minutos, lo que equivale a 55 partidos completos.
Es un extremo izquierdo que tiende mucho a ir hacia dentro y ser muy asociativo. En el filial se destapó como la pieza fundamental del equipo. Posee infinidad de registros y es un jugador muy similar a Iker Muniain en lo que al rol en el campo se refiere. El director de orquesta, el organizador.
Tiene una calidad que hace un par de años auguraba cosas muy positivas en la élite, atesora nivel de sobras para primera división. Su punto fuerte es la visión de juego, acompañada de unas aptitudes técnicas exquisitas, lo que facilita la magia.
Además, cuenta con esa pausa y tranquilidad a la hora de jugar característica de los cracks. Sabe en todo momento dónde tiene que estar, qué tiene que hacer y cuenta con una gran velocidad de reacción, tanto en mediocampo como a la hora de finalizar jugadas.
En ese filial rojiblanco, donde más ha brillado, ha coincidido con jugadores ya experimentados en la categoría de oro y con un nombre en el fútbol español, como son Unai Simón, Sancet o Villalibre. También estaban Nolaskoain, Larrazabal y Morci.
Tras esas triunfantes campañas, aterrizó cedido en Burgos como jabato. Más concretamente, en el CD Mirandés. No tuvo unos números tan escandalosos como las anteriores temporadas, pero fueron determinantes para los objetivos rojillos.
Anotó 5 goles y repartió 8 asistencias en 1863 minutos, lo que equivale a 21 partidos completos. Después de estas actuaciones, volvió de la cesión a Bilbao, pero en ningún momento ha sido un jugador importante, ni siquiera de rotación.
Esquema de Marcelino
El Athletic es un equipo que en los últimos años ha carecido de calidad en las bandas, pero con la llegada de Berenguer y el cambio de sistema de Marcelino, la situación es diferente. Con su característico esquema de 4-4-2, Iker Muniain cae a banda izquierda y abandona el medio.
Se instala en la misma demarcación que Iñigo Vicente, lo que nubla en cierta medida las oportunidades del joven de 23 años. Podría haber sido una alternativa ante la acumulación de minutos del “10”, pero ni Gaizka Garitano ni Marcelino han contado con él.
Ahora, la incertidumbre viene de por qué no está teniendo oportunidades si está claramente dotado para el puesto. Realmente, nadie externo a la ciudad deportiva lo sabe, es un misterio inexplicable. Antes de que cierre el mercado se tendrá que ver qué le depara el futuro.
En el caso de que se quede, deberá afrontar el mismo problema que la temporada recién finalizada y ganarse un puesto. Aunque si no se le van a conceder oportunidades, una cesión a un primera sería lo mejor. De esta manera, recuperaría la confianza requerida para triunfar.
Al fin y al cabo, sigue siendo un diamante en bruto. El mago de Derio todavía tiene mucho que decir.