Después de los dos primeros lustros de competición, la categoría reina del automovilismo vivió unos años 60 repletos de diferentes campeones
Con los motores traseros a la orden del día, los años 60′ estuvieron repletos de campeones diferentes en marcas muy variadas. Hubo innovaciones técnicas muy importantes como los primeros alerones de la historia de la Fórmula 1. También se vivieron los destellos de una estrella como lo era Jim Clark, así como el trágico apagón inmediato de esa estrella en un fatal accidente.
Los campeones de los 60′ le pusieron un acento anglosajón a la Fórmula 1. El australiano Jack Brabham ganó más mundiales en esta época y también fue campeón el neozelandés Denny Hulme. El estadounidense Phil Hill y los británicos Graham Hill, Jim Clark, John Surtees y Jackie Stewart cierran la lista de campeones en estos años.
El segundo título de Brabham
Brabham empezó la década como terminó la anterior: siendo campeón del mundo con la escudería Cooper-Climax. Fue el último año de los motores de 2.5 litros y la temporada en la que el motor trasero se empezó a popularizar. Monoplazas como Lotus, Porsche o BRM mejoraron su rendimiento con esta innovación. La victoria de Ferrari cosechada por Phil Hill en Monza será la última de un coche con motor delantero.
El primer campeón estadounidense
En el primer año de los pequeños motores de 1.5 litros ganó Ferrari, que logró fabricar un coche casi imbatible que catapultó a Phil Hill al título mundial. Solo Stirling Moss, con su Lotus, fue capaz de ganarles alguna carrera a los hombres de rojo.
La lucha por el campeonato estaba al rojo vivo entre Phil Hill y su compañero Wolfgang von Trips, piloto alemán. Sin embargo, un accidente del germano con Jim Clark en Monza acabó con su vida y con la de 14 personas después de que el coche volara por los aires. Hill ganó la carrera y el campeonato por un solo punto, pero no pudo celebrar demasiado el título debido a la trágica muerte de su compañero. Quedaba una carrera en el calendario, en el circuito de Watkins Glen de Estados Unidos, pero Ferrari no compitió por respeto a Von Trips.
El comienzo del dominio británico de los 60
En 1962, Ferrari perdió fuelle ante escuderías británicas como BRM y Lotus. La lucha por el título fue entre Graham Hill, de BRM, y Jim Clark, que pilotaba un revolucionario Lotus monocasco. Dos pilotos británicos en dos escuderías británicas. Hill se llevó el título gracias a sus cuatro victorias.
El momento de Jim Clark llegaría en 1963. El británico arrasó a bordo de su Lotus, ganando el 70% de las carreras disputadas, logrando así el récord absoluto de mayor porcentaje de victorias en una sola temporada. Fue el primer mundial del que es considerado como uno de los mejores pilotos de la historia.
No pudo defender su título al año siguiente. La colisión de Graham Hill y la fuga de aceite de Clark en la última carrera propiciaron que John Surtees se proclamara campeón del mundo por una diferencia de un solo punto. El británico había ganado también el mundial de motociclismo años antes. Ferrari ganaba así otro mundial de pilotos, algo que no volvería a lograr hasta mediados de los 70 de la mano de Niki Lauda.
Clark volvió a arrasar en 1965 para ganar su segundo y último título. Logró la victoria en seis de las primeras siete carreras del año. Solo le faltó ganar en Mónaco, donde no compitió por ir a disputar las 500 millas de Indianápolis. También se llevó la victoria allí.
Los años gloriosos de Oceanía
En 1966, Jack Brabham ganó su último título mundial. Lo hizo a bordo de un monoplaza que llevaba su nombre, siendo el único de la historia en lograrlo. Además, el Brabham-Repco se convirtió en el primer coche no europeo en ganar el campeonato. Después de varios años con motores pequeños instalados en los monoplazas, en 1966 pasaron a ser de 3 litros, duplicando así su tamaño.
El equipo Brabham repitió título en 1967 pero esta vez no fue el piloto que le daba nombre el que ganó el mundial, sino su compañero, el neozelandés Denny Hulme. Lo logró gracias a una gran regularidad que doblegó las cuatro victorias de Jim Clark. Además, a día de hoy, tanto él como Niki Lauda siguen siendo los únicos que han ganado un campeonato sin lograr ni una sola pole en el mismo.
Los motores Ford de finales de los 60
Jim Clark ganó la primera carrera de 1968 a bordo de un Lotus Ford muy competitivo. Sin embargo, el considerado como uno de los mejores pilotos de la historia perdió la vida en un accidente en un evento sin puntos de la Fórmula 2 disputado en Hockenheim. Su compañero Graham Hill fue el que se llevó el título en un Lotus que fue pionero en los alerones, creados por el brillante Colin Chapman. El piloto británico estrenó esta novedad en Mónaco, en un coche nombrado como Lotus 49B.
En 1969, de nuevo un coche propulsado por un motor Ford Cosworth se llevó el título. Pero no fue un Lotus, sino un Matra. El jefe del equipo era Ken Tyrrell, fundador de la futura escudería Tyrrell. Jackie Stewart se llevó aquel mundial después de ganar seis de las once carreras que componían el campeonato.