El canterano madridista cuajó otro gran partido ante el Real Betis, reafirmando que la cantera sigue presente en el Real Madrid
En tiempos de pandemia el dinero escasea, y la apuesta en firme por dar la oportunidad a los más jóvenes se vuelve crucial. Con casos de mayor o menor acierto, el Real Madrid está haciendo lo propio. El presupuesto es limitado, aun habiéndose privado de fichar en los últimos mercados y habiendo vendido a futbolistas de peso por el camino. Todo para hacer sitio a un tal Kylian Mbappé, que todavía no llega. Y el sitio que dejan tales salidas lo tienen que ocupar los que están, los de la casa.
En algún momento del proceso, el más beneficiado fue Miguel Gutiérrez. El canterano “forzó” la salida de Sergio Reguilón con rumbo a Londres, una marcha argumentada por la gran proyección del ‘35’ blanco. El Tottenham Hotspur se llevó a Reguilón el verano pasado, aun teniendo la única garantía de que Ferland Mendy representaba el futuro del lateral. Con Marcelo en fuera de juego (lesionado y bajo de forma, a pesar de ser el capitán), se da el momento de que Miguel irrumpa. Y lo hace como nadie, demostrando que La Fábrica aún no ha cerrado sus puertas.
Junto con Dani Carvajal, otro canterano y gran ejemplo a seguir para las generaciones venideras, Miguel fue el más intenso del Real Madrid ayer en Heliópolis. Curioso que lo fueran los dos laterales. Se asoció bien con Vinícius, otro que aprovechó las oportunidades que la ausencia de referencias han permitido, y que esta campaña la ha arrancado de dulce. Fue descarado, incluso driblando en ocasiones al que se supone que debe evitar que le drible, y asomándose por el balcón del área con muy malas intenciones. Definitivamente, lo que se le pide a un buen lateral del Real Madrid.
Quizás no presente, pero sí futuro
Pero siendo realistas, todavía no es el momento de Miguel Gutiérrez. Aunque fue la pieza que impulsó la salida de ‘Regui’, y para gran parte del madridismo sea el recambio de Marcelo, lo cierto es que tiene a Mendy un escalón por delante suyo. El canterano ha empezado con buen pie con Carlo Ancelotti, al igual que lo terminó con Zinedine Zidane, pero el italiano sabe que los galones los tiene el francés. Y aunque esté lesionado, se le esperará. Además, si Miguel tuvo minutos en el Benito Villamarín (83 concretamente, hasta que sus piernas dijeron basta), fue por la baja de Nacho Fernández, que en las dos primeras jornadas desplazó a David Alaba al costado izquierdo. Y claro, el austriaco convence juegue donde juegue.
Miguel Gutiérrez no debe desesperarse. Su entrega e intensidad, contagiosas sobre todo por su banda, son todo lo que el Real Madrid necesitará dentro de no mucho si quiere mantener su esencia. Los fichajes y estrellas van y vienen, pero si por algo se ha caracterizado la casa blanca, es por poseer una de las bases de cantera más exitosas del continente. Miguel será la cara de La Fábrica en las noches mágicas de Champions League y los triunfos ligueros de los próximos años, no le cabe duda a ningún merengue. Hasta entonces, trabajo y paciencia por parte de un futbolista que lo tiene todo para hacer una carrera en su casa.