La historia del equipo Haas en la Fórmula 1 ha estado ligada siempre a la polémica y a los problemas constantes
El equipo americano aterrizó en el Gran Circo con el objetivo de hacerse un hueco entre los grandes.
No comenzaron mal, de hecho, en su tercer año consiguieron hacerse con el quinto puesto en el mundial de constructores, firmando su mejor temporada. Sin embargo, desde aquel idílico año 2018, todo ha ido a peor para Haas F1 Team.
Un gran inicio y unas altas expectativas
La aventura del empresario estadounidense Gene Haas en la Fórmula 1 arrancó en 2016, con una dupla formada por Romain Grosjean, que por aquel entonces ya tenía 7 años de experiencia en la Fórmula 1, y Esteban Gutiérrez, que solo había corrido una temporada como piloto titular.
Su temporada fue realmente buena, teniendo en cuenta que era un equipo que acababa de construirse. Fueron octavos en el mundial de constructores sumando un total de 29 puntos, y superando a Renault, Sauber y Manor.
Nuevas caras, mismo resultado.
La segunda temporada comenzó con un cambio en su alineación. Kevin Magnussen llegó a Haas para sustituir a Esteban Gutiérrez, que formaría, junto con Grosjean, una de las parejas más icónicas de los últimos años.
La dupla formada por estos dos pilotos no cosechó malos resultados, de hecho, repitió el octavo puesto de 2016, sentando las bases de lo que pretendía ser este proyecto.
El espejismo de 2018
Tras dos temporadas luchando por los puntos de vez en cuando y peleando por salir de la zona baja de la tabla, en 2018 Haas parecía haber dado un gran paso hacia delante (en parte por la ayuda de Ferrari).
Consiguieron el quinto lugar en el mundial de constructores con muy buenas actuaciones de sus dos pilotos. Algunos expertos consideran que ese coche estaba muy por encima del talento de sus pilotos, y que podrían haber quedado en una mejor posición si hubieran tenido una dupla más equilibrada.
El escándalo de 2019 y caída de su rendimiento
2019 fue para la escudería estadounidense un auténtico bochorno, tanto en lo deportivo como en lo económico. Antes de comenzar la temporada, firmaron un contrato de patrocinio con la marca de bebidas energéticas Rich Energy. Esto supuso el cambio de nombre de la escudería a Rich Energy Haas F1 Team.
A mitad de temporada, la marca americana anunció que rescindían unilateralmente el contrato con Haas debido “al bajo rendimiento”. Esto les dejó sin su patrocinador principal, y como consecuencia, sin recursos económicos para afrontar el resto de la temporada. Finalmente, acabaron novenos, su peor resultado desde su entrada en 2016.
Covid-19 y crisis económica. Lo que le faltaba a Haas F1
La pasada temporada tampoco fue nada buena para el equipo estadounidense. Grosjean y Magnussen pasaron de luchar por entrar en los puntos a pelear con Williams por no ser el último en cada carrera. La pandemia de Covid-19 supuso una limitación para todos los equipos, pero en especial, para los más pequeños.
Los de Guenther Steiner tomaron la drástica decisión de no mejorar su monoplaza con el fin de afrontar el cambio de normativa con los máximos recursos posibles.
Otro de los puntos clave de este 2020 fue la difícil decisión de prescindir de sus dos pilotos de cara a 2021, que fueron sustituidos por Nikita Mazepin y Mick Schumacher. El piloto ruso se encuentra en Fórmula 1 gracias a la inversión y patrocinio que su padre aporta a la escudería americana.
Por su parte, el hijo del Kaiser llega a Haas tras ganar el campeonato de Fórmula 2 en 2020, y formando parte de un trato de favores en el que Ferrari le asegura un puesto a su joven promesa a cambio de algún acuerdo económico entre ambas escuderías.
Últimos y sin expectativas de mejora
La temporada 2021 empezó con polémica incluso antes de empezar a rodar, y es que el patrocinio de la familia Mazepin y de la empresa Uralkali, obligaron a Haas a cambiar su estética. El monoplaza pasó de tener colores oscuros a portar los colores de la bandera rusa, en honor de Nikita.
Si con Grosjean y Magnussen, Haas ya era objeto de críticas y burlas, con Mazepin y Mick, esto no es que haya mejorado, sino que ha ido a peor. La guerra interna y los numerosos errores en pista, han llevado a la escudería a pagar más de dos millones de euros en reparaciones.
Se han visto superados por Williams y Alfa Romeo, que, a principio de temporada, se pensaba que podían ser sus rivales directos. Tras 14 carreras se puede decir que su único rival directo son ellos mismos. Van 10º con 0 puntos, y no se espera cambios de aquí a final de año.
Esta dupla de pilotos seguirá en 2022 con el cambio de normativa. Para el año que viene esperemos que su situación cambie y que sus “jóvenes talentos” puedan revertir la mala situación en la que se encuentran. Es la última bala para una escudería que llegó hace cinco años con el objetivo de llegar a pelear con los grandes.