Marco Rose no está siendo capaz de cortar la hemorragia que está sufriendo el Borussia Dortmund y ya ha encajado 13 goles en 11 partidos
El inicio de temporada del Borussia Dortmund está siendo como una montaña rusa. Al conjunto que dirige Marco Rose le está costando horrores marcar el ritmo de juego que demanda el partido en cada momento y el equipo no para de encajar goles. ¿Cuáles son las causas de está situación?
Ataque y defensa, como el día y la noche
El inicio goleador del Borussia Dortmund está siendo apabullante. Con Haaland como principal espada, el conjunto de Marco Rose ha anotado 25 goles en 11 encuentros. Sin embargo, el equipo está siendo una sangría atrás y ya ha encajado 13 goles.
Con ritmos de partido muy altos, pero sin ningún tipo de control, marcha tercero en la Bundesliga con 3 victorias y 1 derrota. Eso sí, encajando gol en todos los encuentros y con una media de más de 2 goles en contra por partido.
El problema es que, aunque a nivel ofensivo el equipo sea un avión, el día que se enfrenten a rivales de mayor envergadura y les pongas las cosas difíciles en ataque, es muy probable que el equipo no saque los partidos adelante. El ejemplo más claro se puede ver en el partido de la Supercopa contra el Bayern de Münich, en el que los bávaros lograron la victoria 3-1.
Apuesta por un sistema arriesgado
La salida de Jadon Sancho del equipo y la llegada de Donyell Malen han provocado más cambios de los que en un principio se esperaban. Aunque sean jugadores que, por posición que ocupan en el campo puedan ser similares, son dos jugadores completamente diferentes. Sancho es un extremo puro, aunque ha ido mejorando su juego por dentro, y Malen es un delantero que cae a banda. Marco Rose, consciente de esta situación ha decidido colocar a Malen en la punta de ataque junto a Haaland, lo que ha trastocado todo el dibujo.
Similar a lo que propone el “Chacho” Coudet en el Celta de Vigo, Marco Rose está proponiendo un 4-4-2 en rombo para intentar exprimir, consciente de su potencial, los recursos ofensivos del equipo. El problema que está sucediendo es que, cuando el equipo entra en fase defensiva, el hombre que actúa como pivote, que suele ser Dahoud, se encuentra completamente solo. Esto sucede porque sus acompañantes en los costados suelen ser hombres con clara vocación ofensiva, como Reyna o Brandt. Bellingham es el único que, en este aspecto, puede echarle una mano al alemán, aunque es un jugador con una tendencia clara para sumarse al ataque.
Si a todos estos condicionantes le sumamos el matiz de que los laterales, que suelen ser Meunier y Guerreiro, son jugadores de clara vocación ofensiva y con carencias a nivel defensivo, nos encontramos a un Borussia Dortmund huérfano cuando hay que replegar filas y correr hacia atrás.
Pánico a las transiciones y el balón parado
A consecuencia de sumar tantos hombres en la parcela ofensiva y tener que tirar la línea defensiva tan arriba para que el equipo no se parta, el Borussia Dortmund está sufriendo una barbaridad en las transiciones defensivas. Además, teniendo en cuenta que sus centrales titulares, Hummels y Akanji, no son unos velocistas, los equipos rivales suelen quedarse delante de Kobel con un simple pelotazo.
Pero, no solo son las transiciones defensivas las que están condenando al conjunto de Marco Rose. El aspecto defensivo en el que más está sufriendo el Borussia Dortmund es en las acciones a balón parado, mediante las cuales ha recibido 4 de los 9 goles que ha encajado (44%), hasta el momento, en Bundesliga. Sin duda, no hay peor cosa para un equipo que encajar goles y perder puntos por culpa del balón parado.
A nadie se le escapa que el Borussia Dortmund es un equipo con un potencial ofensivo increíble. Pero, si no consiguen encontrar equilibrio, la temporada para el conjunto que dirige Marco Rose puede acabarse demasiado pronto en relación los intereses que busca perseguir el club esta temporada.