El FC Barcelona ha demostrado que puede competir por títulos, pero le falta regularidad
El conjunto dirigido por Ronald Koeman no consigue mantenerse. Ofrece un nivel muy bajo o uno bastante alto, pero no se asienta en ninguno. Los aficinados culés no saben si pueden ilusionarse o no, porque, de momento, el Barça es muy irregular.
Koeman, el gran señalado
El técnico holandés es el culpable de los malos resultados cosechados y de las paupérrimas sensaciones que deja el Barça según la afición. Ronald Koeman ha dejado muchas dudas respecto a la formación, al once, a la idea de juego y a su capacidad de reaccionar.
Ha bailado entre el 4-3-3 y el 3-5-2 pasando por el 4-2-3-1 y sus variantes; no ha dejado claro qué perfil busca en determinadas posiciones, como laterales, extremos y delantero; el Barça alterna el juego de posición con el “balonazo” sin saber a qué atenerse y su política de cambios deja mucho que desear, por no hablar de Riqui Puig.
Además, parece que el entrenador azulgrana no confia en la capacidad competitiva del equipo o en la suya propia, porque literalmente ha afirmado que “sería un éxito quedar en una posición alta en el ránking” de La Liga y que “en la Champions no se pueden esperar milagros”.
El vestuario, a por todas
Por su parte, el vestuario azulgrana ha demostrado que es capaz de lo mejor y de lo peor pero que confía en poder competir por títulos esta temporada. Los propios Gerard Piqué y Sergi Roberto lo dejaron claro después de los últimos partidos, “no están vistiendo la camiseta del Barça para quedar segundos o terceros” y que “tienen plantilla para pelear por La Liga, no creen que los otros tengan mejor plantilla que ellos”.
Los canteranos están sumando mucho y generan confianza en el ambiente, no sólo la afición se crece, los compañeros también. Frente al Levante, Gavi y Nico fueron titulares y no parecía que les temblara el pulso, todo lo contrario. Eric García jugó como si llevara toda la vida siendo titular en el Barça. Riqui Puig aportó mucho con su entrada y lo de Ansu Fati ya es un caso aparte. Gracias a sus aportaciones, los Piqué, Busquets, Memphis, Ter Stegen y compañía se sienten más arropados, mejorando sus prestaciones.
El regreso de Ansu Fati, la esperanza
En medio de esta ruptura entre Koeman y el vestuario, Ansu Fati reapareció en escena. 11 meses después, 4 operaciones de rodilla después y con muchos nervios encima, el canterano regresó por todo lo alto, con frescura y gol incluído.
Si “el fútbol es un estado de ánimo”, como dice Jorge Valdano, el del FC Barcelona hoy es una fiesta, porque la victoria con buenas sensaciones frente al Levante junto con la vuelta de Ansu, el nuevo 10 del Barça, han generado un clima favorable más que necesario para afrontar el calendario que se les viene ahora a los de Koeman.
Si bien Koeman no las tiene todas consigo y parece que la directiva con él tampoco, entre la motivación de la plantilla, los canteranos asomando y el regreso de Ansu Fati, el Barça tiene motivos para soñar, por lo menos, a nivel nacional.