El Real Madrid se la ha pegado en tan solo una semana, acusando unos problemas que ya arrastraba y que Ancelotti deberá corregir
El Real Madrid se la volvió a pegar, esta vez ante el Espanyol. Completa así su ‘semana negra’, en la que no ha conocido la victoria en ninguno de los tres partidos que ha disputado. El primer frenazo a la euforia fue contra el Villarreal, que se plantó con seriedad en el Santiago Bernabéu y rascó un punto con un resultado a gafas. Luego fue el Sheriff, un equipo de Transnistria, el que asaltó el templo madridista en Champions. Y ahora el Espanyol, en liga, es quien le ha dado otro correctivo a los de Carlo Ancelotti.
El italiano tiene deberes para este segundo parón de selecciones. Su Real Madrid parecía volar, pero se ha estrellado en tres citas que no parecían especialmente peligrosas y que hubiesen cambiado radicalmente la situación del equipo de haberse encarado como se preveía. A estas horas, serían líderes en solitario con 5 puntos de diferencia sobre sus compañeros en el trono, Atlético y Real Sociedad. Y encabezarían su grupo de Liga de Campeones. Pero el panorama es bien distinto, y las alarmas comienzan a ponerse rojizas en Chamartín.
La tecla incorrecta
Por ahora, ‘Carletto’ no tiene la clave para darle estabilidad y equilibrio a este nuevo Madrid. Ni desde el inicio ni en las intervenciones durante el partido. Los experimentos no están saliendo bien. Valverde por derecha no funciona (no es nada nuevo), Casemiro no encuentra el ritmo, Kroos va a remolque, Nacho ha probado cada demarcación de la defensa en apenas 10 partidos… Y este popurrí de variantes no ayudan a asentarse a un vestuario que tiene órdenes nuevas, líderes diferentes y compañeros que adaptarse.
En el RCDE Stadium saltó a la vista un detalle que se lleva viendo desde el comienzo de temporada: a Ancelotti no le funciona su ‘plan A’. Y es su primer aspecto a corregir. El planteamiento inicial no le está dando frutos a ‘Carletto’, que se ve obligado a intervenir a la salida del túnel de vestuarios antes de disputar los segundos 45’. Una situación que deja frío al aficionado que sufre viendo a un Madrid apagado, sin chispa y que acaba llegando tarde al partido. Y si a eso se le suman los últimos errores en las sustituciones, el técnico queda en el punto de mira.
Otra vez, un coladero
El punto débil de este Real Madrid vuelve a ser su propia defensa. Después de dos años en los que Zidane sacrificó la característica de vendaval ofensivo para echar el cerrojo a su área, el caos ha vuelto con Ancelotti. El italiano tiene un grave problema en sus dominios, marcado por las bajas (tanto por lesión como por las marchas importantes del verano) y por la incertidumbre de antes de cada cita por saber quién jugará dónde. Nadie tiene el puesto asegurado, salvo Eder Militao y Thibaut Courtois. El resto, rotan sin hacer decidir al entrenador por una de las variantes que ofrecen.
Son 10 goles en contra en 8 partidos de liga por ahora. La asignatura pendiente del Real Madrid en este parón es la de corregir todos los desajustes que se dan en la retaguardia para así hacer valer el gran número de goles que registra. Parece mentira que justo antes de esta ‘semana negra’ los blancos se pegaran dos festines en casa ante Celta (5-2) y Mallorca (6-1) y firmaran una épica remontada en Mestalla, tirando de la pegada. Carlo Ancelotti no podrá vivir de su buen hacer ofensivo toda la vida, mucho menos toda una temporada en el Real Madrid.