El Atlético de Madrid y el Liverpool se volvían a encontrar en Champions en un partido que estuvo protagonizado por la polémica
El Atlético de Madrid afrontaba la tercera jornada del Grupo B, para muchos el grupo de la muerte. En esta ocasión le tocaba medirse contra el Liverpool, tras haber recibido al Porto en casa y haber ganado en San Siro ante el Milán.
La primera parte de este partido estuvo ausente de polémicas, pero repleta de goles. Pues los de Klopp se pusieron por delante con dos goles de ventaja antes de superar el primer cuarto de hora. Antes de la primera mitad el Atlético por mediación de Griezmann, con un doblete, puso las tablas en el marcador.
Lo que hasta entonces parecía una noche de Champions que iba a quedar para el recuerdo del espectador por el nivel de ambos. Acabó siendo una noche marcada por las decisiones arbitrales.
La roja a Antoine Griezmann
La primera de las decisiones que marcó un claro antes y después en el encuentro, fue una tarjeta roja directa. Griezmann estaba siendo uno de los protagonistas del partido por sus dos tantos, pero en la segunda parte iba a serlo aún más. En el minuto 53 tras ver la cartulina roja se iba a convertir en protagonista para el bien del equipo rival.
El balón se encontraba cerca del área del Liverpool, y Griezmann en un intento de bajar el balón al suelo eleva la pierna con la mala fortuna de golpear a Roberto Firmino a la altura de la cabeza. El árbitro tenía clara su decisión y ni requirió de la ayuda del videoarbitraje, se llevó la mano al bolsillo sacando el cartón rojo por la temerosidad de la jugada. Tanto el propio Griezmann como el resto de atléticos reclamaban esta decisión al colegiado, ya que Antoine eleva la pierna sin intención de golpear y lo hace mirando a la pelota sin tener contacto visual en ningún momento con el jugador rival.
El jugador francés se fue del campo dejando a su equipo con diez siendo ovacionado por la grada y recibiendo el cariño de sus compañeros de camino al vestuario.
La polémica en las áreas
Con un jugador menos el ritmo y la intensidad por parte del Atlético decayó considerablemente, mientras el Liverpool acumuló atacantes para adelantar las líneas y jugar más cerca del área del Atlético. Pese a estos cambios no es hasta el minuto 78 que los ingleses consiguen poner en problemas serios a la portería de Jan Oblak.
En este minuto otra decisión arbitral iba a cambiar el devenir del partido. En este caso se trata de un balón llovido que colgó el Liverpool que acabó con Diogo Jota, que había entrado en la segunda parte, derribado por el contacto de Mario Hermoso. El jugador madrileño se desentiende del balón y va hacia el portugués y lo derriba sin balón. Esta jugada no generó muchas dudas acerca de la decisión arbitral, ya que fue un error claro por parte del central que acabó siendo el segundo tanto de Mohamed Salah.
La intervención del VAR
Minutos más tarde tras el lanzamiento de una falta por parte del Atlético la polémica cambió de área. Pues el centro lateral acabó con José María Giménez por el suelo tras cruzarse con Jota. En un primer instante el colegiado para el partido y señala la pena máxima en el área del Liverpool. Luis Suárez ya tenía el balón preparado para lanzar el penalti cuando el árbitro decide acudir a la pantalla del VAR para revisar la jugada.
En esta visita a la pantalla, el colegiado alemán dudó incluso viendo las imágenes ya que las tuvo que ver varias veces y no tenía clara su decisión. Finalmente vuelve al campo para corregir su decisión inicial y rectificar el penalti concedido a los rojiblancos. Los jugadores atléticos protestaban porque contacto existía y le recordaban al colegiado la decisión tomada minutos antes en la otra área.
Lo que más sorprende de esta última decisión es el acto de ir a revisar el penalti a la pantalla, tras haberlo pitado con tanta claridad. Pues en las imágenes se ve que hay contacto, y rara es la vez que el VAR entra en este tipo de jugadas.
Incluso el entrenador del Liverpool, Jurgen Klopp afirmó en rueda de prensa su asombro con la rectificación de este penalti. Y no fue el único en hablar del árbitro, pues muchos jugadores del Atlético protestaron sus decisiones. Como el propio Luis Suárez que se fue con amarilla por sus protestas. Además, Felipe en la rueda de prensa postpartido afirmó que el árbitro influyó en el resultado.