El delantero uruguayo está pasando por una buena racha goleadora y ya le pisa los talones a Rubén Castro, el primer clasificado.
Cristhian Stuani ha vuelto. Tras un inicio de temporada flojo y con poco olfato de gol de cara a portería, el uruguayo se ha crecido en los últimos partidos, siendo fundamental como siempre ha sido para los objetivos del Girona. Lo analizamos.
Stuani comenzó la temporada con una mala dinámica, ya que en los cinco primeros partidos sólo anotó un gol. El killer uruguayo no se sentía cómodo sobre el terreno de juego ya que el potencial ofensivo del equipo gironí era pobre. Es más, el equipo de Míchel no demostraba un buen juego y llegó a situarse en zona de descenso.
Sin embargo, estas malas sensaciones desaparecieron y el Girona mejoró el juego durante el mes de octubre. Pese a esta mejora, el equipo catalán sumaba menos puntos de los que merecía y el fútbol no era justo con ellos. Hacia mediados de octubre,el uruguayo solo había marcado 2 goles, siendo una cifra baja para un goleador nato como es Stuani.
Pero afortunadamente las cosas cambiaron. El equipo ha encadenado una buena dinámica hasta día de hoy, sumando 13 de los últimos 18 puntos posibles y ahora se encuentra a cinco puntos del play-off. El planteamiento de Míchel comienza a dar sus frutos y todos los jugadores han mejorado el nivel, incluyendo al propio Stuani, que en los últimos cinco partidos ha anotado nada más y nada menos que seis goles.
Contra el Zaragoza anotó uno (1-1) y frente al Fuenlabrada otro (1-2). En el partido contra el Alcorcón marcó un hat-trick (3-1) y este domingo frente al Cartagena se llevó otro gol para el bolsillo (2-0). Así pues, ya suma ocho goles en la competición y solo se encuentra uno por detrás de Rubén Castro, el delantero español del Cartagena. Veremos si le supera, pero todo indica que así será si mantiene este ritmo goleador.
Pese a su veteranía en el fútbol, con 35 años, la estrella del Girona sigue marcando goles y sumando alegrías con el equipo catalán. El uruguayo está enrachado, no ha dicho su última palabra y sigue demostrando que la edad es solo un número.