El español, el cual sobresalió la temporada pasada en el ámbito ofensivo, por el momento, no consigue perforar la red
Marcos Llorente fue, sin lugar a dudas, uno de los hombres de moda y uno de los futbolistas más mejorados de la 20/21. Así lo respaldan sus estadísticas: 13 goles y 12 asistencias en 45 partidos. Es más, tal y como muestra ‘Transfermarkt’ su valor de mercado incrementó de 40 millones a 80. Es decir, duplicó su valor monetario en cuestión de una temporada. Por ende, en vista de su despegue, el Atlético quiso echarle el cerrojo y lo renovó hasta 2027.
Paradójicamente, el ex del Real Madrid no está siendo ni la sombra de lo que llegó a ser el curso anterior. Hay diversas teorías sobre su deterioro, pero principalmente se debe a su cambio de posición. Y es que, el Atlético de Madrid en la 20/21 contaba con Koke, Lemar, Herrera, Kondogbia, Saúl, Torreira y el mismo Llorente. De cara a esta nueva 21/22, las únicas bajas fueron la de Saúl Ñíguez (que se encuentra cedido en el Chelsea) y la de Lucas Torreira (que estaba en el Atleti en calidad de préstamo y terminó su contrato).
Entre ellos, Marcos Llorente era uno de los baluartes inamovibles del Cholo. El técnico argentino le alineó en 45 encuentros, y fue titular en todas las citas, logrando un recuento total de 3618’. Inclusive, al ser un futbolista que revolucionaba las contiendas con sus internadas desde segunda línea, Simeone le ubicaba hasta como pareja de baile con Suárez en la delantera. A modo de conclusión, Marcos aportaba una marcha más al juego del equipo y fue vital, tanto aportando dianas, como asistencias o creando ocasiones de gol.
El lateral, un lastre para su cuota goleadora
No obstante, el conjunto rojiblanco tras proclamarse campeón de LaLiga quiso dar un paso más allá y reforzar aún más si cabe su sala de máquinas. Los indios incorporaron a Rodrigo De Paul para la medular; y para el ataque, recuperaron a una leyenda atlética como Antoine Griezmann e incorporaron a Matheus Cunha sobre la bocina.
Hasta aquel momento, Llorente estaba siendo el comodín de Simeone de la zona de creación hacia adelante, pero la sobrepoblación del mediocampo (su posición predilecta) y la delantera, han provocado un giro de 180º en el guión. El madrileño se ha visto en la obligación de retrasar su posición hasta la defensa, concretamente al lateral derecho.
Dicho movimiento tiene dos vertientes: las lesiones de Kieran Trippier y las excelentes actuaciones de Rodrigo De Paul. El lateral inglés tiende a ser el dueño y señor del flanco diestro, aunque sus estados de inactividad por molestias físicas le dificultan cumplir con su labor. Entonces, el ‘14’ cumple como salvavidas momentáneo.
Y el otro motivo por el cual Llorente suele cubrir el carril derecho es el gran estado de forma del nuevo fichaje. El argentino desde el primer día que aterrizó en la capital española ha demostrado con creces que es uno de esos espartanos que casan a la perfección con el Cholo Simeone. Su compatriota le ha dado un papel como protagonista en mediocampo y Rodrigo tiene conquistada a la afición.
En cuanto a Llorente, partiendo desde una posición tan retrasada, a priori, dificulta más contribuir en tareas de ataque. Por consiguiente, sus números traducen este hecho: 0 goles y 1 asistencia en 18 partidos. Para más inri, cabe destacar que ha sufrido tres lesiones en tres meses. A día de hoy sigue en la enfermería rojiblanca, y su primer tanto en la 21/22 tendrá que esperar.
Un calco a la crisis que padeció Saúl
Este movimiento ha causado revuelo en los aficionados, ya que con Saúl Ñíguez, el cual es un centrocampista llegador como Marcos, sucedió exactamente la misma situación y, desde entonces, nunca ha vuelto a reencontrarse consigo mismo en el verde. Es por ello que ha tenido que salir cedido rumbo al Chelsea.