Valverde tiene contrato con el Real Madrid hasta 2027 y una cláusula de 1.000 millones de euros, por lo que es un fijo en el proyecto de futuro madridista
Fede Valverde se ha hecho con la etiqueta de intransferible en el Real Madrid. El uruguayo lleva tres temporadas rindiendo a un nivel extraordinario y sustituyendo de una manera eficaz a cualquiera de los tres mediocentros titulares madridistas cuando se le necesitaba: Casemiro, Kroos y Modric. Si bien es cierto que desde su llegada a Madrid ha tenido ciertos altibajos, en líneas generales el jugador ha cuajado buenas actuaciones en los partidos importantes.
De los más comprometidos
Su compromiso y constancia le destacan por encima del resto. Corre como el que más sea en el minuto que sea, hacia arriba para atacar o hacia abajo para defender. Es de esos jugadores que muy difícilmente defrauda en cuanto a actitud, se deja la piel en cada partido y si tiene que asumir riesgos por el bien del equipo, los asume, y para ejemplo la Supercopa de España del año pasado, donde se vio obligado a cortar el contraataque de Morata mediante una entrada por detrás en los últimos compases que le supuso la roja directa.
A esa actitud y compromiso se suma la garra que tiene y con la que juega los partidos. Su gran físico le permite estar en cada presión alta del equipo sin desistir, así como ser un hombre imprescindible en los contraataques blancos cuando él está sobre el terreno de juego. Su juego es de gran valor para el Real Madrid, puesto que aporta cosas de las que actualmente carecen en Chamartín y, para determinados partidos en los que el rival te exige estar en plena forma física, Valverde es un indiscutible.
Mucho físico, poco juego
Sin embargo, no todo es oro lo que reluce. A pesar de su gran rendimiento físico, desde hace un tiempo esa es su única carta de juego. Futbolísticamente ha pegado un importante bajón respecto a su espectacular año de presentación, 2019-2020, donde encandiló a todo el madridismo por su dominio del juego técnico y físico. En estos últimos meses se le han visto sus carencias, y es que en partidos cerrados donde al rival parece que me quema el balón y se encierra en su campo, Fede pasa a ser un jugador más, uno no diferencial. Eso a priori no tendría ningún problema, ya que ha habido partidos donde se le ha visto adaptarse sobremanera a ese tipo de juego y por ello tan solo requeriría de esperar a que volviera ese jugador, pero ahora tiene un handicap: Dani Ceballos.
El sevillano es perfecto para ese tipo de partidos en los que el rival parece que no quiera saber nada del balón, que son los que predominan actualmente en LaLiga Santander cuando un grande se enfrenta a un club pequeño. O en la Copa del Rey. Su capacidad de filtrar pases interiores y vislumbrar líneas de pase por entre un muro de rivales le suman muchos puntos para posicionarse como el primer recambio ideal de la “CMK”, etiqueta que hoy está en manos de Fede Valverde.
La cosa está en que en partidos de tú a tú, que a menudo son los más importantes, el juego físico de Valverde es muy necesario para el Real Madrid. Y por eso se ha ganado ser intransferible y que Florentino no quiera oír nada acerca de posibles ofertas por él. Además, su actuación estelar más reciente refuerza esta posición, y es que cuajó muy buenos minutos frente al Barça y viéndose recompensado ese esfuerzo marcando el gol de la victoria.