Rafael Nadal se proclamó campeón de este Grand Slam, donde, en un partido de época de más de 5 horas de duración, culminó el encuentro (2-6, 6-7, 6-4, 6-4 y 7-5)
El último partido de este Abierto de Australia, la gran final, los dos últimos tenistas en pie, se veían las caras hoy en la Rod Laver Arena de Melbourne. El partido comenzaría a partir de las 09:45 horas (horario peninsular), en una sesión nocturna en la ciudad australiana.
Ambos lucharían por objetivos meramente ambiciosos. Rafa Nadal buscaba alzarse con su vigésimo primer Grand Slam. Mientras que Daniil Medvedev tenía a su alcance superar a Novak Djokovic y colocarse como número uno del ranking ATP.
Primer set: Medvedev barrió a Rafa
El primer set de la gran final comenzaba con Nadal al saque. Y el primer juego comenzaba con el sufrimiento de Rafa donde no podía responder a los golpes del ruso, donde provocó el primer deuce del partido. Pero, aún con mucho sufrimiento, el mallorquín consiguió salvar las primeras complicaciones del partido y ponerse con uno cero.
Y en el primer saque de Medvedev, conseguiría sus primeros aces y con un juego a toda pastilla y sin dar a penas respiro a Rafa, el ruso pondría de nuevo las tablas en el marcador. Así fue como en el tercer juego como forzó las primeras bolas de rotura a su favor, las cuales salvaría el español con un buen juego con su derecha, ante la muralla que plantaba en la pista Medvedev.
Ya con dos iguales en el marcador, llegaría el primer punto de inflexión del encuentro. Con un juego en blanco al resto, Medvedev conseguiría, ahora sí, como un ciclón, su primera rotura en el partido. Esto dejaría contra las cuerdas a Rafa, quién se dejó llevar por el tenista moscovita y se llevaría cinco juegos seguidos y cerraría el primer set en a penas 42 minutos por 2-6.
Medvedev era letal con su saque, donde Nadal no encontraba respuesta. Pero por su parte, Nadal no terminaba de estar del todo fiable con su saque al cual le respondía casi todas las bolas Medvedev, aunado a las dos dobles faltas que cometió en el primer set.
Segundo set: Espectáculo en estado puro
El segundo set comenzaría muy parecido al primero. Medvedev metía presión sobre el saque de Nadal en el primer juego y donde seguía sufriendo el tenista español para llevárselo con el saque. Además, a eso se le unía que Medvedev seguía siendo mortífero con su saque y no le permitía responder a Rafa.
Pero, Rafa encontraría el primer signo de debilidad de Daniil, cuando, por primera vez en el partido, no terminaba de convertir en aces su saque. Fue así como con 2-1 en el marcador, y con una derecha que le corría de una manera más veloz, el balear conseguía convertir su segunda bola de break en el partido. Nadal encontraba el punto de inflexión a su favor pero no lograría culminarlo cuando perdería su saque con 4-2.
Nadal no se dio por vencido
Medvedev lograba romper el saque a Rafa y volver a equilibrar el marcador, donde pasada la hora y cuarto de partido, el partido entraba en un momento que podía ser el más álgido de todos. Nadal asumía riesgos en el octavo juego del segundo set e iba al límite y sin red para volver a intentar romperle el saque al moscovita. Y así, forzó una nueva bola de rotura y conseguiría llevárselo con una dejada maravillosa que levantó a la grada de la Rod Laver Arena.
Servía para llevarse el segundo set Nadal, donde en el primer punto no lograría meter un smash después de que Medvedev salvara el saque con un globo de milagro.
Y de nuevo en contra de Nadal, exigido con el saque, se pondría con un peligroso 0-30 que podría dar alas a Medvedev para seguir creyendo en el segundo set. Y con un auténtica clase y como se venía viendo, el ruso forzaría dos bolas de break para engancharse al set.
Nadal salvó ambas oportunidades yendo a la red y cortó el ritmo del tenista ruso, forzando un milagroso deuce que le permitiría poder optar a una bola de set con su saque. Pero, Medvedev volvería a forzar su tercera bola de break con una bola que, tras revisión de la close call había entrado por milímetros en la línea.
El que la sigue, la consigue
Y tras el salto de un espectador a la pista, algo inusual en el mundo del tenis, Rafa Nadal salvaría la tercera bola de rotura con una nueva dejada maravillosa a la cual no pudo responder Medvedev.
Pero Medvedev seguía insistiendo y forzó una nueva bola de rotura, tras responder a una dejada de Nadal que el español acabó mandando fuera de la línea. Sin embargo, el español, aguantando con su saque, la volvería a salvar con un gran primer saque.
Y, tras más de 13 minutos de juego, cuatro deuces, cinco bolas de rotura, una sola bola de set y el salto de un espontáneo a la zona de Medvedev, el moscovita lograba romper el saque a Nadal y volvía a optar para llevarse el segundo set, o al menos, llevarlo al tiebreak.
Nos íbamos al décimo juego del segundo set, donde se le veía más suelto que en el primero a Nadal. Pero, como venía siendo típico, Medvedev igualó a cinco con un juego muy tranquilo con su saque. Y en el saque de Rafa, el tenista ruso conseguía volverle a poner contra la cuerdas, forzando un deuce de nuevo más que estresante para el español. Pero Nadal, al límite, conseguía llevar el 6-5 a su casillero para poder respirar aliviado por un momento.
El final de una batalla épica
O forzar el tiebreak o ceder ante una de las mejores versiones de Nadal en Melbourne, eso le deparaba a un Medvedev que no dejaba de ser la Muralla China en la pista. Pero, al hombre de hielo no le tembló la mano y mandó el partido a un tiebreak que pondría punto final a este gran segundo set.
El primer punto del tiebreak se llevaría Rafa, tras un fallo con la derecha de Medvedev. Y en el segundo, Nadal conseguiría un minibreak tras la precipitación del ruso al subir a la volea. Pero, pronto la recuperaría la ventaja concedida a Nadal, un Daniil que se ponía con 2-2 en el marcador. Pero, con una gran volea en la red Nadal, volvería a ponerse por delante con 3-2. Y antes de irse al banquillo por primera vez, Medvedev igualaba el marcador a tres, donde el sudor se dejaba notar en sus camisetas.
Y Nadal volvía a romper el saque a su rival con dos derechas a la línea, dejando sin respuesta a Medvedev. Un 5 a 3 prometedor para Nadal, que veía muy de cerca el poder llevarse algo más que un set en esta muerte súbita. Medvedev conseguiría volver al partido con un gran resto al saque de Rafa, quién igualaría el partido a 5, con una volea que no fue definitiva de Nadal.
Thriller absoluto, emociones fuertes y set point para Medvedev al resto lo que podía significar una tortura para Nadal. Y la máquina infernal rusa se llevaría un segundo set de época, 84 minutos y un tiebreak que podía marcar el devenir absoluto del partido. Un partido que ya tenía de todo, dejaba con un paso y medio hacia el título a Medvedev.
Tercer set: Nadal, signo de resiliencia
El tercer set comenzaba con Medvedev sacando y con Nadal al resto, y donde Medvedev con su revés machaba al balear con el primer juego. Pero Nadal no quería desconectarse del partido y forzaba los primeros cuatro deuces del tercer set y la primera bola de break a su favor. Pero se le escaparía con un resto y una derecha muy profundas. Y de nuevo, en un juego larguísimo de casi 10 minutos de duración y con dos aces, el ruso conseguía ponerse 1-0 en el marcador.
Como ocurriría en los dos sets anteriores, Nadal sufría al comienzo de los mismos con su saque, donde le costaría igualar a uno el marcador con un gran último ace. Y Medvedev no cedía y parecía casi no costarle nada cerrar los juegos con su saque, donde llevaría el 2-1 al casillero antes del primer cambio de lado del set.
Y sería en el sexto juego donde veríamos al Rafa más estelar. Medvedev volvió a forzar un 0-40 a su favor, y donde todos creían que podía darse por vencido, dio la vuelta a la tortilla y se llevó un juego contra las cuerdas absolutamente. Esto le permitió tomar aire para los dos siguientes juegos y llevar el encuentro hasta el 4-4 en el tercer set.
Rafa se salió con la suya
Tras uno de los momentos más complicados para Nadal, llegaría su turno en el noveno juego del tercer set. Un nuevo punto de inflexión aparecía en el partido y se generó con su juego dos oportunidades para romperle el saque al ruso. Y así fue en la segunda, donde con una derecha a la línea, se ponía con oportunidad con su saque de cerrar el tercer set.
Y mostrando un nivel excelso, con un juego en blanco, Nadal conseguía cerrar otro set de más de una hora, con un 6-4. Gran juego del manacorí que parecía encontrar alguna grieta de nuevo en la muralla de Medvedev.
Cuarto set: locura absoluta en Melbourne
Ya pasadas las tres horas de encuentro, Medvedev comenzaba el cuarto set al saque, donde se le podía ver un puntito más cansado ante un Nadal que parecía estar lanzado en el partido. Sufrió para sacar adelante su primer juego, pero con ayuda del fusil que tiene por muñeca, puso el 1-0 en el marcador.
Y llegarían nuevas sensaciones al partido en el segundo juego, con el español sacando y 15-15, cometería una doble falta que lograría solventar en el siguiente punto en la red. Pero, con una bola a la línea, Medvedev se generaría una bola de break que ponía los nervios a flor de piel, pero con un winner de derecha a la línea, Nadal reventaba la bola para solventar esta situación.
Y Rafa buscó con una dejada intentar solventar el deuce, pero cedería una nueva de rotura quedándose en la red. Y en este momento de tensión, Medvedev mandaría un revés cruzado a la red, para evitar ponerse 2-0 en el casillero. Tras 10 minutos de juego, de nuevo en un rallie larguísimo de puntos, Nadal conseguía poner el 1-1.
Ya en el tercer juego del set, tras sufrir con su saque, con un fallo de Medvedev y con una derecha magnífica, se ponía 0-30 a su favor. Y, para más inri, Nadal se generó dos bolas de rotura donde la primera la salvaría el tenista ruso con un nuevo ace. Pero, como nunca hay que hacer, Nadal no dejó de creer en sus posibilidades y rompió el saque a Medvedev para poner 2-1 en el cuarto.
Nadal contra una pared llamada Medvedev
Pero Medvedev mantendría la sangre fría que es habitual en él y se generaría una nueva bola de rotura a su favor donde el revés le volvía a correr como es habitual en él. Y no sería para menos, que cerraría el juego con el dos a dos en el marcador.
Entrados en el cuarto juego, Nadal mostraría esa fortaleza mental y física y ocasionaría un 0-40 a su favor con puntos de época ya. Y para salvar las estas oportunidades, Medvedev tiró de su recurso más habitual, un buen saque y dos errores del español impropio de él. Pero como si de Numancia se tratase, Nadal forzaba un nuevo deuce y más tarde, la cuarta bola de rotura del juego.
Pero, con un repertorio de ambos y una bola a la línea, Medvedev volvía a mantener su saque con un tercer deuce. Y con una nueva dejada, Nadal llegaba a la red para forzar su quinta bola de break. Ayudado de su saque, por un momento, volvería a salvarla para después ceder ante la sexta bola de break de Nadal. Y de nuevo, una vez más, la salvaría para ceder ante la séptima bola de break de Rafa. Tanto fue el cántaro a la fuente, que se acabó rompiendo a favor de Nadal, que rompía el saque al moscovita y se ponía 3-2 en el marcador tras otros 10 minutos de juego.
Llegó el enfado de Medvedev
Tras romper el saque Rafa y en el cambio de lado, Medvedev se mostró disconforme ante el juez de silla y todos los comentarios de los aficionados entre los puntos. Esta vez sí, de manera educada y sin mostrar su sangre caliente como en el último partido.
En el sexto juego del cuarto set, y llegando a las cuatro horas de partido, Nadal subió el nivel en su juego y cerró el break de ventaja, con una volea que solo se le puede ver a un tenista de época como lo es él. Tras esto, Medvedev quería volver a llevar su juego muy rápido, y cerró el 4-3 con un juego en blanco.
Tras un nuevo paso por los banquillos, Medvedev comenzaría el juego colocándose con un jugoso 0-30, donde podía ver una pequeña luz para recuperar el terreno perdido. Y siguiendo este tópico, el ruso colocaría en su favor dos ocasiones para romper el saque sobre el español con 15-40. Pero con errores en su juego y en un momento de desesperación, Daniil no aprovechó estas dos oportunidades y dejó que, físicamente, Nadal le matase para ponerse 5-3.
Nadal con su saque, consiguió forzar el quinto set
Para cerrar el cuarto set, otro de dejarse la vida como el segundo, con más de cuatro horas en las piernas, Nadal restaba para cerrarlo. Y fue así como él mismo se originó una bola de rotura, con su revés paralelo y tener una bola de set al resto.
Pero a la primera no fue la vencida, Medvedev quemado pero agresivo en su juego, salvaría la primera oportunidad con dos grandes golpes. Y cerraría el juego cuando llegábamos a una hora de set, de nuevo, algo de época, con dos leyendas del tenis mundial.
Rafa servía para mantener vivo su sueño del vigésimo primer Grand Slam, y forzar el quinto set. Y con un juego en blanco, en algo casi inimaginable para todos, Nadal conseguía llegar vivo al definitivo y último set.
Quinto set: ejemplo a seguir
El quinto set comenzaba con un aviso por parte del juez de silla de que dejasen de gritar entre saques al público. Y además, con Medvedev al saque, Nadal conseguía ponerse 15-30 a su favor y más tarde con una bola de rotura tras dos buenos saques de Medvedev. Pero, esta la solventaría Daniil con un nuevo gran saque y volea. Pero Rafa, con una derecha durísima, volvería a generarse una bola de break, que salvaría Medvedev con un ace. Y lo cerraría Medvedev, para poner el 0-1 en el marcador con un nuevo saquetazo a la T.
Y, al igual que anteriores sets, Nadal comenzaba sufriendo con su saque donde el ruso forzaba errores no forzados en el juego del balear. Pero Nadal consiguió sacar el juego adelante y poner el 1-1, cuando Medvedev llegaba a pedir la entrada de los fisios por problemas musculares. Y, antes de volver a los banquillos, llegaría un juego de cierta tranquilidad para ambos donde Medvedev pondría el 1-2 en el marcador.
Break y un juego para la historia de Nadal
Al igual que haría Medvedev, Nadal se permitió un impás de tranquilidad en el partido y cerró un juego en blanco para poner el 2-2 en su casillero.
Pero, llegado el quinto juego del set, sería donde volverían a aparecer las oportunidades al resto para Nadal. Dándole donde más le dolía a Medvedev, forzó dos bolas de rotura y a la segunda consiguió poner un 3-2, que podría ser uno de los últimos puntos de inflexión de la final.
Pero, como de costumbre en el partido, Medvedev no se dio por vencido y en el sexto juego demostró rebeldía ante la situación, donde tuvo hasta tres oportunidades de break, con hasta seis deuces y un Rafa Nadal que confirmo la rotura con una gran derecha, de esas mágicas que solo se le ven a él. Y, antes de volver a los banquillos, Medvedev cerró un juego tranquilo con su saque y dejó la patata caliente sobre Nadal con 4-3 en el casillero.
La historia no quería que se terminase el partido
Se cumplían las 5 horas de partido y llegábamos al octavo juego del set, con Nadal al saque y donde podría generar su oportunidad de cerrar el partido. Y sería Medvedev quién apretaría al resto, generando un peligroso 30-30, que, por milímetros, no se convirtió en una bola de break para el moscovita. Y cerraría el juego Nadal, para colocarse a un solo juego de ganar el partido y el Abierto de Australia.
Arrancaba el noveno juego de este tercer set, con un peloteo entre ambos, donde Nadal clavaría una derecha bárbara a la línea de fondo, levantando al público de Melbourne. Pero sacó su mejor repertorio para cerrar este juego y dejarle solo la oportunidad al saque de cerrar el partido a Rafa, y donde podría acabar este épico partido.
Y servía Nadal para cerrar este partido, donde el primer paso lo dio con un gran saque. El segundo de ellos fue con una volea épica y solo le quedaban dos puntos para cerrar una de sus mayores victorias en su carrera. Pero, no hay victoria sin sufrimiento y Nadal tuvo dos errores que igualaron el marcador a 30. Y Medvedev, de nuevo resurgiendo de entre los muertos, forzaba una bola de break para llevar más lejos este partido. Y se le quedaría en la red la pelota a Nadal, manteniendo en pie al moscovita, que le rompió el saque en un momento fatídico.
Broche de oro a una final para la historia
Pero, a pesar de ello, Nadal dejó de pensar en esa oportunidad pérdida y comenzó de frente el juego para llevar al duodécimo juego este set. Es por ello, que, con su derecha y con los dos al límite, se originó dos bolas de rotura que no las pudo aprovechar debido a los grandes saques de Medvedev. Y a la tercera fue la vencida, Medvedev falló un golpe y le dejó un break a favor para que Rafa volviera a tener en su saque la oportunidad de llevarse el torneo.
De nuevo Nadal con un saque fortísimo, volvía a generarse un 30-0 a su favor y situarse a tan solo dos pelotas de llevarse el título. Y con un saque directo, se colocaba con tres bolas para llevarse el campeonato. Y cerraba el partido con una volea a la que no pudo hacer nada Medvedev, para levantar su vigésimo primer Grand Slam.
Partido para la historia, 5 horas y 25 minutos, la mejor entrega de ambos y un ejemplo a seguir en el mundo del tenis y en todos los deportes. Medvedev contra Nadal, ganó el español, pero también ganó el deporte, oda al tenis en la Rod Laver Arena de Melbourne. Campeón Rafael Nadal, que ya tiene su 21º Grand Slam.