Kylian Mbappé brilló con luz propia ante un Real Madrid apático y fundido, que acabó recibiendo el gol que merecía
Kylian Mbappé se convirtió anoche en el rey del Parque de los Príncipes. ‘Donnatello’ se vistió de héroe del Paris Saint-Germain en un día para el recuerdo parisino. Un día en el que sometieron sin respuesta a un 13 veces campeón de Europa y le propinaron un golpe que, aunque pudo ser mayor, dejó aturdido al rival. Fue el francés el encargado de poner la chispa que necesitaba un choque de semejante calibre. En la ida de unos octavos de final, enfrentando a dos de los equipos más poderosos del viejo continente, fue un joven de 23 años el que se puso la eliminatoria a la espalda.
El PSG dominó sin oposición. El Real Madrid se encerró en su cerco para defenderse de lo que esperaban que fuese un avasallamiento. Aunque nada más lejos de la realidad. El primer tiempo fue de mutuo respeto, con poco veneno en cualquiera de las dos áreas y avisos leves que dejaban claro que ninguna de las partes quería irse de vacío a casa. Un primer acto apagado, al que le dio luz el único que se mostró dispuesto y capaz a hacerlo: Kylian Mbappé. El francés, predestinado a vestir de blanco madridista más pronto que tarde, tenía la oportunidad de declararle a su afición que sigue y seguirá comprometido con el proyecto hasta su último día en la capital. Y así lo hizo. Fue, sin duda, el mayor argumento de peligro e interés del partido.
Tal fue su exhibición que volvió loco a un futbolista tan experimentado y rígido como Dani Carvajal. El de Leganés vivió una noche de 72 minutos de duración para olvidar, probablemente una de sus actuaciones más negras como madridista. Seguro debió sentirse como en una película de terror cuando veía al ‘7’ parisino recibir el balón y mostrar intenciones de encarar y driblar. El lateral blanco se vio continuamente superado, tanto que acabó cometiendo un penalti sin excusa sobre el propio Mbappé (el cual inexplicablemente acabó tirando y errando Lionel Messi).
Thibaut Courtois, nuevo santo
Los aficionados presentes en el Parc des Princes presenciaron a su niño prodigio erigirse como el mejor futbolista del mundo en la actualidad ante el que tienen asumido que será su futuro club. Pero dentro de esa oscura actuación de un Real Madrid que optó por protegerse de cara a la vuelta en el Santiago Bernabéu, un gigante belga decidió arrojar un poco de luz y esperanza para ese mismo partido. Thibaut Courtois se hizo enorme en la portería de París.
El belga detuvo primero un mano a mano en el que Carvajal perdió por completo la carrera con Mbappé. Una acción que predijo cuál iba a ser su papel, el de salvador. Ya en la segunda mitad, lo suyo se volvió un recital. Respondió fácilmente a los tiros mansos y centrados con los que el PSG trataba de materializar su peso en el encuentro. Sin complicaciones, hasta que se vio obligado a estirar rápidamente su guante hacia abajo para sacar el disparo a bocajarro de Kylian Mbappé -que estaba en todas las salsas-. Eso sí, nada pudo hacer ante el arreón final del delantero francés, que se las ingenió para pasar por en medio de Lucas y un Militao portentoso y terminar batiendo al que estaba siendo el hombre del partido. Redondeó su actuación parándole el penalti a Lionel Messi, que mostró al mundo cómo París, irónicamente, está apagando la luz de un astro.
Un baño físico
La situación del argentino en su nuevo club, como muchos intuían pero nadie llegaba a creerla posible del todo, es preocupante. Igual de preocupante que la situación física que atraviesa el equipo de Carlo Ancelotti. Su Real Madrid empezó como un tiro la temporada, colocándose líder de liga sin apenas problemas, adquiriendo buena ventaja, goleando, convenciendo… Pero esa euforia se ha pinchado como un globo en 2022, en el que el equipo blanco ha bajado unas cuantas marchas su ritmo triunfante. Las pocas rotaciones de ‘Carletto’ se empiezan a notar en las piernas de sus titularísimos. Ha dado a entender que no cuenta con Eden Hazard, Gareth Bale, Luka Jovic, Eduardo Camavinga, Fede Valverde… para completar partidos. Ni en contextos competitivos (como puede ser el caso de ayer) ni en los que permiten un respiro.
Esta gestión de plantilla se traduce en el bajón de rendimiento de algunos futbolistas clave. Vinicius Jr. es el que más ha sufrido el paso de los minutos en sus piernas, y es que la magia del brasileño no está siendo igual de decisiva ahora que en noviembre o diciembre. Todo desemboca en el baño físico que se pudo presenciar ayer por parte del Paris Saint-Germain. Como un sabio dijo, “90 minuti en el Bernabéu son molto longos”, pero si la actitud y la aptitud física de anoche son las mismas el 9 de marzo, no habrá ‘factor Madrid’ que valga esta vez.