Este mágico deporte del que nos enamoramos a pronta edad y que es capaz de marcar nuestra vida de principio a fin de una forma intensa
En ocasiones a lo largo de nuestra vida nos preguntan que “qué significa el fútbol” para nosotros. A veces, incluso, hay gente que tiene el atrevimiento suficiente para menospreciar a este deporte o para tildarlo con ofensas que no hacen más que crispar a los que amamos esta práctica. Es por eso que en este artículo trataré de mostrar distintos aspectos de lo que el fútbol ha generado, ha cambiado y me ha enseñado a lo largo de mi vida. Ya que este artículo es tan especial para mí, como lo puede llegar a ser este bonito deporte.
Del fútbol creo que me enamoré a una edad temprana, ni siquiera tengo recuerdos de cuando comencé a patear las cosas creyendo meter gol. Tan solo algunas imágenes de mi infancia sirven como prueba y recuerda del inicio de esa historia de amor. Pasan los años y vas siendo más consciente, comienzas a jugar con el único objetivo de divertirte. Ese es el principio de todo, comenzar en este maravilloso mundo del fútbol disfrutando meramente del deporte como un juego más.
Son épocas de partidos y pachangas con amigos, con compañeros de clase e incluso con familiares. Son nuestros primeros recuerdos ligados al fútbol. Una etapa en la que eliges unos colores, que probablemente son los que guardes en tu corazón de por vida. A veces impuestos por tu familia, otras veces impulsados por la admiración a un jugador, y otras veces tan solo por seguir lo que marca tu corazón. Porque eso, al fin y al cabo, es lo más bonito de todo. Que la pasión por el fútbol nace desde lo más dentro de ti mismo, desde lo más profundo de tu corazón.
Cuando pasan los años tu forma de ver el fútbol cambia por completo. Hay quienes se desencantan por completo y pasan a tener otras aficiones que se colocan inmediatamente por delante. Existe otro tipo de personas, lo más pasionales, que son aquellos que no hacen más que ganar en locura hacía este deporte. Aquellos que dedican su vida al fútbol, que sufren en cada partido y a los que un simple resultado puede cambiarles el día. Yo pertenezco a este segundo grupo, a aquellos que han visto aumentada su pasión por este deporte con el paso de los años.
Es en esta época cuando tus colores se graban a fuego en tu piel, y un escudo se te marca en el corazón. Es ahora cuando al jugarlo, además de disfrutar también lo compites como si fueses uno de tus ídolos. Se trata una etapa tras la que es muy complicado continuar teniendo esta pasión, y ser un auténtico demente del balón el resto de tu vida, o acabar hastiado por vivirlo de forma tan intensa. Es normal y respetable acabar agotado de un deporte tan intenso. De igual forma son, respetables y normales, aquellas personas para las que significa mucho más y para las que el fútbol es una válvula de oxígeno en los momentos de mayor angustia.
Esto, lo creamos o no, se traslada a todos los ámbitos posibles. En nuestro propio país, España, hemos visto reflejada la importancia del fútbol en muchos ámbitos. A pesar de una delicada situación económica, debida a la gran crisis que se vivió allá por 2008, un país entero se unió bajo la tutela de nuestra selección. Incluso aquel gol de Andrés Iniesta, que nos hizo Campeones del Mundo en 2010, provocó un babyboom en nuestro país. Por momentos, algunos españoles eran capaces de olvidar su mala situación y sus desgracias, por sentirse orgullosos de un buen puñado de grandes deportistas.
Otro ejemplo podría ser Argentina, una nación sumida en la pobreza y en la violencia. Un país que vio el mundo desde lo más alto gracias a la conquista en México 86. Los argentinos vieron como Diego Armando Maradona ponía a su país en el mapa, como a pesar de la situación decaída del país, ese jugador regó de orgullo y gloria a su país. Podríamos seguir con ejemplos similares durante todo el día, tan solo vamos a dejarlo en estos dos, ya que la grandeza de un deporte de esta magnitud es imposible de recabar con tan solo palabras.
Al fin y al cabo, el fútbol no es más que eso un simple, aunque complicado deporte a través del cual sentimos miles de emociones. Un estallido de emociones, tanto buenas como malas, que nos atrapa y nos hace entregar nuestra vida a la pelota. No todo el mundo lo vive de una forma tan intensa, quizás ni un 10% tenga esos sentimientos que un servidor describe. Sin embargo, los más pasionales y enamorados del fútbol se sentirán fielmente reflejados en lo que comento. Ya que, para muchos de nosotros, el fútbol es mucho más que un deporte si, pero también mucho más que un sentimiento. Pues para muchos, este deporte ha sido en ocasiones un salvavidas al que agarrarnos, una forma de evadirnos y nuestra alegría en momentos de tristeza.