La llegada de Domenico Tedesco ha supuesto un cambio de dinámica radical que ha impulsado al RB Leipzig hasta los puestos Champions
Tras un inicio de temporada decepcionante del RB Leipzig a las órdenes de Jesse Marsch, Domenico Tedesco se hizo con las llaves del equipo antes de acabar el año con la misión de minimizar los golpes recibidos hasta el momento. Sin embargo, el técnico italiano ha resucitado por completo a este equipo y están volando sobre el césped. ¿Cuáles han sido las claves que han propulsado al RB Leipzig, de nuevo, a lo más alto de la Bundesliga?
Jesse Marsch y la cronología de una muerte anunciada
La llegada de Jesse Marsch a principio de temporada al RB Leipzig parecía ser la transición perfecta a la salida de Julian Nagelsmann. Sin embargo, el técnico norteamericano nunca consiguió dotar de una entidad competitiva al equipo ni tampoco consiguió potenciar a sus mejores jugadores. Pero, al final, lo que acabó decapitando a Jesse Marsch fueron los resultados.
Con el equipo muy alejado de los puestos europeos y sin opciones de disputar los Octavos de Final de la UEFA Champions League, el RB Leipzig decidió prescindir de los servicios de Jesse Marsch a principios del mes de diciembre. Es en ese momento cuando el equipo de la Factoría Red Bull decidió contar con los servicios de Domenico Tedesco. Un técnico joven, que encajaba a la perfección con el modelo de club, pero que ya gozaba de rodaje y experiencia en la competición.
Desde que el técnico italiano cogió las riendas del equipo en el enfrentamiento contra el Borussia Mönchengladbach, no ha parado de crecer en cuanto a sensaciones y resultados. Con 10 victorias en los 14 partidos que lleva al frente del equipo, ha conseguido devolverlo a la 4ª posición de la Bundesliga, meterlo en semifinales de la DFB-Pokal y avanzar hasta los Cuartos de Final de la UEFA Europa League, favorecido por la descalificación del Spartak de Moscú por el conflicto Rusia-Ucrania.
Las claves de Tedesco para resucitar al RB Leipzig
Uno de los factores que más perjudicaron al RB Leipzig y se le echó en cara de Jesse Marsch es querer cambiar radicalmente algo que venía funcionando muy bien con Julian Nagelsmann. Si a las salidas de Konaté y Upamecano se le suma el cambio de sistema a defensa de 4, el equipo se sentía muy vulnerable en defensa. Pero, más allá de eso, la realidad es que el sistema no potenciaba a muchos jugadores, como Gvardiol, Mukiele o Angeliño. Además, Nkunku y Dani Olmo, los teóricos extremos titulares, estaban muy alejados de la frontal, su mayor zona de influencia. Y esto propiciaba que André Silva estuviese muy solo arriba.
Es cierto que Jesse Marsch intentó darle varias vueltas de tuerca al dibujo con el paso de las semanas. Pero la sensación que se respiraba desde el principio era que quería poner su sello por encima del de Nagelsmann y hacerse un nombre en el equipo por cuenta propia, lo que le alejó del objetivo de sacar el máximo provecho de sus piezas por capricho personal.
La llegada de Tedesco fue un soplo de aire fresco. Una vuelta a los orígenes. El primer partido frente al Gladbach fue una clara declaración de intenciones. Vuelta a la defensa de 3 centrales, carriles largos, dinamismo en el centro del campo y libertad posicional arriba. Más adelante, con la vuelta tras lesión de Dani Olmo, el equipo subió todavía un escalón más. El español se ha convertido en ese conector entre líneas que libera de espacios a André Silva y Nkunku y que les filtra balones siempre con ventaja. Volver a este dibujo similar al de Nagelsmann ha hecho que el equipo sea más reconocible.
La importancia en el cambio de idea y no de dibujo
Muchas veces en el fútbol se habla de los diferentes esquemas y si son buenos o no para determinado equipo. Hay que entender que el esquema no es un elemento fijo, si no que varía según las alturas de los jugadores y la ocupación de los espacios. Eso es lo verdaderamente importante. El 4-2-3-1 de Jesse Marsch hacía que el equipo no tuviese clarividencia en salida de balón. Las piezas estaban muy alejadas entre sí y de su zona de influencia y, además, el equipo estaba muy partido y expuesto en defensa.
El cambio de Tedesco al 3-4-1-2 ha conseguido que el equipo tenga una salida de balón mucho más depurada. Mediante Simakan y Gvardiol por los costados, buscando siempre romper líneas en conducción y filtrando balón por dentro, el equipo rompe fácilmente la primera línea rival. Que Angeliño y Mukiele se preocupen más de atacar que de defender, con todo el carril para ellos. Como consecuencia, el carril central está mucho más poblado y con sus jugadores más determinantes, como Nkunku o Dani Olmo, cerca del área y nutriendo de balones a André Silva.
Los números nunca mienten. Con Jesse Marsch el equipo anotó 43 goles en 21 partidos (2,04 pp) y recibió 31 (1,47 pp). Un descontrol total. Con Domenico Tedesco han anotado 36 goles en 14 partidos (2,57 pp) y han recibido 11 (0,78 pp). Es decir, nos encontramos ante un equipo más resolutivo arriba y, sobre todo, mucho más seguro y fiable atrás. ¿Casualidad? Parece claro que no.
La realidad es que todavía restan 3 meses de temporada. Ahora mismo les gustaría estar peleando por otras cosas, lo que ha conseguido Tedesco en apenas 2 meses de competición podría catalogarse de milagroso. El objetivo principal es afianzar la 4ª posición para entrar el Champions. Pero, a partir de ahí, el equipo sueña con alcanzar un doblete histórico. En la DFB-Pokal es el máximo favorito y en la UEFA Europa League también es uno de los claros aspirantes, más aún con el momento de forma que atraviesan. Lo que comenzó siendo una travesía por el desierto puede acabar convirtiéndose en un precioso oasis.