Alinear a Modric como falso 9 en el Clásico fue una más de sus muchas combinaciones extrañas para evitar rotar o, en este caso, jugar con algún habitual del banquillo
En el Clásico de la semana pasada Karim Benzema causó baja tras lesionarse en el gemelo izquierdo en el enfrentamiento ante el Mallorca, donde anotó dos de los tres goles del Real Madrid. Así, Carlo Ancelotti tuvo que buscarle un sustituto para el Clásico, y sorprendió. Ni Mariano, ni Asensio ni Jovic: Luka Modric de falso 9. Fue una decisión que pilló por sorpresa a todos y que tenía decidido días antes, tal y como lo confesó en una rueda de prensa previa al partido.
Poner a Modric de falso nueve es algo que solo se le ocurriría a Carlo Ancelotti en una de esas brujerías que acostumbra a hacer para no alinear a los jugadores no tan habituales. Y más en un partido donde el rival te exige un buen delantero centro que moleste y cree problemas a la defensa contraria. Porque el Real Madrid frente al Barcelona salió a verlas venir, y eso se ejemplifica con dicha elección para el centro de ataque. Perdía toda credibilidad ofensivamente, puesto que aunque la posición la ocupara un jugador de la talla del croata, éste no dispone de las cualidades idóneas para jugar en esa zona del campo.
Y más cuando en el banquillo estaban Mariano, Asensio, Hazard y Jovic, que podían solventar la baja de Benzema con más facilidad que Modric básicamente por la única razón de que ellos son delanteros y este último, no. Si bien de esos 4 ninguno pasa por su mejor momento, sí que tienen esa chispa necesaria para la delantera que en cualquier jugada podría salir a relucir y haber cambiado el rumbo de un partido para olvidar de los blancos.
Asignatura pendiente
Sin embargo, pese a que sorprendió la elección del italiano, no es nada nuevo. Ancelotti tiene un largo currículum de jugadores a los que no saca al terreno de juego y para ello hacer combinaciones extrañas. Una asignatura que tiene pendiente, y todo apunta a que seguirá teniendo para siempre, es la de las rotaciones. Se niega en rotundo. Y lo cierto es que está obligado a hacerlo si quiere ganar algo a final de temporada, o al menos optar a ello. Porque si se lesiona un titularisimo, su suplente no tiene el rodaje ya no necesario, sino el mínimo para poder solventar esa baja con firmeza y seguridad.
El hecho de no confiar en tus suplentes es un gran paso atrás en el camino de un equipo. No solo porque desmoronas psicológica y deportivamente a esos jugadores, sino que limitas a un abanico de doce o trece jugadores el rumbo del equipo al depender de ellos esto último. El Real Madrid tiene ahora una Liga muy encaminada que se le puede echar a torcer en cualquier momento cuando un titular se lesione y el recambio no dé la talla por no estar en forma; y en Champions, una eliminatoria con un equipo que goza de un físico pasmoso donde tendrá que tirar de jugadores físicos y sin apenas minutos para contrarrestarles.