Así está la situación con los futbolistas en condición de préstamo para la próxima temporada
Tras la derrota en la final de la Copa del Rey, el Valencia CF ha perdido todas sus posibilidades de entrar en competición europea la próxima temporada. Esto provocará una reducción considerable con el presupuesto en la campaña 22/23 y una dificultad inmensa para retener a los jugadores que están cedidos.
Bryan Gil e Ilaix Moriba
Pese a contar con mucho protagonismo desde la llegada tanto de Bryan como de Ilaix, parece que es casi impensable que los dos jóvenes puedan continuar en la entidad che una temporada más.
Bryan, en un principio, no cuenta para el Tottenham, pero el club inglés no descarta verlo en la pretemporada y valorar su futuro. Ilaix parece ser que tiene mucho más clara su idea. El jugador guineano quiere volver a su club de procedencia, el Leipzig, para intentar tener otra oportunidad de jugar en el futbol alemán.
Hugo Duro
El madrileño es el jugador en condición de cedido con más posibilidades de continuar en el Valencia CF la próxima campaña. Hugo Duro parece que ha encontrado su lugar en Mestalla y quiere seguir varios años más con el murciélago en el pecho.
Tanto el Valencia como Bordalás ven con buenos ojos la compra de Hugo Duro dado el buen rendimiento que ha dado durante toda la temporada. El fichaje se haría realidad si el club che desembolsa 4 millones de euros.
Cömert y Alderete
Eray Cömert ha tenido muy poca relevancia dentro del vestuario valencianista. La falta de centrales en algunos tramos de la liga hacía esperar que el defensa tuviera más minutos.
Omar Alderete es el objetivo más complicado para los altos cargos valencianistas. La ausencia en competiciones europeas del Valencia CF otro año más complica el fichaje. De todas formas, el club puede comprar al jugador por 7,5 millones, aunque desde las oficinas intentan que el Hertha de Berlín reduzca la demanda económica.
Hélder Costa
La incorporación de Bryan Gil en el mercado de invierno ha mermado la continuidad de Hélder Costa. Si a esto se le suma el alto coste de compra del angoleño, hace que sea casi imposible que la compra del jugador pase por la mente de los dirigentes.