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OPINIÓN | Qué mérito tuvo ayer ser perico

Sin duda no fue un día brillante para el aficionado perico, que presenció una aciaga primera parte en la igualada frente a Osasuna (1-1)

Una tarde soleada, un partido contra un rival de entidad similar y buen fútbol. O ese era el prolegómeno que todo perico vislumbraba de camino al RCDE Stadium. Un domingo a las 18:30, horario propicio para ir en familia, fue otro jarrón más de agua fría para la ya agotada afición blanquiazul.

Un once raro y con RDT castigado

La afición no tardó en señalar a Vicente Moreno en cuánto su nombre sonó por megafonía. La crisis de resultados fuera de casa, el ‘baño’ del Bernabéu y la apatía de la plantilla una vez certificada la permanencia han supuesto un cóctel insufrible para el respetable perico.

Un 4-4-2  con la titularidad de Wu Lei y Puado, y que confió la sala de maquinas a Yangel, Darder y Morlanes, salió desengrasado y con muchos errores no forzados. Se presagiaba lo mismo que contra el Rayo, un desastre en casa. La suplencia de Melendo, que sigue enzarzado en un inacabable proceso de renovación fue de nuevo inentendible, así como la suplencia de RDT, castigado por Vicente Moreno.

Los cambios animaron la tarde, aunque no fue suficiente

Como reza el título de esta columna, ayer tuvo merito ir al campo y ser perico. En la primera parte, fue un espectáculo dantesco que acabó con el Osasuna marcando un gol de preciosa etiqueta y que condenó, una vez más, a Aleix Vidal, principal objeto de pito y escarnio por el público. En el descanso entraron Melendo y RDT, que sin duda lavaron la cara del equipo tanto en la medular como en la punta del ataque. Además, aportaron uno creatividad y el otro la garra por la que se le conoce.

El cambio principal, y que elevó la intensidad y la magia fue el de Melamed. En una nueva ocasión, volvió a poner en pie al público con un derechazo inapelable a la escuadra de Sergio Herrera. Todo sirvió para firmar un triste empate (1-1), que evidenció la ruptura total Club-afición. Por otra parte, ni siquiera la Curva, bien cercana a las posturas institucionales, supo callar. Se volvió a entonar el ‘Rufete vete ya’…

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