Jules Koundé abandonará el Sevilla FC en los próximos días, convirtiéndose en la mayor venta de la historia del club
Han pasado ya tres veranos desde que un niño tímido aterrizase en el aeropuerto de San Pablo desde Burdeos dispuesto a hacer historia. Monchi, su gran valedor, no escuchó a los que por aquel entonces criticaron los 23 millones que soltó por un central bajito y sin experiencia. Su cara, al recogerlo después del vuelo, reflejaba la confianza depositada en un jugador que nadie conocía. Ahora, después de 133 partidos, 9 goles, un título europeo, tres clasificaciones a Champions e incontables exhibiciones defensivas, Jules Koundé dejará de vestir la rojiblanca definitivamente. Ya se verá si es en Barcelona o en Londres.
Lo cierto es que todo el sevillismo -también los nostálgicos- tenía asumida la marcha del francés. En cada verano un gigante del fútbol mundial preguntó por él, pero su amueblada cabeza le dijo que aún no era el momento. Primero el City, después el Chelsea y, recientemente, PSG, Barça y Bayern Múnich se han sumado a los blues.
Inicios difíciles
Ya ha llovido, pero Koundé empezó siendo suplente de Daniel Carriço cuando llegó a Nervión. Una lesión del portugués en Ipurúa hizo que Julen Lopetegui diera entrada a un nervioso Jules, que lo primero que hizo fue perder un balón dentro del área para después cometer un penalti que iniciaría la remontada del Eibar a un Sevilla que sumaba su primera derrota en la 19/20. La sombra de Gnagnon sobrevolaba la cabeza de los sevillistas. Lopetegui confió en él y siguió jugando, pero sin destacar demasiado. Siempre a la sombra de un imperial Diego Carlos.
El confinamiento, etapa clave
Jules aprovechó la cuarentena para machacarse en el gimnasio. Era consciente de que debía dar un paso al frente. Al volver, acompañando a un pelo afro, había un defensa insuperable. El famoso derbi ante el Betis que retornó la liga es una cátedra por su parte. El Sevilla no perdió ningún partido liguero de los 11 que le restaban y clasificó holgadamente para Champions, pero faltaba el reto de la Europa League en verano. En Alemania, Koundé se presentó al mundo del fútbol.
En unos partidos donde destacaron los penaltis de Diego Carlos, nació una estrella defensiva. Ni Dzeko, ni Raúl Jiménez, ni Martial/Rashford, ni Lautaro Martínez hicieron cosquillas al mejor defensa del torneo. Después de la heroica de Luuk de Jong y Bono y el último baile de Banega, destacó su papel. Clave para ganar la sexta.
A partir de ahí se destapó como uno de los mejores centrales de la Liga. Obviando su nivel defensivo, sus conceptos, su rapidez, su polivalencia, su salto en parado, su salida de balón y su autosuficiencia, hay dos aspectos en los que ha destacado el parisino. ¿Cuántos goles ha salvado en la línea? El don de oportunismo le permitió salvar de cabeza la falta de Messi, la épica yendo al suelo en Krasnodar o rozar con la punta de la bota estirando al máximo la pierna para evitar el gol de Alexis Sánchez en la final de Colonia. Otro aspecto, la conducción y las subidas. Lopetegui le permitía subir con el balón controlado, ya sea para saltarse líneas de pase o acabar firmando un golazo como el del Barça en Copa tras un delicioso caño. Siendo central, tiene demasiados highlights, como la pisadita a Fekir o las voleas ante Rennes o Zaragoza. Un defensa moderno en toda regla.
Diego Carlos, su compañero de fatigas
Javi Navarro y Pablo Alfaro dejaron buen recuerdo en el Sánchez-Pizjuán por motivos obvios, pero siendo sinceros, ni una pareja de centrales sevillista ha tenido tanto nivel como la formada por el francés y el brasileño. La corpulencia y el posicionamiento en consonancia con la astucia y la movilidad. Monchi los trajo hace tres años por 38 kilos con el dinero de Lenglet y hoy los vende por 100 y siendo internacionales. No hay un sevillista que no confíe en el de San Fernando a la hora de reemplazarlos, pero siendo objetivos, no va a ser fácil encontrar dos como éstos.
Koundé, más que un buen jugador
Parafraseando algún trend de TikTok, se va “El león que se hizo rey”. El joven tímido se ha convertido en el carismático. Más de un niño en la capital andaluza ha querido hacerse sus famosas trenzas en el pelo. Muchos más tienen el 12 o el 23 acompañado de “Koundé” en su camiseta. En el partido que concluía la Liga 21/22 frente al Athletic Club se leían carteles pidiendo al árbitro que no pitara el final, que se iba Jules. Es difícil segur viendo jugadores que explotan siendo tan jóvenes y saben marcar los tiempos para dar el salto; Koundé ha sabido hacerlo.
Los 65 millones de euros que dejará en las arcas nervionenses lo convierten en el jugador más caro que ha salido de la comunidad de Andalucía y se utilizarán para remodelar una plantilla que está llegando al final de su ciclo. Un ciclo en el que Koundé ha sido protagonista, hasta el punto de calar en todos los corazones sevillistas. Los jugadores que además de dinero dejan gloria futbolística pasan a la historia. Nunca será dorsal de leyenda, pero no será fácil olvidar el nombre de Jules Koundé en Nervión.
Hugo Gordón 22 Jul 2022
Este artículo merece gloria, me he emocionado.