El encuentro frente al Fútbol Club Barcelona ha situado al “pajarito” en la cúspide del conjunto blanco, tras una actuación exquisita y perfectamente funcional
El partido liguero ante el Barça obtenía una relevancia absoluta desde el desastre de los culés en Champions, donde se la juegan a una mínima posibilidad, encontrándose de cara al actual campeón de Europa.
Fede Valverde parece haberse ganado la plena confianza de Carlo Ancelotti, que ha apostado por él como titular, con el deseo de aprovechar su desborde y su posición adelantada para romper la defensa azulgrana.
El Pajarito cumple con las expectativas
La confianza se agradece, y el uruguayo lo es con el técnico italiano. El minuto 34 del encuentro contra el Barcelona ha sido el punto de inflexión para esta relación.
Fede Valverde recibía un balón al borde del área, lo controló y lo remató con muchísima fuerza, propia de sus clásicos disparos, consiguiendo batir a Ter Stegen.
Su rabia y alegría eran expresadas en su celebración, siendo consciente y haciendo conscientes a todos los madridistas de la importancia de ese golazo en ese encuentro, poniendo el 2-0 en el marcador.
No es sorpresa esta celebración. No es sorpresa su amor al club. No es sorpresa su desempeño para ser el mejor.
Un camino largo, pero rentable
La titularidad de Fede Valverde es casi indiscutible a día de hoy. Es ágil, tiene una gran visión de juego, rápido, con cabeza y con una capacidad goleadora por encima de la media. No obstante, cabe recordar su camino para llegar hasta la actualidad.
El joven uruguayo que llegó sin expectativas, por parte de los aficionados, y que, a base de esfuerzo ha logrado llegar a ser el reemplazo del futuro centro del campo.
Parece ser imparable y su fuerza de voluntad parece no tener límites. El Real Madrid ha encontrado una joya sin precedentes y sin la presión mediática que le nuble las ideas.