El conjunto de Ancelotti remontó un 2-0 en contra para pasar a cuartos de final de Copa del Rey
El último partido de los octavos de final parecía que iba a ser uno más de la mala dinámica del Madrid. Y nada más lejos de la verdad si vemos la primera mitad. El Villarreal se dio un festín de buen fútbol y se marchó al vestuario con una ventaja de dos goles. Sin embargo, los de Ancelotti supieron darle la vuelta a la tostada en la segunda parte gracias, en gran parte, a un fantástico Ceballos que puso el partido patas arriba siendo clave en los tres goles del conjunto merengue.
La mala dinámica que atraviesa el Madrid se evidenció cuando el Villarreal no tardó ni cinco minutos en abrir la lata. Fue Capoue de volea en dos tiempos casi sin ángulo tras un centro lateral de Gerard Moreno. Lo cierto es que los de Ancelotti reaccionaron a ese tanto en contra, pero de ahí a ser resolutivos hay un paso muy grande. Sería injusto hablar de un mal inicio del Madrid en cuanto a juego o actitud pero los fantasmas volvieron a aparecer con ese tempranero golpe de Capoue.
El Villarreal no se volvió loco. Jugó con la tranquilidad de estar en casa a partido único y ganando desde el minuto 4. Durante los primeros compases, daba la sensación de que toda llegada era una ocasión de gol para los locales. En una pérdida peligrosa de Parejo en campo propio, Benzema y Rodrygo dejaron otra evidencia de la poca claridad que hay en el Madrid últimamente. Era una jugada con superioridad numérica que se derrochó por una falta de entendimiento tanto en tiempo como en espacio.
Justo antes del descanso, el Villarreal duplicó la ventaja en un golpe psicológico tremendo. La defensa del Madrid era un flan. Los jugadores amarillos combinaron en la frontal como quisieron y Chukwueke engatilló la jugada con un remate desde el punto de penalti sin oposición. La Cerámica era una fiesta, pero todo iba a cambiar en el segundo acto.
Después de un inicio de segunda mitad con un guion idéntico, Vinicius aprovechó una gran recuperación del recién entrado Ceballos para definir solo ante Jorgensen y acortar distancias. El Madrid subió el nivel con los cambios y, al final, quien la sigue, la consigue. Uno de los hombres de la noche fue, precisamente, Ceballos, que entró muy bien al partido y sirvió otro balón perfecto para que Benzema rematara de cabeza ante la parada de Jorgensen. Sin embargo, Militao embocó el rechace para empatar.
Los de Ancelotti fueron mejorando e iban creyendo en la remontada con el paso de los minutos. Lo más difícil ya estaba hecho y solo quedaba la guinda. Al final, el acierto de cara a portería se reencontró con los blancos para poder culminar antes de la prórroga. Para eso apareció de nuevo el hombre que revolucionó el partido entrando en la segunda parte. Desde la línea de fondo, Asensio metió un pase raso a la frontal y Ceballos, de primeras y con el interior, la mandó ajustada al palo para completar la remontada. Un auténtico salvador. El Villarreal intentó volver a empatar el partido pero no fue capaz en lo poco que quedaba de encuentro.
Ficha técnica
Alineaciones:
Villarreal: Jorgensen, Alberto Moreno, Pau Torres, Raúl Albiol (Jorge Cuenca, 45′), Foyth (Mandi, 52′), Capoue, Parejo, Baena, Chukwueze, Yeremy Pino (Morales, 68′) y Gerard Moreno.
Real Madrid: Courtois, Militao, Nacho, Rudiger, Mendy, Kroos (Ceballos, 56′), Camavinga, Fede Valverde, Rodrygo (Asensio, 56′), Vinicius y Benzema.
Goles: Capoue (1-0, 4′), Chukwueze (2-0, 42′), Vinicius (2-1, 57′), Militao (2-2, 69′) y Ceballos (2-3, 86′)
Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Capoue (7′), Camavinga (37′), Valverde (72′), Pau Torres (89′), Vinicius (90′), Rudiger (93′) y Parejo (95′)
Estadio: Estadio de la Cerámica (Vila-Real)