El técnico vasco se enfrenta ante la difícil situación de asignar la titularidad en la portería del Sevilla
La llegada de un nuevo entrenador causa siempre revolución en un vestuario, y por otra parte, incertidumbre. Los jugadores que no contaban hasta el momento con mucho protagonismo, tratan de dar su mejor versión para tomar la confianza del míster y, los ya habituales, intentan afianzarse para no perder el puesto. Este contexto es muy similar al que vive actualmente el Sevilla. Mendilibar deberá tomar numerosas decisiones de vital importancia en cuanto al once, una de las más importantes, la de Bono y Dmitrović. Tras mucho tiempo, la portería sevillista parece no tener un dueño inamovible.
La gran oportunidad de Dmitrović
La incorporación de Mendilibar al banquillo rojiblanco es algo que le puede venir muy bien a Marko, puesto que ya han trabajado juntos. Fue en el Eibar, donde ambos coincidieron durante cuatro temporadas. El guardameta serbio se encuentra ante una gran oportunidad de conseguir la titularidad en el Sevilla, tras una temporada y media en el club en la que ha sido suplente de Bono. Dmitrović puede aprovechar su buen estado de forma,-demostrado en sus últimas actuaciones en UEFA-, unido al mal momento por el que pasa su compañero marroquí, para así dar un paso hacia delante y reivindicarse.
Su posible titularidad no sorprendería a nadie, ni mucho menos. Pese a los malos resultados, el club andaluz puede presumir de tener una de las mejores parejas de porteros del campeonato. Debido a ello, muchas personas dentro de la afición sevillista ya piden el cambio en la portería.
El dilema con Bono
La temporada que está cosechando el conjunto hispalense evidencia el mal nivel que está ofreciendo todo el plantel, y Bono no se queda atrás. El marroquí, actualmente, no rinde a la altura de sus cualidades y tras la llegada de Mendilibar, parece haber duda sobre si debería mantener su hegemonía bajo los palos de Nervión. Aquí surge el problema, ya que Bono es uno de los activos económicos más importantes del club de cara al mercado de fichajes y, por otra parte (aunque no menos importante), es el actual Zamora de LaLiga Santander.
Sentarlo en el banquillo para lo que resta de temporada supondría un grave descenso en el valor de mercado y quizás, un paso atrás en su confianza. Bien es cierto que, el marroquí viene firmando actuaciones de muy bajo nivel, tanto con el Sevilla como con Marruecos. Pese a ello, si el técnico de Zaldibar consigue recuperar su mejor versión tanto deportiva como anímicamente, está claro que como Bono no hay muchos guardametas en el mundo. Sin duda, será una muy complicada situación la que debe afrontar esta semana el bueno de Mendilibar.