Quique Sánchez Flores ha sido cesado del Getafe. Un sistema de juego poco atractivo y jugadores fuera de posición son algunas de las claves
La historia entre el Getafe y Quique Sánchez Flores terminó. Tras una temporada bastante cuestionable del equipo madrileño, Ángel Torres decidió cesar a su entrenador. La situación que atraviesa el Getafe es una auténtica locura: jugándose el descenso y con Rubén Reyes (Director Deportivo del equipo) ocupando el cargo de entrenador lo que queda de temporada.
Un sistema caduco
Una de las principales claves del despido de Quique es el sistema de juego que implementó. El famoso 5-3-2 que no tenía demasiada coherencia con la plantilla. Para empezar, el Getafe no contaba con apenas carrileros, de hecho, Portu tuvo que cambiar su posición para adaptarse. Además, los pocos jugadores con los que contaba el Getafe para ese puesto eran Angileri o Amavi, los cuales fueron desechados por Quique desde hace mucho tiempo.
Hasta Juan Iglesias tuvo que acostumbrarse a jugar en la banda contraria para aplicar esos cinco defensas atrás. Por un lado, el centro del campo ha tenido muchas bajas a lo largo de la temporada, ya que Maksimovic y Arambarri han estado más tiempo fuera que jugando para el Getafe. Y, por el otro lado, el estilo de juego no ha acompañado a Milla ni Aleñá, por lo que deja un centro del campo bastante escaso y sin muchos recursos.
En definitiva, el sistema táctico no estaba bien planteado, teniendo en cuenta los jugadores disponibles. Además de que el juego tampoco, ya que los balones eran todos en largo para Mayoral o Enes Ünal, haciendo que los mediocampistas apenas tuvieran participación.
Pocas soluciones ante las adversidades
El Getafe ha demostrado ser, durante toda la temporada, un equipo sin soluciones. Cuando el sistema no funcionaba no se probaban cosas demasiado diferentes. Gran parte de ello se debe a que Quique no le ha dado demasiadas oportunidades a muchos jugadores.
Algunos ejemplos claros son los de Gonzalo Villar, Seoane, Angileri o Latasa. Precisamente, este último tuvo unos muy buenos minutos frente al Almería, ganando casi todos los duelos aéreos. Un ejemplo claro de que, con lo que tiene el equipo, se podría haber apostado por otros estilos. Gonzalo Villar también tuvo un buen desempeño, siendo un jugador que ya conocía el club del año pasado.
El nuevo devenir del Getafe
Las últimas 48 horas en Getafe han sido de película. Primero, el duro golpe de la derrota frente al Almería. Después, el club anuncia la destitución de Quique Sánchez Flores, para que empiecen a sonar nombres como el de Bordalás o Pacheta. Y, finalmente, según informó Alberto Fernández en Onda Cero, el alicantino no llegaría al club, porque Ángel Torres ya tenía entrenador para el curso que viene.
De esta forma, llegamos al día de hoy, cuando se ha hecho oficial que Rubén Reyes será el entrenador para las siete jornadas que quedan. Jorge Vidal, el segundo de Bordalás, estará con él en este tramo final para ayudar a Reyes, pero, de lo que no cabe duda, es que el Getafe es un barco sin rumbo fijo.
Gema Santos también ha informado de que los jugadores se han sorprendido de esta decisión, ya que les entristece que nadie quiera coger el timón del equipo. Una locura total la que está viviendo el Getafe, con una afición bastante cansada de esta temporada, la cual cantaba en el Coliseum “Getafe somos nosotros”.
Quedan siete jornadas para obrar el milagro. Siete finales para retomar el rumbo y no morir en la orilla. No obstante, entristece mucho que un club que, hace tan solo tres años, estaba jugando en Europa y eliminando a todo un Ajax esté pasando por esta situación. Un proyecto y unas ilusiones generadas que se están desangrando.