Un grito que recorre por toda Europa, ¡Sevilla!

El Sevilla se proclama heptacampeón de la UEFA Europa League en una final mágica ante la AS Roma de José Mourinho

¿Otra vez? Si, otra vez. En una de las temporadas más complicadas, coqueteando con el descenso y con el paso de tres entrenadores distintos, el Sevilla Futbol Club vuelve a ganar el titulo que más ama. Y ya van 7, desde Eindhoven, pasando por Glasgow, Turin, Varsovia, Basilea y Colonia, hasta llegar a Budapest. Por todos esos países ha pasado el abuelo sevillista con la moto, por todos esos países ha pasado la gloria y grandeza sevillista tocando plata.

Mendilibar, pieza clave de la temporada

En una temporada donde el cántico más sonado en contra de los hispalenses fue “¡A segunda!”, los de Nervión supieron levantarse de la tremenda caída y remontar una campaña que pintaba muy fea. Esa remontada empezó el día 21 de marzo, el día en el que Mendilibar relevó a Sampaoli en el banquillo sevillista.

La llegada del vasco a Nervión parecía no contentar a algunos sectores de la afición. Sin embargo, esto duró poco. Desde que se sentó en la banda sevillista, los de la Avenida Eduardo Dato han perdido solamente dos partidos. Con simpleza y sin aires de filósofo del fútbol, Jose Luis Mendilibar, al que parecía haberle tocado el puesto en la tómbola, nos ha sacado del pozo y ha escrito una muy bonita historia en el legado del club.  

Todo ello derrotando a grandes equipos como Manchester United, Juventus y, por último, la Roma de José Mourinho. Ni un solo partido fue fácil. De hecho, empezó perdiendo la final, pero ahí estuvo el Sevilla para sacar esa superioridad en esta competición y, con una pizca de suerte, empatar el partido.

El partido se fue a la prórroga y, posteriormente, a los penaltis, un grave error para los italianos. ¿Por qué? Porque ahí estaba uno de los mejores en esto, ahí estaba Yassine Bounou, que con dos paradas consiguió lo que todos queríamos, otro titulo europeo. Un título europeo que vuelve a llenar las calles de todo Sevilla de rojo y blanco.

Jesús Navas, historia viva del Sevilla

Y ahí estaba Don Jesús Navas González, junto a Iván Rakitic, para alzar ese bonito trofeo. Y diréis, ¿otra vez Navas? Sí, otra vez el duende de Los Palacios a sus 37 años y 191 días, con la misma ilusión que la primera vez en Eindhoven y con la misma alegría impregnada en sus lágrimas.

Más que un jugador, más que un capitán, más que un estadio a su nombre, más que todo eso, Jesús Navas es parte del escudo. Y así lo demuestra partido a partido, poniendo las mismas ganas. Tambien una gran persona, mandando ánimos a Sergio Rico y Gudelj, y recordando a los que ya no están: Antonio Puerta y José Antonio Reyes, dos grandes leyendas del club.

Y es que, a veces, no solo hacen falta buenos jugadores, sino que también hace falta un buen ambiente y complicidad en el vestuario. La unión hace la fuerza, y así lo demostró el Sevilla, que no es un equipo, sino una familia. ¡Gracias Sevilla!