La temporada del Getafe ha sido un constante sube y baja, con momentos de rabia, tristeza, alegría… Pero que acabó con final feliz
Ya terminó, por fin, la temporada 2022/2023 de La Liga Santander para el Getafe. Concluyó con final feliz, pero a lo largo de la campaña hubo muchos momentos, de hecho demasiados, en los que la afición azulona vio de cerca el pozo del descenso y la Segunda División.
Quique Sánchez Flores: el bueno, el feo y el malo de Getafe
Quique Sánchez Flores aterrizó en Getafe la pasada temporada y llegó como todo un héroe. Logró salvar a los madrileños del descenso, tras un inicio terrible con Míchel en el banquillo. Hasta ese momento las cosas pintaban bien para el club azulón, pero luego todo se fue torciendo cada vez más.
El arranque de esta temporada fue, entre muchas cosas, malo, con varias derrotas duras como fue ese 0-3 contra el Atlético de Madrid o el 5-2 doloroso en Mestalla. Para la jornada 10, el Getafe solo había sacado 9 puntos y se posicionaba justo por encima del descenso.
Cuando llegó el parón para disputarse el Mundial de Qatar, los de Quique perdieron en su visita a Almería y solo estaban tres puntos por encima de la zona roja, que en ese momento la ocupaba el Sevilla. Durante ese parón, la afición azulona ya pedía la destitución de Quique, debido al juego y a las malas sensaciones que se veían en el campo.
Fuese como fuera, Ángel Torres apostó por él y la temporada no mejoró demasiado. Precisamente, para la jornada 20 los azulones estaban penúltimos y en uno de los peores tramos de toda la temporada. Algunas victorias salvaron al Getafe como ese 3-2 frente al Girona o el 1-0 en el Coliseum contra el Valencia.
Sin embargo, llegó el momento crítico al Sur de Madrid entre las jornadas 30, 31 y 32. Los azulones tenían duelos directos en la zona baja, pero las derrotas contra el Mallorca y el Almería sellaron el destino de un Quique Sánchez Flores que estaba en la cuerda floja. Se trató de una muerte anunciada, con la que llegó el “salvador” de Getafe: José Bordalás.
Volvieron los “Bad Boys”
Tras el despido de Quique, el Getafe era un club sin rumbo, sin aspiraciones y sin ganas. En otras palabras, el equipo estaba herido de muerte prácticamente. Sin embargo, la situación dio un giro de 360º gracias a la noticia del regreso de Bordalás. El alicantino llegó para hacerle un favor a uno de sus clubes predilectos, con el que alcanzó la gloria hace apenas tres años.
La afición se emocionó con este regreso y volvieron las ganas de creer a una ciudad hundida durante una temporada llena de calvarios. No obstante, las cosas no iban a ser fáciles y el Getafe perdió en Cornellá contra el Espanyol, haciendo aún más difícil la permanencia.
Pero la realidad fue que con Bordalás llegó el milagro: victoria en casa frente al Celta, empate ante el Elche, victoria en el Villamarín de absoluto infarto y el gol de Jaime Mata en el 89 contra Osasuna. Todos ellos fueron momentos que pasarán a la historia. Con todos estos resultados, los muchachos de José Bordalás se presentaban en Valladolid dependiendo de ellos mismos.
La marea azulona acompañó al Getafe en un partido sin apenas ocasiones, pero con demasiada tensión. Momentos en los que ambos clubes se quedaban en Primera y otro escenario en el que un gol mandaba a los madrileños a Segunda. Sin embargo, el Getafe y los suyos no se pusieron nerviosos. Con el pitido final se consiguió lo que nadie de la parroquia azulona podía creer meses atrás: la salvación.
La Marea Azulona: los verdaderos protagonistas
En una temporada muy compleja y que ha tenido de todo, la afición del Getafe demostró estar a la altura. Pasaron por momentos realmente difíciles, en los que llegaron a perder toda la ilusión y motivación por el equipo. Aguantaron carros y carretas con un equipo que no proponía y que parecía estar abocado al descenso.
Pero, con todo ello, los azulones dejaron claro que Getafe son ellos. Recibimiento tras recibimiento en las puertas del Coliseum para alentar a los suyos, tifos en partidos claves y cánticos en todo momento para los jugadores y su mesías Bordalás. Esa afición que siempre ha sido criticada por ser pocos, pusieron patas arribas el Coliseum.
Lograron que los jugadores se bajaran del autobús en aquella tarde contra el Elche y fueron ellos mismos los que estuvieron haciendo cola desde las tres de la mañana para poder viajar a Valladolid. Además, todos esos vídeos de los jugadores celebrando junto a la afición en el Zorrilla y el chaparrón que tuvieron que aguantar contra Osasuna. A los azulones esta temporada no se les puede reprochar nada y parte de esta salvación dramática es toda suya.
Enes Ünal y David Soria: pilares en la salvación
Pese a que todo el equipo a ayudado hasta el final, sin estos dos hombres nada habría sido lo mismo. El turco con sus goles y el guardameta con sus pardas, han logrado mantener a flote un barco que se hundía por momentos. Sin los tantos de Ünal, probablemente el Getafe estaría en una situación muy diferente y las atajas de Soria también han dado puntos.
Sin embargo, tampoco podemos olvidarnos de jugadores con nombre propio como son Omar Alderete y Jaime Mata. El defensa paraguayo logró ser el “káiser” de la defensa azulona, un futbolista que anotó un único gol, pero qué gol y qué importancia tuvo. Su remate de cabeza en el Benito Villamarín todavía resuena en Getafe, un gol que dio muchas esperanzas.
Por parte de Jaime Mata qué decir. Simplemente leyenda viva del club, la imagen de un jugador que dejó claro su sentimiento azulón y que no se dio por vencido. Otro autor de un gol emblemático de esta temporada, cuando remató el rechace que dejó Sergio Herrera para levantar a todo el Coliseum. No hay nadie que simbolice mejor lo que es Getafe como el bueno de Jaime.
