Con cinco triunfos en las primeras cinco jornadas, la afición maña está que no cabe en sí misma, y se pregunta: ¿será este año?
En Zaragoza, por estas horas, sólo se habla de fútbol. El Real vive un presente que ni el aficionado más optimista podría haberse imaginado al principio del curso. Pasadas cinco fechas de la Liga Hypermotion, el club maño está solo en la punta, con quince puntos sobre quince posibles, efectividad absoluta. Un solo gol encajado. “¡Moverse, maños, moverse!” canta la afición, con la fuerte ilusión de que, después de once temporadas en Segunda, por fin esta sea la buena. Hacía mucho que no se vivía un clima así en la capital aragonesa.
El presente del club es más que promisorio. El Zaragoza ha dejado atrás la frustración de la 22-23. En aquel curso, el club se había armado para subir, pero rindió muy por debajo de lo esperado y anduvo más cerca de Primera Federación que de Primera. Una buena segunda mitad alcanzó para despejar peligros y conformar un equipo base, ya con la dirección técnica de Fran Escribá. Y ahora lleva quince de quince. La última vez que un equipo logró ese registro acabó ascendiendo. Fue el Cádiz, en la temporada 2019-20.
Un verano bien aprovechado
En el mercado de fichajes de verano, confirmada la continuidad del míster, la presidencia entendió que había que subir un escalón. Gastando más, pero con inteligencia, se cerraron las llegadas de Maikel Mesa, desde Albacete, Manu Vallejo desde Girona, los franceses Poussin y Lecoeuche, y las continuidades de Cristian Álvarez y Carlos Nieto. ¿La única mala? La salida de Alberto Zapater, un histórico maño.
En paralelo, y en consonancia con la corriente que parece haber arreciado en Segunda, el Zaragoza inició una campaña de captación de socios. Aquel canto de la afición, entonado en la última jornada de la 22-23 por Alberto Zapater al despedirse, fue el lema. La cuenta de abonados empezó a crecer. Para fines de junio, antes de la campaña, había 25.900 socios. Al momento de cerrar la inscripción, el 6 de septiembre último, los poseedores del carnet eran 28.882. Récord histórico.
Una máquina de ganar
Comenzaba a gestarse algo, pero todavía nadie lo sabía. “Estoy ilusionado de poder haber llegado aquí. Es un proyecto atractivo para todos los jugadores”, declaraba Germán Valera a Aragón Deporte. Se sumaba Santiago Mouriño, en el mismo sentido: “Creo que hay buen equipo para pelear este año”.
Comenzó el curso y empezaron a llegar las victorias. En la primera fue 2-0 sobre el filial del Villarreal, con goles de Francisco Serrano y Maikel Mesa. Debut con gol para el canario. En la segunda el Zaragoza recibía al Valladolid, otro que busca Primera. Antes del partido Fran Escribá decía “Es un equipo muy peligroso y para nosotros será una prueba buenísima para ver lo que es la categoría”. Pero el equipo alejó todos los fantasmas y venció 1-0, con gol de Alejandro Francés.
Tocaba ir a la isla de Tenerife. Los isleños dominaron al Real y hasta podrían haber marcado varios tantos, pero no lo consiguieron, y en el segundo tiempo fue Jair Amador, veterano trotamundos con 400 partidos en sus espaldas y 105 en Zaragoza, quien marcó el único tanto. Escribá, a quien le toca la mesura, sería categórico: “No siempre se puede ganar jugando bonito”.
Pero quién le podría pedir mesura a esos aficionados que coparon la Romareda en el partido siguiente, ante el Eldense. Zaragoza resolvió el partido sin mucho contratiempo: 2-0, con un gol de Iván Azón y uno en contra. Los aragoneses llevaban cuatro triunfos en idéntica cantidad de partidos, y no habían encajado ningún gol.
A dos del récord histórico
En la quinta jornada tocaba ir a Cartagena. En la ciudad levantina los maños aguantaron bien la presión y ganaron por 1-3. Lo único que empañó el festejo fue el gol encajado, que puso fin a una racha de 393 minutos sin goles. Pero tenía que pasar alguna vez.
El Real Zaragoza, así, alcanzó los cinco triunfos consecutivos de arranque y, por lo tanto, marcó un récord. Cuatro veces, la última en 1980, el club había sumado cuatro victorias en el inicio. Pero nunca había logrado cinco. En cuanto a victorias consecutivas, el récord absoluto es de siete. Lo logró entre la fecha 28 de la liga 1954-55 y la fecha 4 del curso 55-56, ascendiendo al cabo de la segunda.
Y, lo dicho: la última vez que un equipo ganó los primeros cinco en Segunda, a la postre ascendió. El Zaragoza le quiere seguir los pasos al Cádiz. No se sabe cómo terminará esta historia. Quedan 37 jornadas en las que puede pasar cualquier cosa. Pero quién le quita la ilusión a los aficionados, de poder, finalmente, gritar que “Mil banderas ondearán, en las torres del Pilar”, allá por junio de 2024.