Recientemente RedBull ha demostrado ser tan superior que de borrarlos de la clasificación, la emoción en el resto de la parrilla es máxima
A lo largo de la historia de la Formula 1 ha habido numerosos dominios. Temporadas donde ser primero no era ni tan siquiera pensable de no gozar de una suerte extraordinaria. Donde había que estar preparado para ser segundo en el momento que los grandes fallen. Hay una larga lista de temporadas y equipos que hicieron aburridos los campeonatos.
La primera vez que un equipo ganó más de dos campeonatos de constructores seguidos fue Ferrari entre 1975 y 1977. Aunque el significado de dominancia propiamente dicho empezó a tomar sentido durante el auge de McLaren y Williams de los 80′ y 90′. Todos recordamos aquella dupla Senna-Prost en McLaren y los Mansell, Damon Hill o Piquet en sus pasos por Williams.
RedBull y la nueva era, los siguientes de la lista
Cada fin de semana, los equipos sentían temor por enfrentarse a las leyendas y a sus cohetes con ruedas. Deseaban que algún circuito se les resistiera para poder luchar por la victorias, porqué la normalidad no hacía otra cosa que frustrar a los demás constructores. RedBull ha demostrado que es digna de unirse al selecto club del miedo.
Como en 2002 con Ferrari o en 2016 con Mercedes, el único modo de los rivales de ganar era aprovechar los errores de los dominadores del campeonato. Sin duda, las temporadas 2011 y 2013, también fueron dos años donde un equipo reinó sin ningún miramiento. Es el caso de RedBull. Una escudería con menos de 10 años ganó 4 mundiales seguidos, y en dos de ellos la diferencia fue de 153 en 2011 y 236 en 2013.
Este año ha pasado algo muy similar, RedBull, o mejor dicho Max Verstappen, ha ganado la inmensa mayoría de carreras, Sergio Pérez ganó el resto. Todo hasta llegar a Singapur, donde fue el primer circuito donde, de verdad, la escudería austriaca sufrió por primera vez en todo el año.
Unos de los circuitos más complicados del calendario, ha visto el paso de una media de 18 segundos entre la victoría y el primer no RedBull, a una doble eliminación en Q2 y romper un récord nunca jamás visto. En varios GPs, como el de Bahrein o Hungría, la carrera parecía decidida en las primeras 10 vueltas. Más de una vez Max ha tenido parada gratis para hacer la vuelta rápida hasta el final.
Singapur
Volviendo a la 15ª de la temporada, los de Milton Keynes, vieron sus problemas nada más empezar a dar las primeras vueltas. Ni siquiera los mismos ingenieros sabían que ocurría, solo eran capaces de ver que los dos RB19 no daban los tiempos esperados. Esto ayudó a que, con los RedBull eliminados, la emoción por la victoria volviese y que no fuese una carrera como para poner el piloto automático.
Como carroñeros, los Ferrari, los Mercedes y Lando Norris se lo pasaron de lo lindo ya durante la qualy, una de las más apretadas del año. Esta anormalidad se pasó a la carrera, que pese a no ser una sucesión de cambios de líderes, fue de una persecución constante entre los 5 primeros. Junto al GP de Países Bajos, sin duda fue la carrera más igualada del año.
Al ser mayor el botín, más riesgos se toman y más importancia cobran la estratégia y la destreza. De cabo a rabo, los 5 primeros tuvieron la oportunidad de ganar en algún momento, aunque tras la parada, Leclerc se salió de la contienda. Pero lo importante es que hubo batalla por el primer puesto hasta la última vuelta.
La normalidad volvió en Suzuka
Tras pasar el mal trago de Singapur, en Japón todo volvía a funcionar para RedBull. Ni siquiera sonaban las típicas quejas de Max en los Libres, todo iba como la seda y el miedo en los rivales volvía a nacer. La clasificación dejó más que claro el regreso de Verstappen, hizo la pole con casi 6 décimas de diferencia. De nuevo, la lucha por el segundo puesto crecía en importancia, 2 décimas del 2º al 5º.
En carrera nada se salió de lo esperado, Max hizo lo suyo y pese a las banderas amarillas, consiguió escaparse del resto. Su parada hizo que perdiera la 1ª posición, aunque solamente fuese durante dos vueltas. Con paciencia, el neerlandés fue aumentando la distancia. Como era usual, se distanció lo suficiente para hacer una parada gratis, aprovechando para hacer de paso la vuelta rápida y además acabar a 19 segundos de Norris.
Este doblete nos ha dejado más que claro que en este nuevo reglamento, salvo sorpresa, en condiciones normales, el dominio de RedBull será implacable. Solo habrá que esperar a que llegue algún circuito que se les complique abismalmente. Y ya con el campeonato de constructores decidido, los demás tendrán que luchar por ser segundo, es decir, llevar a la máxima potencia lo ocurrido durante los Grandes Premios.