El Girona volvió del parón con todo: le remontó un 0-2 al Almería, acabó goleándolo 5-2 y está de nuevo en la punta de la Liga
El Girona FC parece estar destinado a lograr cosas grandes en esta temporada. De la mano de un inspirado Artem Dovbyk, goleador del equipo con cinco tantos, dio cuenta del Almería, colista, por 5-2, y se subió a la primera colocación de la Liga EA Sports, en compañía del Real Madrid. Tras un arranque a pura efectividad del Almería, el Girona tiró de juego y se llevó por delante a los andaluces. Dovbyk por duplicado, Martín, Savinho y Stuani marcaron los goles gironins. Leo Baptistao había adelantado a los andaluces, que con esta derrota son los más goleados y los únicos que aún no han ganado en el torneo.
Primer tiempo: el cielo y el infierno
Los de Míchel empezaron a hacer su acostumbrado juego de posesión y movilidad. Pero se le quemaron rápidamente los planes. Arribas recuperó la pelota en el medio cedió para Lucas Robertone y éste habilitó a Leo Baptistao, que no perdonó a Gazzaniga. Sólo iban dos minutos y la primera de los andaluces había ido adentro. Los gironins no se desesperaron, incluso tuvieron el empate con un remate largo de Yangel Herrera bien cubierto por Paulo Gazzaniga. El Girona jugaba con lógica y sentido, verse abajo en el marcador era un accidente.
Pero el fútbol tiene esas cosas. Más de un aficionado indálico se habrá ilusionado cuando su equipo amplió ventaja. Corría el minuto 24 en el reloj cuando la tomó Adrián Embarba en mitad de campo y se lanzó en carrera. Daley Blind, a su zaga, sólo podía verle el dorsal. El madrileño remató cruzado, Gazzaniga tapó a medias, y Leo Baptistao, como corresponde a un centrodelantero, estaba allí para empujarla. Cero a dos. Los andaluces habrán pensado que se cortaba. Que, luego de nueve partidos sin suerte, por fin ligaban con Victoria.
Pero…igual que en el cuento, a la princesa le llegaron las doce de la noche. La fiesta se acabó, la carroza se transformó en calabaza. Nobleza obliga, el Girona no se había resignado, ni siquiera 0-2. Ni un centro fuera de lugar, ni un remate porque sí, ni una patada de más. Los indálicos habían controlado bien los intentos rojiblancos. Hasta que Aleix García logró filtrar un pase largo para Iván Martín, que picó habilitado, controló y definió con una pinchadita ante la salida de Fernando. El Girona estaba en el partido. ¿Era imposible pensar en algo más?
Un minuto después, las peores pesadillas del Almería se volvían realidad. Doble pared entre Daley Blind y Artem Dovbyk para romper las dos líneas defensivas del Almería, que se aferraba a la ventaja, y definición cruzada del ucraniano. Enloquecía Montilivi, los indálicos no sabían qué tren los había arrollado. Y la locura llegó a su punto máximo cuando, cinco minutos después, Artem Dovbyk recibió la pelota, amagó dos veces ante Pozo y Montes y remató cruzado, lejos del alcance de Fernando, para poner al Girona en ventaja. En siete minutos, en tan sólo cuatrocientos veinte segundos, Girona y Almería mostraban sus caras. Por qué ocupan posiciones opuestas de la tabla. Los estadísticos tienen un nombre para eso: regreso a la media.
La segunda parte, para decorar
Después de las fuertes emociones de ese final de primer tiempo, naturalmente los dos equipos querían algo de tranquilidad. Gaizka Garitano dispuso el ingreso de Juan Brandáriz por Lucas Robertone, pasando a defender con tres centrales y dos carrileros, lo que equilibró la defensa. El Girona no necesitaba ningún retoque, así como estaba funcionaba muy bien, y Míchel no hizo cambios. Pasó poco en los primeros 20 minutos. Parecía como si estuvieran queriendo recuperar el aire. Quiero algo de razón, no quiero un loco, parecían cantar.
Los dos hicieron cambios sobre la mitad de ese segundo tiempo. Garitano hizo entrar a Gonzalo Melero y Ramazani, para ganar peso en ataque. Del lado del Girona, Míchel hizo entrar a Christian Stuani con un doble propósito: para la ovación de Dovbyk, ya goleador del equipo con cinco, y para que el uruguayo pudiera volver al gol. Cosa que a la postre lograría. Pero vayamos por partes.
Sobre los 25 minutos, el Girona volvió a golpear. Savinho marcó el cuarto gol, el que lograba una tranquilizadora diferencia de dos goles. El brasileño se escapó por derecha en velocidad, al mejor estilo de los laterales clásicos de su país, y definió por debajo del cuerpo del portero. Una gran definición de la revelación de la temporada, que se retiró muy aplaudido cuando, a los 34, Míchel lo reemplazó.
Y a los 40, con el Almería ya brazos abajo, llegó el esperado gol de Christian Stuani. El uruguayo se anticipó a los centrales y estampó el 5-2. Fue su gol 117 en el club por torneos locales y el 52 en Primera. Fue un gol más emotivo que importante, pero claro que contaba. Y con este gol se terminó el partido, si es que todavía era tal. Míchel incluyó a Pablo Torre en reemplazo de un cansado Iván Martín. Por su parte, Garitano hizo entrar a Marciano Sanca, por Leo Baptistao, por si acaso lograba llegar a hacer algo. De nada sirvió, tamaño trallazo se había llevado su equipo.
El final fue con Montilivi festejando otra exhibición de su equipo. El Girona demostró que el parón no le hizo perder su esencia. En dos semanas no se olvida una forma de jugar. Difícilmente su afición olvide esta actuación. Para el Almería queda la sensación de que, si se logra mantener la concentración por 90 minutos, se podrá levantar cabeza. Lo tuvo por 30 minutos, luego se le extravió la estrella. Aunque lo más importante será solucionar el coladero del fondo: 27 goles en contra en 10 partidos son demasiado para un equipo que se quiere quedar en Primera.
RESUMEN DEL PARTIDO
Girona FC: Paulo Gazzaniga; Eric García (79’ Arnau Martínez), Daley Blind, David López; Yan Couto (67’ Valery Fernández), Yangel Herrera, Aleix García, Miguel Gutiérrez; Iván Martín (85’ Pablo Torre), Savinho (79’ Christian Portugués); Artem Dovbyk (66’ Christian Stuani).
UD Almería: Fernando Martínez; Alejandro Pozo, César Montes, Kaiky; Álex Centelles; Idrisu Baba, Dion Lopy (67’ Gonzalo Melero); Sergio Arribas (67’ Largie Ramazani), Lucas Robertone (45’ Juan Brandáriz), Adrián Embarba (79’ Lázaro); Leo Baptistao (88’ Marciano Sanca).
GOLES: 2’ y 24’ Baptistao (A), 37’ Martín (G), 39’ y 43’ Dovbyk (G), 70’ Savinho (G), 85’ Stuani (G).
ÁRBITRO: Miguel Ángel Ortiz Arias (madrileño).
